En América hay unas 20 millones de personas desplazadas y el escenario apunta a que la ola migratoria seguirá creciendo.
La oenegé judía HIAS propuso a los países de América tener una «gestión humana» de la migración frente a la oleada de transeúntes en la región y el «endurecimiento» de las medidas migratorias de Estados Unidos tras el fin del Título 42.
La directora de HIAS para América Latina y el Caribe, la española Cristina García, recomendó tener «acceso a vías seguras» y una «gestión humana de la migración», pues «los Estados tienen que asumir la responsabilidad de la gestión de las fronteras, pero no solo desde un punto de vista de seguridad sino también humano».
A juicio de HIAS, autodenominada como la agencia para los refugiados más antigua del mundo, «la gestión de este tema tan complejo -la migración- sigue teniendo un foco centrado demasiado en la seguridad y menos en el respeto de los derechos y la gestión humana».
García enfatizó que debe haber una «coordinación» entre todos los países de América frente a la ola migratoria, porque «las soluciones a esta problemática no pueden venir» ni ser «absorbidas por un solo país».
En este sentido, dijo que la «Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección«, firmada en junio de 2022 por una veintena de países que se comprometieron a expandir las oportunidades de migrar legalmente y reforzar la cooperación regional es «un buen primer paso», sin embargo, falta «la operacionalización».
«(La) acogemos con muchísimo optimismo, pero la operacionalización de esa declaración no lo estamos viendo ni cómo se está coordinando con el resto de esfuerzos en la región tanto de organizaciones de Naciones Unidas, donantes, oenegés y sociedad civil», añadió.
En América hay unas 20 millones de personas desplazadas «ahora mismo» y «las cifras de lo que está viniendo no son alentadoras«, según datos citados por García.
Este año se estima que cruzarán hasta 400.000 personas la selva del Darién, la peligrosa frontera entre Panamá y Colombia usada por migrantes para llegar a Norteamérica, lo que supone «un récord histórico» al superar los 248.000 transeúntes de 2022, recordó la directora.
«No cabe duda de que esto es un desafío para cualquier país, incluido Estados Unidos. Decir que los sistemas de asilo y de protección están saturados es una obviedad», recalcó.
LAS NUEVAS PROPUESTAS DE EE.UU.,»CALDO DE CULTIVO» PARA LA CORRUPCIÓN
Tras el fin del Título 42 de EE.UU., una medida sanitaria que permitía expulsar en caliente a los migrantes, regresó un renovado Título 8, que les permite solicitar asilo al llegar a la frontera si cumplen varios requisitos, entre ellos haberlo pedido en un tercer país, de lo contrario pueden ser deportados rápidamente.
Ahora la principal vía legal para pedirlo es a través de la aplicación móvil CBP One, que concierta citas a los migrantes con las autoridades para exponer sus casos.
«Hay muchísima confusión alrededor de cómo funciona la aplicación y además ha tenido varios errores, que EE.UU trató de corregir. Para las personas extremadamente vulnerables, que no saben bien cómo manejarse con un móvil, que no hablan el idioma, ya es un obstáculo», apuntó García.
Detalló que «si no tienes el apoyo de la aplicación y cruzas la frontera por una vía irregular, para poder solicitar asilo tienes que demostrar que (lo) has solicitado en alguno de los países y que haya sido rechazado».
«Por un lado, la complicación y, por otro, la confusión de la aplicabilidad de ciertas normas es un caldo de cultivo para el crimen organizado, mafias para que se aprovechen de las personas, fraude (y) corrupción», declaró.
Ante el «endurecimiento» de las medidas migratorias de Estados Unidos – como definió García- tras el fin del Título 42, HIAS celebra con «moderada alegría» las nuevas soluciones para pedir asilo como la creación de centros en Colombia y Guatemala para gestionar solicitudes de migrantes.
«Se ha anunciado la apertura de los centros, pero no sabemos dónde van a estar ubicados, ni cómo van a trabajar, cómo se van a operar, ni cómo se va a acceder», explicó.
«LA INFORMACIÓN SALVA VIDAS»
HIAS trabaja en 11 países de Latinoamérica, principalmente en áreas fronterizas y de difícil acceso que son parte de la ruta migratoria, «dando soporte a los Estados» y «aliviando el sufrimiento de las personas».
La ONG ofrece información verídica a los migrantes, asistencia en salud mental y dan asesoramiento legal ante situaciones de violencia, e intentan dar seguimiento a lo largo del camino.
«La información salva vidas en este continente (…) Se trata de que las personas estén lo mejor informadas posibles de todo lo que está pasando también con estos cambios», dijo García.
«Tenemos todo el asesoramiento legal, si la persona quiere poner una denuncia facilitamos y hacemos esta gestión del caso a lo largo de la ruta. Esta es una parte que estamos intentando fortalecer, pero es extremadamente compleja», concluyó.
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