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En un momento en el que Colombia se prepara para uno de los ciclos electorales más decisivos de su historia reciente, el Procurador General de la Nación, Gregorio Eljach Pacheco, lanzó un mensaje contundente dirigido tanto a la ciudadanía como a las instituciones del Estado: la integridad de las elecciones legislativas y presidenciales de 2026 debe convertirse en un propósito nacional inaplazable. Su intervención se produjo durante el foro “Visión 2026, Tendencias Colombia”, organizado por el Grupo Prisa, un espacio que reunió a referentes del sector público y privado para examinar los desafíos y oportunidades que marcarán la agenda política del país en el año que se aproxima.
Eljach insistió en que Colombia necesita abrazar, con determinación y sin reservas, una verdadera Paz Electoral, entendida no como un lema ocasional, sino como la condición esencial para que los comicios se desarrollen bajo parámetros de transparencia, seguridad y legitimidad. Subrayó que el país requiere elecciones “libres, transparentes, seguras, oportunas, conscientes y con respeto absoluto por los resultados”, una premisa que, según él, no admite matices ni aplazamientos en un contexto de alta sensibilidad institucional.
En su intervención recordó que el valor supremo que debe proteger el Estado colombiano es la legitimidad de sus instituciones, y que esta solo puede nacer de la voluntad ciudadana expresada en las urnas. Enfatizó que garantizar ese principio exige una coordinación rigurosa entre todas las entidades responsables del proceso electoral, un ejercicio que, afirmó, ya se está consolidando a través de un trabajo articulado con la Registraduría Nacional del Estado Civil y la Contraloría General de la República. Esta colaboración interinstitucional busca asegurar una vigilancia integral que permita anticiparse a riesgos, cerrar espacios a interferencias indebidas y sostener un clima de confianza pública.
El Procurador trazó una reflexión crítica sobre el rumbo institucional del país, advirtiendo que, en algún punto del camino, “Colombia se salió de la carretera en una noche oscura y una curva forzada de la historia”, y que ahora la tarea colectiva es reconducirla hacia la vía segura de la estabilidad democrática. Su llamado resonó como una advertencia, pero también como una invitación a reconstruir el terreno común que permita que el país enfrente la jornada electoral sin incertidumbres y con la certeza de que las reglas se respetan.
Durante el mismo foro, Eljach reveló avances significativos derivados de la labor preventiva de la Procuraduría. Explicó que, gracias a intervenciones tempranas en procesos de contratación estatal en todo el territorio nacional, se han corregido irregularidades en contratos que suman cerca de tres billones de pesos. Según afirmó, estas acciones han permitido que la contratación continúe su curso “sin riesgo de terminar afectada por la corrupción”, un resultado posible solo cuando la vigilancia se ejerce antes de que los hechos consumados limiten la capacidad de respuesta del Estado.
El mensaje del Procurador trascendió lo coyuntural para situarse en el plano de lo estructural: Colombia enfrenta un desafío mayor, y superar ese reto demanda instituciones firmes, ciudadanía vigilante y un compromiso real con la integridad democrática. El 2026 no será simplemente un año electoral, sino una prueba de madurez política que definirá, en buena medida, el rumbo institucional de la próxima década.
Vía : Ramón Soto – Prensa PGN
