

Las autoridades argentinas han fortalecido los controles en la frontera con Brasil tras una operación policial en Río de Janeiro que dejó un saldo elevado de muertos y detenidos. Esta medida busca prevenir el posible ingreso de integrantes de organizaciones criminales brasileñas, como el Comando Vermelho (CV), a territorio argentino.
El ministro de Defensa, Luis Petri, confirmó el despliegue de tropas en la provincia de Misiones, una región clave por su cercanía con Brasil y Paraguay. Según Petri, esta decisión responde a los recientes “hechos públicos y notorios en Brasil” que involucran a “narco-terroristas con armamento militar”.
“Vamos a reforzar la Operación Roca en Misiones. Es esencial que las Fuerzas Armadas defiendan a los argentinos en la frontera”, declaró el ministro. Esta operación incluirá equipos de vigilancia terrestre, drones y vehículos del Ejército, en coordinación con la Gendarmería Nacional y el Ministerio de Seguridad.
La medida se produce después de la operación policial más letal en la historia reciente de Brasil, llevada a cabo esta semana en los complejos de Alemao y Penha, en Río de Janeiro. El operativo, dirigido contra el Comando Vermelho, dejó un saldo de aproximadamente 120 muertos, incluidos cuatro policías, además de más de un centenar de detenciones. Entre los fugitivos se encuentra Edgar Alves Andrade, alias “Doca da Penha” o “Urso”, un líder clave del CV cuyo paradero actual es desconocido.
La frontera entre Misiones, Brasil y Paraguay es conocida por ser porosa, lo que ha generado preocupación sobre posibles desplazamientos de integrantes del CV hacia Argentina. Un documento confidencial del gobierno argentino confirma la presencia de presuntos miembros de organizaciones criminales brasileñas en el país. Según el informe, 28 personas estarían vinculadas a grupos como el Comando Vermelho y el Primeiro Comando da Capital (PCC), 14 de ellas actualmente en cárceles federales y las otras 14 prófugas.
El documento también detalla que varios detenidos presentan tatuajes característicos del PCC y del CV, y tienen antecedentes por delitos como narcotráfico, sicariato y homicidio. Además, menciona que el PCC ha implementado rituales de iniciación conocidos como “bautismos” para expandir su influencia en la región, incluso dentro de prisiones argentinas en Santa Fe y Chaco.
Petri subrayó que este refuerzo no implica una “militarización”, sino una acción preventiva para apoyar a las fuerzas de seguridad en la defensa de la soberanía y la seguridad interna en las fronteras. La situación sigue siendo monitoreada mientras continúan los esfuerzos por contener posibles amenazas transnacionales.
