El cuerpo de Kasia Galliano fue encontrado por la policía en su departamento de Marbella. Junto a su cama había botellas vacías de vodka y antidepresivos. Antes, había tenido una disputa por la tenencia de sus hijos con su expareja, el príncipe qatarí Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, de 73 años.
El caso de la exprincesa de Qatar que fue encontrada muerta por una supuesta sobredosis de drogas en Marbella en mayo de este año impactó fuerte en la familia real de ese país casi al mismo tiempo en que se ultimaban los detalles para la organización del Mundial de fútbol que arrancó el domingo 20 de noviembre. Antes de morir, la mujer había contado su calvario como miembro de la realeza de ese país en una entrevista.
La soledad del poder
La princesa Kasia Al Thani, de 46 años, tercera esposa del multimillonario Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, de 73, describió cómo la transición de crecer en una casa normal en los Estados Unidos a unirse a la familia real había sido un desafío, agregando “más dinero, pero también más problemas a su vida”. Mientras daba esa entrevista, nada hacía prever que fuera a morir días después por una presunta sobredosis en su casa de Marbella.
Kasia conoció al príncipe qatarí cuando tenía 19, aún era una estudiante y estaba de viaje en París durante sus vacaciones de primavera. A la chica no le importó la diferencia de edad, se llevan 28 años, se casó y tuvieron tuvieron tres hijas.
Con el tiempo la pareja se fue desgastando y en el 2007 se divorciaron pese a la oposición religiosa del príncipe qatarí. A partir de ese momento, la mujer pasó a ser conocida como Kasia Gallanio y tuvo que vender sus joyas para sobrevivir.
Kasia se convirtió en influencer de Instagram, se relacionó con figuras de Hollywood y llegó a tener 500.000 seguidores en esa red social. Al mismo tiempo, la exprincesa libró una batalla por la custodia de sus hijas. Es más, frente al juez una de las chicas había acusado a su padre de tocarla “inapropiadamente”. Esto fue siempre negado por el qatarí.
Este año, el mismo en el que se juega el Mundial de Qatar, Galliano fue hallada muerta en su lujoso departamento de Marbella después de que una de sus hijas alertara a la policía española desde París de que no había podido ponerse en contacto con su madre durante días.
Tras la alarma, la policía española llegó hasta el complejo en la playa española y el portero les franqueó el ingreso al departamento. Allí, hallaron a la mujer muerta en lo que se supone una sobredosis de pastillas. Cuando llegaron los agentes, la encontraron en la cama sin signos de violencia.
“Mi clienta se vio devastada por esta decisión. Creo que, sobre todo, murió de pena”, había asegurado la abogada de Kasia, Sabrina Boesch, en el momento de conocer su muerte.
Los últimos datos de la muerte de Kasia Galliano sumaron más misterio. Y es que el cadáver de la exprincesa, que llevaba entre seis y diez días descomponiéndose en su dormitorio, presentaba moretones en los hombros. Además, la policía encontró restos de sangre en las escaleras de la casa, una lámpara rota y vidrios por todo el suelo.
La principal hipótesis, por el momento, es que Kasia se cortó los pies con los cristales y dejó huellas de sangre por el camino hasta su dormitorio, donde se encontró su cuerpo. Junto a su cama había tres botellas de vodka vacías, fármacos para inhibir los efectos del alcohol y antidepresivos, un cóctel que podría haber sido letal.
Su novio, el artista Bruce Baps, insiste en que ella tenía miedo, pues había sido atacada unas semanas antes y había sufrido un robo millonario: “Hacía meses que no bebía alcohol, tampoco fumaba. Ella no se suicidó, estaba trabajando en un proyecto que le ilusionaba mucho, unos vinos de Francia que iba a comercializar en Marbella”.
Una jaula de oro para Kasia
Semanas antes, Kasia, de origen polaco, se pronunció sobre su turbulenta relación con el exministro qatarí de Petróleo y Finanzas. Kasia había confesado que en Qatar vivió “en una jaula de oro”. Además, la mujer acusó a su expareja el pago de la manutención de sus hijas cuando ella le hablaba de divorcio.
Gallanio fue la tercera esposa de Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, el tío del actual Emir de Qatar, quien anteriormente se desempeñó como ministro de petróleo y finanzas durante la década del 80 del siglo pasado.
“El dinero es una maldición porque te aísla de mucha gente. Es un mundo diferente –había admitido Galliano en su última entrevista-. Crecí en un hogar normal, así que era un mundo completamente diferente el de Qatar. Entrar a la familia real como estadounidense fue algo completamente nuevo”.
La ex princesa reveló que incluso tuvo que vender sus propias joyas como resultado de su largo y amargo divorcio, a pesar de vivir en un departamento de lujo en Marbella. “A Abdelaziz le gusta controlarme a través de los niñas, lo que creo que no es muy educado y solo las lastima”, había acusado Kasia a su expareja.
La historia de amor
Kasia también habló sobre cómo se enamoró del príncipe, a pesar de la diferencia de edad de 28 años, cuando estudiaba en Europa. “Fui a París de vacaciones. Estaba con una amiga que salía con un banquero francés –recordó Kasia-. Habíamos salido y pasamos por la casa de uno de sus clientes para firmar unos documentos. Era el hogar del príncipe qatarí que era impresionante. Conversamos un poco e intercambiamos correos electrónicos. Cuando regresé a Los Ángeles, mi bandeja de entrada estaba llena y tenía rosas en la puerta de mi casa. Fue un noviazgo muy agradable”.
Kasia lo acompañó en la época en la que el príncipe era ministro de Qatar. Sobre ese tema, la mujer reveló que “quería cuidarlo porque el poder lo hacía sentir muy solo. Casi no tenía amigos en la cima”.
Por la diferencia de edad y la desconfianza de la familia real qatarí la pareja se fue distanciando. “Quería vivir mi vida, todavía era muy joven y tenía a mis hijas muy pequeñas. Él ya se había alejado de mí, ya no me daba importancia. Además tenía otras esposas”, argumenta Kasia sobre la ruptura con su expareja.
Pero el divorcio devino en escándalo, no solo por un tema de dinero. Abdelaziz fue acusado de tocar sexualmente a una de sus hijas y obligarla a dormir en su cama. Las acusaciones se ventilaron en la corte en una reciente audiencia de custodia en París. “El poder, la inmunidad diplomática y el dinero no deberían permitirte hacer cosas por encima de la ley. Espero que no sea cierto, sin embargo, cuando mi hija lo dice, le creo”.
Los informes de los medios franceses describieron también que Abdelaziz hizo que sus hijas durmieran en los cuartos de servicio de su enorme casa parisina, la misma que había deslumbrado a Kasia a los 19 años, después de que visitaron a su madre. Las chicas recién pudieron volver a los cuartos principales cuando se disculparon con el hombre.
El diario francés Le Parisien informó que un tribunal de París había desestimado las demandas de custodia de Kasia. Recientemente había pasado varios meses en el hospital, y la publicación francesa dijo que era propensa a sufrir ataques de nervios.
Como resultado, el juez pospuso el caso hasta que se pudiera realizar una evaluación psicológica para comprender mejor las circunstancias de la familia, dijo otra nota del medio parisino.
Tras su trágica muerte, un amigo de Kasia la describió como una “buena persona” que estaba “en contra de las drogas” y negó que fuera alcohólica. Estas declaraciones aumentaban el misterio alrededor del fallecimiento de la influencer.
Kasia intentó dar la batalla mediática contra el príncipe qatarí. A sus 500.000 seguidores de Instagram, la mujer les contó: “El padre de mis hijos, el príncipe Abdulaziz Khalifa Al Thani, no pagó ni un centavo por la manutención de los hijos durante más de un año para ayudarme a mantener y criar a nuestras hijas. Sin embargo, es más humillante cuando el papá de tus hijas es un príncipe multimillonario de Qatar”.
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