

Con el respaldo económico del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) se está llevando a cabo la construcción de un edificio anexo que albergará a seis residentes, quienes participan activamente del Espacio para la Integración (EPI) a través de los talleres. HELVECIA visitó las nuevas instalaciones de EPI y conversó con los usuarios.
Sandra, Nelson, Roberto, Diego, Nancy y Pablo son usuarios de EPI. Con ellos recorrimos las instalaciones. Conocimos la planta alta, donde hacen los talleres de arte, de cerámica y de madera. Nos cuentan que recibieron sillas antiguas que están restaurando. Son sillas pequeñas y las han pintado con dibujos. En particular Sandra muestra su carpeta de dibujos. Mientras Nelson trae orgulloso el último trabajo en madera que está realizando, un cuenco que puede ser destinado a guardar frutas o de adorno como centro de mesa.
EPI funciona desde hace seis años en Nueva Helvecia. Allí las emociones de los participantes encuentran un canal de expresión y la creatividad se convierte en una herramienta de aprendizaje y transformación. EPI se ha consolidado no solo como un espacio de contención, sino también como un puente hacia una vida más independiente para sus participantes.
El poder de la expresión emocional
Camila Castillo, tallerista y estudiante avanzada de Psicología, lidera dos talleres en el centro: Expresión Emocional y Exprésate. En el primero, los participantes exploran sus emociones, aprendiendo a identificarlas y gestionarlas. “Hablamos de nuestras emociones, de cómo nos sentimos y por qué. Es un espacio donde nos sentimos escuchados y comprendidos”, comenta uno de los asistentes. Por su parte, el taller Exprésate se centra en la expresión artística y cognitiva a través del dibujo, la cerámica, la musicoterapia y el tallado en madera. “Es una forma de liberar lo que sentimos sin necesidad de palabras”, explica Camila.
Una comunidad que transforma vidas
Los participantes coinciden en que EPI les ha cambiado la vida. “Antes no tenía contención emocional, ahora sí. Nos sentimos integrados, respetados y queridos”, afirma Nancy, una de las asistentes más entusiasmadas con contar su vida. Nancy relata que tiene una hija en Maldonado con quien pasó varios días de vacaciones visitando la costa, tomando helado y bañándose en la Mansa. La relación con los talleristas también es clave: “Nos tratan con amor y paciencia, nos enseñan valores como el respeto, la solidaridad y el buen trato”. Los participantes también agradecen el trabajo que Leonardo Siri, psiquiatra de EPI en su momento, y que todavía atiende a varios de los usuarios en el Hospital de Nueva Helvecia, ha realizado con ellos.
Los talleres se realizan todos los lunes, miércoles y viernes y consisten en expresión plástica, cerámica, musicoterapia, reacondicionamiento de muebles, educación física, desarrollo emocional, tallado de madera, vida saludable, expresArte, desarrollo cognitivo y psicomotricidad. El trabajo resultado de los talleres, como por ejemplo el de madera, es vendido en la Feria Mi casa, la tuya. El dinero es destinado para la finalización de la construcción de la casa, que tanta ilusión les da a los integrantes del Espacio.
Un nuevo hogar en construcción
El proyecto más ambicioso de EPI es la finalización de la construcción de la casa para quienes actualmente residen en hogares transitorios. La iniciativa está en su fase final: “Nos ilusiona mucho la idea de tener un lugar propio, con una vida más independiente”, confiesa Pablo, uno de los futuros residentes.
Los muros que delimitan la construcción con los vecinos están pintados con sus propias manos, donde además están plasmadas frases que los motiven. También ellos mismos mantienen una huerta con tomates, perejil y zapallitos.
Sin embargo, la comunidad de EPI sabe que la autonomía requiere más que un techo. “Nos gustaría contar con alguien que nos apoye en la vida cotidiana, alguien que nos ayude a organizarnos”, agrega otro de los beneficiarios. La esperanza está puesta en que la casa no solo sea un refugio, sino un espacio de crecimiento personal.
Un futuro lleno de posibilidades
El Espacio para la Integración es mucho más que un centro de talleres; es un lugar donde la igualdad social se vive día a día. “Aquí nos han enseñado que todas las personas somos distintas, pero tenemos los mismos derechos”, expresa uno de los asistentes con convicción. Y es que en EPI, la integración no es solo un concepto, sino una realidad que se construye con cada actividad, con cada conversación y con cada sonrisa.
A medida que la institución sigue creciendo, la comunidad de EPI continúa demostrando que con apoyo, respeto y oportunidades, la inclusión plena es posible. En cada trazo de un dibujo, una silla reciclada y en cada pieza de madera tallada, se crea un futuro donde nadie quede fuera. Un futuro en el que la diversidad no sea una barrera, sino un motor para construir una sociedad más justa y equitativa.
pablo
Fuente de esta noticia: https://helvecia.com.uy/2025/04/05/epi-espacio-para-la-integracion-un-lugar-donde-las-emociones-y-la-creatividad-cobran-vida/
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