Regina Lemos Gonçalves perdió más de 30 kilos y gran parte de su fortuna, incluyendo joyas y activos importantes.
En un giro dramático de eventos que ha estremecido al distinguido barrio de Copacabana en Río de Janeiro, la millonaria Regina Lemos Gonçalves, de 88 años, ha salido a la luz tras una década de aislamiento, acusando a su exchofer, José Marcos Chaves Ribeiro, de mantenerla secuestrada en su propia casa y de dilapidar su herencia valorada en millones de dólares.
Vecinos y amigos de la socialité expresaron su preocupación después de que Gonçalves desapareciera de la vida pública durante una década, lo que llevó a una denuncia anónima y destapó una trama que involucra acusaciones de aislamiento, manipulación y una feroz lucha por la cuantiosa herencia.
Regina Lemos Gonçalves, heredera de un patrimonio de 500 millones de dólares (USD) tras el fallecimiento de su esposo, Nestor Gonçalves, propietario de Copag, una famosa empresa de barajas de naipes en Brasil, se ha convertido en el centro de una compleja trama de aislamiento y manipulación. El caso ha cobrado relevancia después de que Gonçalves lograra escapar y revelara las circunstancias de su confinamiento a su único hermano vivo.
La situación llegó a un punto crítico el 2 de enero pasado, cuando Regina logró huir de su apartamento y buscar refugio con su único hermano. Luego de ponerse a resguardo le reveló a su familia, y al mundo, el grado de su deterioro físico y financiero. Según relató, en estos años de supuesto cautiverio bajo control absoluto de Chaves Ribeiro, Regina perdió más de 30 kilos y gran parte de su fortuna, incluyendo joyas y activos importantes.
“Se esfumó todo. No dejó nada. Él pagaba con mis documentos, usaba la tarjeta de crédito, y se iba gastando y gastando”, contó angustiada la mujer.
El testimonio de Regina y la intervención judicial han revelado una larga historia de control y abuso, incluyendo una supuesta unión civil registrada en 2021 donde, sorprendentemente, se le otorgaba a Chaves Ribeiro el derecho de administrar todo el patrimonio de la socialité en caso de su incapacidad mental.
Esta relación ha sido categóricamente negada por la viuda, quien insiste en que su relación con su chofer no era más que la de empleador y empleado. “Una audacia, un atrevimiento”, declaró Regina sobre las afirmaciones del chofer de ser su pareja, desmintiendo cualquier vínculo romántico entre ellos.
La batalla legal
Esta tensa relación tomó un giro aún más oscuro con la presentación de distintos laudos psiquiátricos con conclusiones opuestas sobre la salud mental de Regina. Mientras que inicialmente se le declaró plenamente capaz, un informe reciente indicaba un “cuadro de demencia avanzada” que la dejaba incapacitada para manejar sus asuntos civiles.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, la batalla legal entre Regina y el chofer continúa, complicada por decisiones judiciales contradictorias que, en una instancia, prohibieron al hombre acercarse a la mujer, mientras que, en otra, le permitieron mantener el control sobre sus bienes.
La familia de Regina ha presentado pruebas de que el chofer dilapidó el patrimonio y está combatiendo ferozmente para recuperar el control de sus activos y asegurar su bienestar.
Los eventos también han sacado a la luz dos testamentos en disputa, uno beneficiando únicamente a José Marcos, y otro, más reciente, repartiendo la herencia entre el hermano y el sobrino de Regina. Esta batalla por el patrimonio de Lemos Gonçalves no sólo destaca las vulnerabilidades a las que están expuestas las personas mayores, sino también los complejos entramados de poder, lealtad y ambición dentro de las élites financieras.
La historia de Regina, desde las glamurosas fiestas hasta su dramática “fuga” y lucha por la justicia, resuena como un llamado a la protección de los derechos y la dignidad de los ancianos. Mientras la disputa legal continúa, la atención se centra en la vulnerabilidad de los mayores frente al abuso y la explotación, un tema de creciente preocupación en la sociedad contemporánea.
En palabras de Regina: “Quiero volver a ser feliz. Porque para mí todo era fiesta”, encapsulando su deseo de superar esta prueba y regresar a una vida de alegría y libertad. Mientras tanto, la comunidad espera ansiosamente una resolución que haga justicia y devuelva a Regina no solo su fortuna, sino su paz y su autonomía.
Este sorprendente caso ha desencadenado una intensa batalla legal que pone en juego no solo una enorme fortuna, sino también cuestiones de vulnerabilidad y abuso hacia las personas mayores.
Infobae
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