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Vie. Nov 22nd, 2024
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La ansiedad, frustración o miedo son algunos de los efectos que ha tenido la pandemia en los menores. Foto: GETTYIMAGES

El Hospital de Clínicas registra un incremento de consultas de pacientes pediátricos y adolescentes por diversos tipos de secuelas que deja la pandemia por coronavirus, principalmente en todo lo que tiene que ver con la utilización o el mal uso de la tecnología.

“La pandemia realmente fue trágico, no solamente a nivel social, económico y de la salud, sino también a nivel emocional-conductual”, refirió la Lic. Viviana Reiser, jefa interina del Departamento de Psicología de Clínicas.

“En el servicio están acudiendo pacientes pediátricos y adolescentes con muchos conflictos, con desórdenes en el estado de ánimo, con una incapacidad de retomar una vida similar a la que teníamos antes, están más bien muy insertos y casi adictos a dispositivos tecnológicos”, expresó la psicopedagoga y psicóloga clínica.

La experta explicó que tanto los padres y los mismos alumnos empezaron a construirse nuevas condiciones, una forma de funcionar con lo tecnológico como parte del día a día, siendo su uso más negativo que positivo y es lo que se ve reflejado hoy en las consultas. “El alumno supuestamente participaba de las clases virtuales, pero en realidad no era así, el alumno fue encontrando sus herramientas de cómo convivir con la tecnología y excusarse a la vez de la tecnología del sistema educativo y era muy relativo desde el otro lado de la pantalla lo que el docente podía hacer”, indicó.

Dijo que pasó mucho tiempo hasta que se pudo encontrar un punto justo para el uso adecuado de lo tecnológico y en ese período, los chicos empezaron a desbordarse, estaban conectados en otros temas, en las redes sociales, aprendiendo a bajar aplicaciones, a estar en juegos virtuales, estar en contacto con compañeros e incluso con extraños, supuestos amigos, lo que generó shock de los tipos afectivo y vincular, sumamente significativos, ya que al volver a las clases híbridas, experimentaban impresiones confusas, al creer que aquel supuesto amigo de juego virtual, de las redes sociales, actuaría como camarada, pero al encontrarse de forma personal la relación fue indiferente y al darse cuenta de eso, se generó confusión y enojo.

“El uso de la tecnología también fue invadido por otros escenarios y sectores, aprovechando el estado de vulnerabilidad de los chicos y a través de las redes sociales, una forma de socializar ‘no socializable’, fue utilizada para otro fines y ahí surgieron casos de denuncias incluso por pornografía y acoso, porque la pandemia y el encierro empezaron a confundir y a enfermar al chico, lo volvió tan sensible que se expuso a un montón de situaciones complejas”, afirmó.

Con el tiempo y sobre todo con el inicio de las clases presenciales, los padres empezaron a caer en la realidad, se armó una especie de burbuja en ese 2020 en relación a la educación y el vínculo con sus hijos. Hoy muchos niños optan por quedarse en la casa, dejar de lado los deportes y preferir jugar algún juego virtual. “Incluso alumnos excelentes, con buen rendimiento cognitivo u otras habilidades, empezaron a dar bajo rendimiento escolar al tener nuevos intereses como estar en las redes sociales u otras formas de comunicación por internet. Los padres se dan cuenta que el hijo/a está viviendo un mundo irreal y no desea volver a insertarse a sus actividades cotidianas, lo realizaba antes de la pandemia y se empieza así con las secuelas”, advirtió.

La Lic. Reiser indicó que en las consultas se ven muchas consecuencias en los chicos, como la depresión infantil. “Realmente es llamativa la cantidad de niños pequeños con depresión infantil, niños con crisis de pánico. Antes pensábamos que las crisis de pánico se daban más en adultos jóvenes, hoy encontramos muchos pequeños con angustia”.

El desarrollo del lenguaje. Otra de las secuelas que se ven en el consultorio, es que ante la falta de socialización por el encierro, el habla y lenguaje se ven afectadas. Niños que estaban saliendo de un trastorno de lenguaje o que estaban evolucionando, dieron un gran retroceso; otros que habían logrado mayor autonomía volvieron a una fase anterior, con mucha dependencia de los padres.

En niños más pequeños, otro efecto que se percibe en que en algún momento se pensó que afectaba solamente a los adultos, fue el miedo; durante todos estos meses de aislamiento lo que se mostraba constantemente día a día era el miedo y la incertidumbre de qué podría pasar y el niño también absorbió eso.

“Hoy existen niños que no quieren volver a la escuela por miedo, no por lo tecnológico sino por miedo, por temor de salir de sus casas y enfermarse o de que sus padres o abuelos se enfermen mientras no estén; entonces esto también es una secuela que estamos viendo, hay mucho miedo de retomar la vida. Hay mayor fragilidad y vulnerabilidad en la personalidad del niño, inclusive la del adolescente que aunque creen que pueden arrasar el mundo, no es así, y si lo arrasan no lo hacen adecuadamente, entonces es un momento como que salimos de una burbuja donde nos estamos enfrentando a la realidad y están habiendo muchas secuelas; los padres tienen estar muy atentos y hacer un acompañamiento muy cercano”, mencionó la psicopedagoga.

Clases presenciales

Dijo que también los docentes deben acompañar a los alumnos, ahora que inicie las clases presenciales para ver cómo aprenden, qué sienten y cómo se desarrollan. “Este año 2022 va ser de extremo acompañamiento y soporte de parte de docentes y padres. Ante cualquier situación que llame la atención, se deben buscar herramientas que ayuden a ver su estructura de personalidad, que tienen que ver con sentimientos o emociones que tal vez no lo está pudiendo manejar adecuadamente, entonces ahí se debe recurrir a un especialista”.

Límite, sinónimo de educación. Los límites siempre tienen que ponerse, uno cree que los límites son sinónimo de agresión, de violencia o de ser malos padres, malos docentes y no es así, todos los hijos necesitan límites, todo ser humano necesita. Hay una estructura que debe dar límites, siempre en cualquier escenario, solamente que tiene que ser límite constructivo, no destructivo. La Lic. Reiser indicó finalmente que el niño tiene que saber que sus padres tienen atribuciones y que el sentido de autoridad tiene significado, y es para educar y darle lo mejor. Las reglas están para ser cumplidas en cualquier escenario, no solo como hijo/padre, sino en todos los ámbitos.

HOY PY


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