Sumar no quiere “mirar hacia el otro lado” con Palestina. El recrudecimiento del conflicto ha acaparado gran parte del debate político en Europa y España en los últimos meses. La izquierda española se ha mostrado históricamente favorable a la causa palestina, es decir, a que este país cuente con un Estado propio, a que Israel cumpla las resoluciones de la ONU en cuanto a la ocupación ilegal de sus territorios y a que su población no se vea sometida a un régimen de apartheid. Es la tesis que defiende Sumar, el socio minoritario del Ejecutivo de coalición, que denuncia que el Gobierno de coalición —del que forman parte— no “está haciendo lo suficiente” para conseguir un alto al fuego, en palabras de su líder, Yolanda Díaz.
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, también ha alzado la voz para pedir al Gobierno que haga más. En una columna publicada en el diario Público, defendió la puesta en marcha de tres medidas: respaldar públicamente a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) “en sus esfuerzos por investigar y perseguir crímenes de guerra cometidos en la Franja de Gaza;” dar con las fórmulas efectivas para detener cualquier operación de compraventa de armas “con un país involucrado en violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos” y reconocer de inmediato al Estado de Palestina. Todas estas medidas sirven, a su juicio, para “sustanciar la línea que España ha mantenido a lo largo de esta crisis, caracterizada por el compromiso con un alto el fuego permanente y con una solución justa al conflicto entre Israel y Palestina”.
“Nadie que mire la realidad de lo que está sucediendo con objetividad y decencia puede negar que en Gaza se está produciendo una limpieza étnica. Como han expresado reconocidos expertos en el Holocausto y el estudio histórico de los genocidios, el momento de actuar para frenar esta masacre es ahora. No podemos refugiarnos en fórmulas alambicadas ni permanecer en silencio, como hacen tantos dirigentes europeos cargados de razones ante otros conflictos, pero enmudecidos ante la comisión de flagrantes crímenes de guerra contra el pueblo palestino. Será imposible justificar ante la historia el haber mirado hacia otro lado”, escribe Bustinduy. “Utilicemos todos los medios para presionar, movilizar y detener esta masacre que nos interpela gravemente. La indiferencia es una posición inasumible”.
Otra ministra que está muy vinculada con Palestina es Sira Rego. La titular de la cartera de Juventud e Infancia pasó gran parte de su infancia en Cisjordania, donde actualmente vive su padre y hermano. Tras los primeros bombardeos de Israel sobre Gaza, participó en las manifestaciones el éxito en solidaridad con el pueblo palestino y criticó la “vergonzosa visita” de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y de la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, por dar su “apoyo explícito” y “avalar los crímenes de guerra y el genocidio”. Asimismo, pidió al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que España ejerciera un “papel de liderazgo” en la UE para desbloquear la recepción de ayuda humanitaria.
El grupo parlamentario de Sumar en el Congreso también está promoviendo iniciativas y reuniéndose con colectivos vinculados a la causa. El pasado 12 de diciembre el número dos por Madrid, Agustín Santos Maraver, participó en la charla ‘Las raíces históricas del conflicto’, en el Ciclo de Solidaridad con Palestina, organizado por Sumar Internacional. El miércoles 8 de noviembre los diputados Aina Vidal, Carlos Martín, Verónica Martínez Barbero y Lander Martínez, se reunieron con la plataforma Workers in Palestine, que aglutina diversas organizaciones sindicales palestinas. Y el día 1 del mismo mes el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, se reunió con organizaciones de la sociedad civil palestina, como PIPD, Miftah y Bisan.
Además, los miembros del grupo también han participado de manera recurrente en manifestaciones propalestina. El 1 de diciembre Tesh Sidi, Txema Guijarro y Carlos Martín asistieron a la manifestación ‘Madrid con Palestina. Alto al genocidio en Gaza’ celebrada en Madrid. Semanas antes, la vicepresidenta tercera de la Mesa, Esther Gil de Reboleño, acudió a la manifestación en defensa de Palestina en Cádiz. En algunas sesiones plenarias los diputados también han llevado el símbolo de la sandía. Su uso se remonta a 1967, cuando tuvo lugar la guerra de los seis días después de que el Gobierno israelí prohibiera la exhibición de la bandera Palestina en Gaza y Cisjordania. Los palestinos, a cambio, comenzaron a utilizar el símbolo de la sandía por los colores de la fruta al ser cortada: rojo, negro, blanco y verde.
Sumar también anunció hace unas semanas que promovería la aprobación de una declaración institucional con la condena de los “ataques de terror” contra la población civil cometidos por Hamás y de los “crímenes contra población civil cometidos por Israel”. Además, registró una proposición no de ley y un documento político propio en el que instaban al Ejecutivo a que reconozca el Estado de Palestina.
Por primera vez el Gobierno español —que ha manifestado más abiertamente que otros Estados Miembros su simpatía por Palestina—ha abierto la puerta a reconocer a Palestina. En el año 2014, tan solo unas semanas después de que Suecia reconociera oficialmente al país, el Congreso aprobó una resolución por unanimidad en la que instaba al Gobierno a “promover de manera coordinada en el seno de la Unión Europea el reconocimiento del Estado palestino como Estado soberano, en el marco de una solución definitiva y global al proceso de paz en Oriente Próximo basada en la creación de dos Estados, el israelí y el palestino, coexistiendo en paz, seguridad y prosperidad”, pero esa propuesta, avalada por el entonces ministro de exteriores José Manuel García Margallo (PP), se quedó en una mera declaración de intenciones.
España, como Estado soberano, podría dar un paso más y reconocer formalmente Palestina como Estado —como sucede con Israel desde el año 1986— sin esperar a la Unión Europea. Hasta la fecha, 136 países reconocen a Palestina, frente a los más de 160 que reconocen a Israel. El portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, volvió a pedir recientemente al Gobierno que se reconozca de inmediato el reconocimiento del Estado palestino, ya sea en solitario o de la mano de Bélgica, uno de los países que más ha criticado los ataques de Israel en suelo Palestino. Fuentes gubernamentales reconocen en conversación con infoLibre que es el único país que parece dispuesto a dar el paso y dan por imposible un acuerdo conjunto en el seno de la UE.
El pasado 20 de diciembre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a abordar el reconocimiento del Estado palestino “desde las Cortes Generales”. Un paso que el Ejecutivo puede dar sin ningún problema y que sería relativamente sencillo. No haría falta pasar por el Congreso ni por el Senado. Con una simple declaración pública o una nota diplomática sería suficiente. El reconocimiento también podría darse de forma implícita a través, por ejemplo, del establecimiento de relaciones diplomáticas plenas, que por el momento se sustentan en un particular estatuto que permite a Palestina contar en nuestro país con un representante con un estatus equivalente al de embajador.
Este reconocimiento sería especialmente simbólico dado el contexto actual, pero no implicaría ningún cambio práctico inmediato de gran calado. El control efectivo que la autoridad palestina ejerce sobre el territorio que le corresponde es prácticamente nulo y cualquier intento de cargar contra las políticas ilegales de Israel siempre choca de frente con los vetos que países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos tienen en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sumar, a través de Urtasun y otros portavoces, también ha instado al Gobierno a apoyar a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional a investigar los crímenes de guerra cometidos por Israel, siguiendo la estela de Irlanda. Aunque el Estado hebreo no forma parte del Estatuto de Roma, el palestino lo ratificó a comienzos de 2015. Y, por lo tanto, el tribunal tiene competencia para estudiar los excesos que se hayan podido cometer por las dos partes en conflicto.
La competencia de la Corte Penal Internacional para abordar los crímenes cometidos en el marco del conflicto palestino-israelí fue, durante años, objeto de profundo debate. Pero la discusión quedó zanjada al inicio de 2021, cuando la sala de cuestiones preliminares del tribunal de La Haya, por dos votos frente a uno, consideró que el organismo tenía margen normativo para ocuparse de esta cuestión.
Los de Díaz también reclaman que los países europeos corten el suministro de armas a Israel. Defienden que los bombardeos contra la población civil Palestina rompen con los acuerdos comerciales armamentísticos que vinculan a Israel y a los países de la Unión Europea. Sin embargo, en la actualidad, Israel es un país que fabrica una gran cantidad de armamento y España tampoco está entre sus principales proveedores.
Fuente de esta noticia: https://www.infolibre.es/politica/sumar-no-olvida-palestina-indiferencia-posicion-inasumible_1_1671181.html
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