El presidente Gustavo Petro anunció, en el cierre de una conferencia latinoamericana, junto a su par de México, Andrés López Obrador, una nueva política antidrogas que tiene un enfoque audaz, en el que disminuirá producción de coca, para abordar el problema en el país. La estrategia, que abarcará un período de 10 años, desde 2023 hasta 2033, tiene como objetivo principal reducirla en un sorprendente 40%.
De esta manera, la producción pasaría de 1,700 toneladas al año a 900 toneladas, y así disminuir las áreas de cultivo en un 40%, de 230,000 a aproximadamente 150,000 hectáreas cultivadas.
El ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, compartió los detalles de esta política revolucionaria en una entrevista con EFE, donde destacó la voluntad del gobierno de Gustavo Petro de abordar este desafío de manera integral.
Forma en que se disminuirá producción de coca
El enfoque de la nueva política de drogas colombiana se centra en dos aspectos clave: la persecución de las mafias de narcotraficantes y el apoyo a los campesinos involucrados en el cultivo de coca.
Según el Ministro Osuna, la estrategia es «atacar a las estructuras criminales» mientras ofrece penas reducidas a aquellos que colaboren con la justicia, proporcionando información, reparando a las víctimas y devolviendo bienes obtenidos ilícitamente. Sin embargo, es importante señalar que la aprobación de esta ley está pendiente.
Por otro lado, se busca dejar de perseguir penalmente a los campesinos cultivadores de hoja de coca, que en su mayoría son personas de bajos recursos. A estos agricultores se les ofrecerán diversas opciones para transitar hacia economías legales, como apoyo a negocios alternativos, terrenos de la reforma agraria comprados por el Estado y programas de pago por servicios ambientales.
Enfoque en la salud pública
Además de abordar la producción y el tráfico de drogas, la nueva política también se preocupa por los problemas de drogodependencia. Aunque Colombia no enfrenta un problema grave de consumo, se plantea un enfoque preventivo y de salud pública, que incluso considera el suministro controlado de estupefacientes.
A pesar de su enfoque valiente en la reducción de la producción de cocaína, la nueva política de drogas colombiana ha sido criticada por su falta de medidas para despenalizar ciertas sustancias, como la marihuana o la cocaína. El ministro Osuna señala que, a nivel internacional, aún no se ha avanzado lo suficiente en la regulación de estas sustancias, y el Código Penal colombiano no permite acciones en ese sentido.
A pesar de esto, Osuna muestra un optimismo cauteloso al afirmar que «vamos hacia la (despenalización) del cannabis y podríamos pensar en algunas otras (sustancias)» en el futuro, demostrando la voluntad del país de liderar un cambio hacia una regulación más sensata y responsable en el ámbito internacional.
La nueva política de drogas de Colombia representa un enfoque ambicioso y multifacético para abordar uno de los desafíos más apremiantes del país, al tiempo que se mantiene en línea con sus compromisos internacionales. El éxito de esta estrategia dependerá de su implementación efectiva y de la colaboración con todos los sectores involucrados en el problema de las drogas en Colombia.
Fuente de esta noticias es del Diario Extra de Colombia: Leer más