
El cierre de los Encuentros por Seguridad, impulsados por el Ministerio del Interior y que involucraron a 79 instituciones y más de 90 propuestas que serán incluidas en el Plan Nacional de Seguridad Pública (PNSP), fue presentado por el gobierno como un hito participativo y una “oportunidad única” para avanzar hacia un Uruguay más seguro. Sin embargo, desde la oposición surgen cuestionamientos de fondo sobre el liderazgo político del proceso, la priorización de los problemas y el rumbo estratégico que adopta la actual administración.
En diálogo con Diario La R, el diputado del Partido Nacional y ex subsecretario del Ministerio del Interior, Pablo Abdala, analizó el contenido de las propuestas, el funcionamiento del diálogo multipartidario y las señales que, a su entender, el gobierno viene dando en materia de seguridad pública.
Los Encuentros por Seguridad concluyeron con 92 propuestas distribuidas en distintos ejes: violencia basada en género y contra niñas, niños y adolescentes (23), sistema de justicia criminal (21), prevención del delito y la violencia (15), narcotráfico (12), y otros ejes como homicidios, armas de fuego y ciberdelitos, con siete propuestas cada uno. Este reparto no pasó desapercibido para Abdala, quien advierte sobre los riesgos de subestimar amenazas estructurales como el crimen organizado.
Coincidencias con la gestión anterior y desacuerdos de fondo
Consultado sobre las coincidencias con el enfoque de la gestión anterior y en qué medidas detecta los mayores desacuerdos, Abdala reconoce que existen continuidades importantes en el plano operativo. “Las coincidencias se dan porque el actual ministro del Interior ha mantenido determinadas líneas operativas, particularmente en lo que tiene que ver con la actuación policial, con la respuesta policial”, señala. En ese sentido, destaca el “fortalecimiento de la policía, profesionalización, incorporación de tecnología y determinadas estrategias que se vienen cumpliendo en el territorio, con los resultados positivos que se dieron en el período pasado”.
Para el legislador, esta continuidad no es casual ni meramente política. “Eso se ha continuado y es el mérito de la policía, que está en permanente y continua superación”, afirma. Incluso subraya que, más allá de los discursos críticos previos, el actual gobierno no modificó el marco normativo heredado. “El ministro no ha tocado las normas en vigencia, ha confirmado de hecho los más de 100 artículos de la Ley de Urgente Consideración referidos al tema de la seguridad”, remarca.
Abdala recuerda que esas normas fueron duramente cuestionadas por el Frente Amplio cuando eran oposición, pero hoy se mantienen. “Siguen vigentes —por suerte— porque han sido indispensables para estos buenos resultados”, sostiene, tanto en procedimientos policiales como en el Estatuto de la Policía. Incluso menciona que el propio ministro del Interior confirmó en comisión parlamentaria que las mantendrá, “porque es lo que la policía le pide que ocurra”.
El peso del narcotráfico y un balance que genera dudas
Dentro de las 92 propuestas presentadas, solo 12 de ellas están dirigidas al narcotráfico, siendo este uno de los desafíos centrales. Para Abdala, el narcotráfico representa “un desafío enorme para nuestro país y para todos los países”, estrechamente ligado al crimen organizado y al lavado de activos. Reconoce que Uruguay ha dado pasos importantes en el pasado reciente, asociados nuevamente al fortalecimiento policial y a la profesionalización del área de investigaciones, con departamentos especializados en crimen organizado, drogas, inteligencia e información.
Sin embargo, “sin prejuicio”, considera que el gobierno tomó una medida desacertada: “la creación de un sistema en presidencia de la República de lucha contra el narcotráfico que, en lugar de implicar un fortalecimiento de la respuesta, lo que generó es una burocracia innecesaria que debilita o, por lo menos, implica un riesgo de debilitamiento de la respuesta policial que ha generado una gran incertidumbre”.
También agregó que, a su entender, “supone en los hechos el traslado o el riesgo de que la Presidencia de la República absorba la competencia que es originaria del Ministerio del Interior”. Para el diputado, el argumento de una mayor coordinación encubre una señal institucional peligrosa. “Genera mayor confusión y da una señal de incertidumbre muy inapropiada”, afirma, calificando la medida como “absolutamente desacertada”.
En cuanto al control de armas, otro eje sensible vinculado a la violencia letal, el diagnóstico también es crítico. “El ministro anunció desde el inicio que promovería una estrategia, normas jurídicas para combatir el mercado ilegal de armas”, recuerda Abdala. Pero, advierte, “todo eso quedó en anuncios y no se ha dado un solo paso en ese sentido”.
Debilidades estructurales y una gobernanza en disputa
El documento final de los Encuentros por Seguridad identifica debilidades estructurales: falta de coordinación interinstitucional, ausencia de evaluaciones y sobrecarga del sistema de justicia criminal. Sobre si coincide o no con el diagnóstico y que herramientas del gobierno anterior podrían ser aprovechadas, el legislador introduce aquí una propuesta que, según afirma, el Partido Nacional viene sosteniendo desde la campaña electoral y que volvió a presentar en el diálogo multipartidario.
Se trata de la creación de una oficina especializada contra el crimen organizado, inspirada en el modelo italiano de lucha antimafia. Pero establece una diferencia: “No en la Presidencia de la República”.
“El liderazgo debe estar en el Ministerio del Interior, con la Policía Nacional al frente”, sostiene. A su juicio, es una diferencia “determinante y clave”, porque define si la respuesta será eficaz o no. En ese esquema, sí ve viable una coordinación amplia con otros organismos —DGI, Banco Central, Cancillería, Fiscalía, Justicia—, pero siempre bajo la conducción del Ministerio del Interior.
¿Un plan en marcha o una oportunidad desaprovechada?
El gobierno afirma que el Plan Nacional ya está en marcha y que Uruguay tiene una oportunidad única. Para Abdala, la principal sensación es de incertidumbre. “No ha dado señales claras de que tomará la decisión de construir un plan y hacerlo público”. Tampoco ve voluntad real de construir consensos duraderos. Estima que “el gobierno no está liderando bien este proceso”.
Por otro lado, agregó que “el ministro —Carlos Negro— descalificó hasta con ironía las propuestas presentadas por el Partido Nacional”. Para Abdala, esa actitud no solo es injusta, sino “no conducente” si el objetivo es construir una política de Estado en seguridad pública. “No es la forma de generar un clima adecuado para avanzar en un camino de acuerdos y de entendimientos, si es que realmente lo que se pretende es construir consensos que sirvan de base para una política de Estado”, concluyó
Valeria Machado
Fuente de esta noticia: https://grupormultimedio.com/pablo-abdala-cuestiona-el-rumbo-de-la-politica-de-seguridad-y-asegura-que-el-mi-no-ha-dado-senales-claras-id180784/
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