

Una centenaria palmera se desploma en Uruguay y entre sus hojas resecas emerge el “picudo rojo”, un pequeño escarabajo que es sinónimo de destrucción y amenaza a los grandes palmares del este del país.
“En América del Sur no hay ningún (otro) país que haya registrado la presencia de picudo rojo. Brasil y Argentina están con todas las alertas”, dice a AFP Carola Negrone, agrónoma en gestión ambiental del gobierno del departamento de Canelones, que rodea a la capital.
Negrone fue quien detectó al insecto (Rhynchophorus ferrugineus) en 2022 en Canelones. Originario de Asia, con hasta 5 centímetros y rojizo, el gorgojo deposita huevos que se convierten en larvas que atacan a las palmeras.
A diferencia de otras plagas son gregarios, lo que los hace más peligrosos.
“Estamos en una situación incontrolable, la plaga se ha expandido mucho, ya está en ocho departamentos” del país, afirma Gastón Colominas, también agrónomo y productor de palmeras.
La temperatura es clave para el ritmo de proliferación de la plaga, más activa por encima de los 15ºC.
Está comprobado científicamente que el aumento de las temperaturas favorece a que las plagas exóticas como esta y como otras más proliferen, apunta Negrone.
El avance de la plaga es evidente en lugares emblemáticos como la Rambla de Montevideo, extensa costanera que bordea la costa del Río de la Plata, donde varias palmeras cambiaron el verde de sus copas por un marrón que anticipa su muerte.
El picudo rojo ataca con gran voracidad a las Phoenix canariensis, una especie originaria de Canarias, pero también dio muestras de que puede afectar ejemplares nativos como las butiáceas y pindó, alerta Negrone.
Fuente: AFP
