

O cómo la Ruta de la Seda china pavimenta mientras el Global Gateway europeo promete, y los USA descubren el potencial de «su patio trasero» .
En el nuevo juego de poder global, América Latina vuelve a ser la pieza más codiciada del tablero. China construye, Europa reglamenta y Estados Unidos recita un eslogan que ni el continente entiende. América es sooo EE.UU?!?
¿Quién ganará la carrera de la necedad? Tal vez, la pregunta debería ser: ¿quién entiende realmente qué necesita América Latina!?!?
I. El cortejo desigual
Mientras la Unión Europea afina el lenguaje de sus comunicados burocráticos y cambia dw «.modelo de negocio » ( Ursula Von der Leyen «dixit»), y perfecciona el estilo incapaz de sus promesas, China se presenta con retroexcavadora en mano. El contraste no puede ser más gráfico: Europa llega con carpetas, China con contratos ya, casi, ejecutados.
II. Puentes de papel, rutas de hormigón
Desde el dos mil cinco, China ha invertido más de ciento ochenta mil millones de dólares en América Latina. Mientras tanto, el Global Gateway europeo ha invertido más tiempo en definir su logo que en ejecutar proyectos tangibles en la región. Y eso que prometió trescientos mil millones para todo el mundo. De momento, América Latina recibe sobre todo… declaraciones.
III. Washington, en su monólogo eterno
Estados Unidos, siempre presente, pero con voz de pasado. Su “Make America Great Again” es un eslogan que excluye más de lo que suma. América no es solo una franja con bandera de estrellas. Y el resto del continente ya no está para sermones. Ni Canadá – leanse la últimas elecciones-, ni su Jefe de Estado ( el monarca Inglés), prestan atención al negociador trompista.
IV. El idioma del compromiso
Europa aún habla en comité y jerga funcionarial. China lo hace en obras. Y USA en » Fart West». Si la legitimación democrática y popular son los resultados electorales, la relaciones internacionales se basa en la reciprocidad, y América Latina empieza a exigir un nuevo lenguaje: el del respeto mutuo, el de la inversión seria, el del diálogo en hispano y luso, y no en euros dólares o yenes. Si Europa quiere tener futuro en este, u otro – según se.mire- lado del Atlántico y Pacífico, deberá bajarse del podio normativo y pisar barro, cemento, informalidad … y realidad LatAm.
Y así, en medio de rutas, promesas, puentes y discursos, América Latina desespera. Y espera No un nuevo colonizador, virreinato; masones o piratas con bandera de calaveras digitales y distinto collar; sino uno socios de verdad y que comprenda su enorme potencial. Porque los tiempos han cambiado ( IA, mediante). Y esta vez, el mapa no se dibuja con tinta, sino con voluntad, comprensión, afecto e inversión… y un poco menos de PowerPoint, y trasnochado geopoliticos que no saben reconocer que América no es sólo un país que se lllama Estados Unidos, sino un enorme continente etc.
China invierte porque tiene que alimentar a mil cuatrocientos y pico millones de personas y porque su supervivencia depende de abrir mercados, tender puentes y asegurarse materias primas a largo plazo. No lo hace por altruismo ni por romanticismo, sino porque entiende que el poder se construye con infraestructuras, no con editoriales. Europa, en cambio, sigue haciendo literatura: redacta estrategias, aprueba marcos de cooperación y multiplica foros de diálogo para exigir como un » noñato» lonque los necesitados no pueden dar; donde todo suena bien y poco se hace. Solo alguna empresas (pequeñas y medianas empresas, en su granmparte) —menos protocolarias, más pragmáticas— se atreven a ver en América Latina un socio real, un mercado vivo, una oportunidad de ganar- ganar concreta. Pero la burocracia europea, como una hidra elegante, sigue imponiendo su ritmo, su jerga y su lentitud. Y mientras tanto, Estados Unidos no se da cuenta —o no quiere darse cuenta— de que América no es solo la suya. Que hay otro continente entero, vibrante, lleno de futuro, que ya no se deja mirar desde arriba ni espera instrucciones desde el norte, Este u Oeste!
Fdo.
Javi Pertierra
