

En el marco del IV Periodo de Sesiones del Foro Permanente de la ONU sobre Afrodescendientes, se llevó a cabo un evento trascendental el pasado 17 de abril de 2025 en Casa Yurumein, Bronx, Nueva York. Bajo el título «Niñas y Mujeres Afrodescendientes: ¿Cómo garantizar sus derechos en América Latina en tiempos de retrocesos?», se desarrolló un panel que reunió a destacadas lideresas afrodescendientes de México, Guatemala, Honduras y Brasil. Este espacio se convirtió en un punto de encuentro para el diagnóstico, la reflexión y la propuesta de soluciones concretas ante los desafíos que enfrentan estas comunidades.
Organizado de manera colaborativa por ONECA, Hondureños Contra el SIDA, Casa Yurumein, la Rede Nacional de Mulheres Negras no Combate à Violência, AMIGA y AFROSA, el evento se centró en visibilizar las problemáticas que afectan a las mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe. Las panelistas abordaron temas críticos como el feminicidio, la discriminación racial, la falta de acceso a servicios de salud mental y el rezago institucional que impide la implementación de políticas públicas efectivas.
Mijares Jiménez Salinas, representante de México, expuso las violencias sistemáticas que sufren las mujeres afromexicanas y subrayó la necesidad de que la lucha por el reconocimiento trascienda lo simbólico y se traduzca en presupuestos y políticas públicas. Por su parte, Elizabeth Stokes y Krisna Morales Stokes de Guatemala enfatizaron la urgencia de que el Estado asuma un papel activo en la protección de los derechos de las mujeres afrodescendientes, incluyendo la preservación del idioma garífuna y la creación de leyes que reconozcan su identidad.
Desde Honduras, Yimene Calderón expresó su preocupación por los retrocesos en el sistema de protección y el aumento del ciberacoso y la violencia estructural en las comunidades garífunas. Calderón destacó la importancia de que estos espacios no se conviertan en diálogos cerrados, instando a los Estados a escuchar y actuar.
Lidyana Souza Querino y Silvana Veríssimo, moderadora del evento desde Brasil, ofrecieron una perspectiva crítica sobre las desigualdades que afectan a las mujeres negras en un país de dimensiones continentales. Desde los altos índices de feminicidios hasta la criminalización de las juventudes negras, expusieron la necesidad urgente de generar datos desagregados para impulsar políticas públicas efectivas.
A lo largo del panel, emergió una constante: pese a los avances simbólicos del primer Decenio Internacional de los Afrodescendientes, las transformaciones estructurales siguen siendo una asignatura pendiente. La falta de transversalización de políticas públicas, la desprotección ante las violencias y la exclusión sistemática de mujeres jóvenes en espacios de poder son problemas persistentes.
Las panelistas reafirmaron su compromiso con la resistencia comunitaria y destacaron la fuerza organizativa desde las bases. Subrayaron que la esperanza reside en la juventud, en las lideresas que han ocupado cargos públicos pese a los riesgos y en las niñas que hoy se empoderan. Desde protocolos diferenciados de salud sexual y reproductiva hasta iniciativas de formación política para mujeres jóvenes, las organizaciones presentes hicieron un llamado urgente a los Estados y organismos internacionales para que asuman su responsabilidad.
Este evento paralelo fue más que una conversación; fue un llamado a la acción para garantizar derechos con políticas reales, presupuestos adecuados y representación efectiva. Las lideresas afrodescendientes están construyendo un presente digno para futuras generaciones, reivindicando sus cuerpos como territorios desde los cuales se levanta una apuesta firme por la justicia, la equidad y una vida digna para las niñas y mujeres afrodescendientes de América Latina y el Caribe.




