

En el contexto actual de negociaciones internacionales, el acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea se presenta como una oportunidad significativa para Argentina. Tras 25 años de deliberaciones, este pacto está a punto de concretarse, ofreciendo un panorama alentador para el sector agroindustrial argentino. La supresión mutua de aranceles entre dos de las economías más grandes del mundo promete beneficios económicos sustanciales, especialmente para las exportaciones agropecuarias de Argentina.
La reducción de aranceles podría ser un catalizador para el crecimiento de las exportaciones argentinas, particularmente en los complejos agrícolas como la soja, maíz, sorgo y arroz. La soja, que representa un significativo porcentaje de las exportaciones nacionales, se encuentra en una posición ventajosa para expandir su presencia en el mercado europeo. Según análisis de la consultora Endógena, el sector podría mejorar su participación en Europa y aumentar sus precios en hasta un 19%.
En el caso del maíz, se estima que la baja arancelaria podría incrementar su rentabilidad en un 10%, con una cuota de 1 millón de toneladas que podrían exportarse sin alícuota alguna. Asimismo, el arroz, beneficiado recientemente por la eliminación de retenciones, podría ver un aumento en sus precios al ingresar al mercado europeo.
Sin embargo, no todo es optimismo. La implementación del acuerdo enfrenta resistencias dentro de Europa, especialmente por parte de Francia, preocupada por los efectos del libre comercio sobre su producción agrícola. Este escenario requiere que Argentina y sus exportadores adopten una estrategia proactiva para maximizar los beneficios del acuerdo. La consultora Endógena recomienda que los actores del sector se posicionen estratégicamente frente a este nuevo entorno comercial.
El acuerdo también plantea interrogantes sobre cómo se abordarán las demandas latinoamericanas, especialmente en términos de valor agregado en exportaciones de minerales y regulaciones específicas como el Reglamento (UE) 2023/1115. Evaluar la letra chica del pacto será crucial para entender su impacto total en la economía argentina.
Brasil ha sido un impulsor clave en la concreción del acuerdo, lo cual podría fortalecer al Mercosur como un bloque comercial cohesionado. En la nueva geopolítica mundial, Europa busca diversificar sus relaciones comerciales y reducir dependencias estratégicas con Rusia, China y Estados Unidos. Latinoamérica emerge como un socio potencialmente valioso en este contexto.
El acuerdo Mercosur-Unión Europea representa una oportunidad única para Argentina de potenciar su sector agroindustrial y ampliar sus horizontes comerciales. No obstante, su implementación requiere una planificación estratégica cuidadosa y una adaptación proactiva por parte de los exportadores argentinos. A medida que se despejan las incógnitas y se negocian los detalles finales, Argentina deberá estar preparada para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que este acuerdo histórico puede ofrecer.
