Cuando alguien me dice que los cristianos no deberían leer libros porque ya tienen la Biblia, le pregunto: ¿Por qué crees entonces que el apóstol Pablo en su carta final le pide a Timoteo que le traiga sus pergaminos (2 Ti 4:13)?
El gran predicador Charles Spurgeon predicó sobre ese versículo y comentó al respecto:
Incluso un apóstol debe leer… ¡Él está inspirado y, sin embargo, quiere libros! ¡Ha estado predicando al menos durante treinta años y, sin embargo, quiere libros! Había visto al Señor y, sin embargo, ¡quiere libros! Había tenido una experiencia más amplia que la mayoría de los hombres y, sin embargo, ¡quiere libros! Había sido arrebatado al tercer cielo y había escuchado cosas que no era lícito que un hombre pronunciara, ¡y sin embargo, quiere libros!
Solo la Biblia es nuestra máxima autoridad y contiene todo lo necesario para la salvación y la vida cristiana. Pero si damos atención a lo que Pablo le pide a Timoteo (¡tráeme los pergaminos!), debemos reconocer el valor de los libros para cultivar nuestro pensamiento. Es por eso que…
Necesitamos buenas reseñas
Los buenos libros ensanchan nuestra mente y capacidad para reflexionar. Por eso deberíamos agradecer por los que nos ayudan a pensar mejor en la Palabra de Dios y en el mundo de Dios. Incluso cuando estos libros vienen de no creyentes que, por la gracia común del Señor, pueden plasmar verdades para nuestro provecho.
Dios es exaltado cuando Su pueblo lee con sabiduría y Sus siervos escriben buenas reseñas que ayudan a la iglesia a leer mejor. Una reseña de un libro debe ser una evaluación breve y crítica que guíe al lector a interactuar con la obra y su contenido con madurez, discernimiento y humildad. Por eso en Coalición publicamos reseñas de libros y deseamos ver a más personas escribiendo reseñas para la iglesia.
Una buena reseña ayuda al lector a leer con sabiduría. Modela cómo pensar sobre el tema de un libro y dialogar con una lectura. Apunta a lo bueno que hay en un libro y también incluye advertencias o críticas si es necesario. A veces puede incluso ayudar al autor del libro a mejorar como escritor.
Dios es exaltado cuando Su pueblo lee con sabiduría y Sus siervos escriben buenas reseñas que ayudan a la iglesia a leer mejor
Cuando una reseña es fantástica en sus argumentos e implicaciones, puede ser capaz de contribuir a la conversación que un libro busca iniciar y avanzar, aun de una forma más persuasiva e inmediata que el propio libro para muchos lectores.
Por eso es tan valioso y necesario que busquemos mejorar en nuestras reseñas.
Pensando en lo que puedo aportar desde mi experiencia como lector, escritor y editor, escribí la siguiente lista de consejos esenciales (resumida antes en mi blog) y que ofrezco aquí para todo el que quiera reseñar libros para la iglesia.
Eso último es clave en este escrito: no quiero hablar de cómo reseñar para el seminario (donde a menudo solo se requiere demostrar que leíste el libro); o escribir una reseña publicitaria (eso es trabajo del equipo de marketing de la editorial); o reseñar para el algoritmo impersonal de Amazon (tal «reseña» por lo general es simplista, una mera recomendación o descripción).
Quiero hablarte de reseñar para pecadores redimidos por gracia. Gente real que vive en un mundo afectado por el pecado mientras se esfuerzan por caminar en el Espíritu Santo. Gente que necesita ver mejor la gloria que hay en la Biblia, y también ver mejor el mundo a la luz de la Biblia. Gente que necesita pensar y vivir en comunidad para Aquel que nos rescató cuando estábamos en iniquidad.
Necesitamos mejores reseñas para esas personas. Estos son mis consejos principales para escribirlas:
1) Prioriza la interacción (no el resumen)
Resumir un libro no es interactuar con él. Resumir no es considerar si su idea central es válida y está bien argumentada. Tampoco es criticarlo según sea necesario ni ayudar a otros a pensar en sus implicaciones.
Resumir es solo eso, hacer un resumen. No brinda una mirada madura, crítica y humilde que pueda servir al lector a pensar mejor sobre qué dice un libro, en vez de simplemente saber qué dice. Los resúmenes pueden ser útiles para quienes solo quieren saber de qué trata un libro, pero un resumen no es una reseña.
ChatGPT es bueno haciendo resúmenes. Si quiero un pantallazo de los argumentos de un libro, puedo pedirlo a una IA que lo haya procesado. Pero ChatGPT no tiene el Espíritu Santo ni conoce la vida de la iglesia hispana. No puede reflexionar en un libro como un ser humano, menos aún como uno redimido. Por tanto, ChatGPT no puede reseñar en verdad un libro para la iglesia. Dios te ha capacitado para apuntar a algo mejor, con reflexión y conexión humana con la realidad del lector.
Esto no significa que nunca debe haber resumen en una reseña. Por lo general, deberías dedicar algunos párrafos para explicar con brevedad la tesis del libro y cómo se argumenta. Pero debes hacerlo sin abrumar al lector o aburrirlo con detalles innecesarios para tu reflexión crítica.
Los párrafos que buscan resumir el argumento del libro no deberían ser más del 30 % de tu reseña. Cuanto más se prioriza la buena reflexión e interacción por encima del resumen, más útil y edificante es una reseña. Dale a tus lectores algo que no pueda darles ChatGPT y te lo van a agradecer.
2) Piensa a la luz de la Biblia
Una pregunta que todo cristiano debe plantear a un libro es: ¿Su mensaje y cómo se presenta es bíblico o consistente con una cosmovisión bíblica? (Ese «cómo» en la pregunta es crucial: la forma en que una idea es expresada también importa).
Esto requiere no solo que conozcas bien tu Biblia, sino también que busques que tus pensamientos estén centrados en el evangelio, pues la buena noticia de lo que Jesús hizo en Su vida, muerte y resurrección para salvar a pecadores es el mensaje central de la Biblia (Lc 24:25-27). Cuando reflexionas en un libro, es sabio y necesario pensar en cómo el evangelio se relaciona con su tesis. Lee a la luz de las verdades eternas en la Escritura.
3) Lee bien el libro
Una vez escuché a alguien decir que Internet es un lugar donde publicas que «El azul es un color», y un montón de gente te responde cosas como: «¿Qué tienes contra el rojo?»; «¡El amarillo también es un color!», o «Eres un verdefóbico». Deberíamos evitar esta actitud a la hora de reseñar. Presta mucha atención a lo que el libro dice y no solo a tus propias opiniones, gustos o prioridades.
Leer es por naturaleza un acto de humildad: se trata de estar dispuesto a escuchar lo que alguien más tiene para decir
Leer es por naturaleza un acto de humildad: se trata de estar dispuesto a escuchar lo que alguien más tiene para decir. Sin embargo, a veces convertimos este acto en una mera fachada de humildad cuando no leemos bien, sin prestar atención a lo que el autor está diciendo, su propósito y cómo lo está diciendo.
Por ejemplo, solo porque un libro no responda a todas las preguntas que tienes no significa que el libro falló en responder a las preguntas que el autor se propuso responder y que aclaró en su libro que quiere enfocarse en ellas. Sería injusto criticarlo simplemente por no poder decirlo todo.
Deberíamos leer el libro y poder explicarlo de tal manera que el autor pueda decirnos «Sí, eso es justo lo que dije» o «Yo no podría haberlo dicho mejor», incluso si no estamos de acuerdo con lo que plantea. Solo así aprendemos en verdad de los demás, y nuestra reseña podrá ser persuasiva si tenemos algo que reprocharle al libro, pues no estaríamos hablando de un muñeco de paja.
4) Ponte en los zapatos del lector
El trabajo del reseñador no es primero servir a una editorial, un autor o el medio que publica la reseña. El trabajo es servirle al lector, por lo que debes responder a sus preguntas más apremiantes sobre el libro.
Por ejemplo, —y para evitar hablar de libros recientes— si estás reseñando Fuego extraño de John MacArthur, donde se defiende una postura cesacionista de los dones espirituales y se busca refutar enérgicamente la postura continuista, algunas preguntas que puede tener un lector interesado son:
- ¿No exagera MacArthur al hablar sobre los pentecostales y carismáticos?
- ¿Por qué cree MacArthur que Dios mira la adoración de ellos como «fuego extraño»?
- ¿Este libro no es divisivo para la iglesia en nuestros días?
- ¿Responde de manera legítima a los argumentos de las posturas contrarias o simplemente se enfoca en atacar muñecos de paja?
Si tu reseña no aborda esas inquietudes, ya sea por temor a criticar al autor, por falta de reflexión o por cualquier otra razón, entonces la reseña es pobre o simplemente mala. Lo siento. Lo mínimo que se espera de una reseña es que ofrezca respuestas claras a este tipo de interrogantes mientras evalúa el libro.
Por supuesto, a veces las preguntas del lector no son tan obvias o relacionadas a temas controversiales. No todo libro es tan polémico como Fuego extraño. Pero tu tarea siempre involucra ponerte en los zapatos de tu lector.
5) Aborda las consecuencias de las ideas
Relacionado con lo anterior, ya sea para advertir o para recomendarlo, es útil que pienses en las repercusiones de los argumentos del libro.
A veces la naturaleza o legitimidad de una tesis se evalúa y evidencia mejor cuando consideras sus consecuencias: ¿Cómo puede el libro impactar al lector para bien o para mal? ¿Qué pasaría si más personas leyeran este libro en la iglesia y lo pusieran en práctica?
Considera, por ejemplo, el libro Radical de David Platt. Es un libro que impactó mi vida y por el cual doy gracias, pero otros autores han señalado que una de sus consecuencias es que puede inclinar a muchos lectores a perder de vista que la vida cristiana se vive en su mayor parte en lo cotidiano.
¿Es justo pensar que Platt plantea algo desbalanceado? Mientras me alienta a un compromiso radical con Jesús, ¿puede llevarme a menospreciar el servicio ordinario a Dios? Una buena reseña debería considerar este tipo de preguntas y consecuencias (presuntas o reales) al abordar el libro con justicia y humildad.
6) Cultiva tu pensamiento crítico
Cuando una reseña termina con «Este es uno de los mejores libros que he leído y lo recomiendo a todo creyente», yo pienso automáticamente en dos cosas: o el libro en verdad es demasiado bueno… o el autor de la reseña ha leído muy pocos libros antes.
Es importante cultivar nuestro pensamiento crítico al leer en abundancia y a lo largo del tiempo sobre los tópicos de los libros que hemos de reseñar. Así podemos ser más agradecidos por los nuevos aportes de un libro mientras recordamos que no todo lo nuevo es lo mejor.
En ese sentido, es muy útil enfocarnos en libros que desarrollen ciertos temas particulares. Esto nos dará la sabiduría para reconocer qué aporta un libro sobre dicho tópico que otros libros no hayan planteado antes. Pero sobre todo, nos dará mejores argumentos y más confianza para evaluar un texto y reconocer justamente sus méritos o deficiencias.
El evangelio produce en nosotros la paradoja de la humildad valiente, porque nos enseña que somos adoptados en la familia de Dios, al precio de la sangre de Su Hijo
Volviendo al ejemplo de escribir una reseña sobre Fuego extraño: es indudable que esa reseña será mejor cuanto más familiarizado esté el reseñador con los argumentos contrarios a los de MacArthur y haya leído otros libros sobre el tema.
Asimismo, los reseñadores cristianos deben saber que no hay nada de malo en ofrecer una crítica o emitir un juicio negativo. Lo malo es hacerlo injustamente o con motivos impíos. Así como un reseñador debería agradecer por lo bueno en un libro, al mismo tiempo no debería temer decir «Este libro está equivocado en esto, por esto y por aquello», siempre que lo diga con buenos argumentos, con gracia y verdad.
Tu compromiso con el lector es decir la verdad y nada más que la verdad, lo cual nos lleva a mi último consejo.
7) Persigue la humildad valiente
Este consejo es más una lección vital para toda la vida cristiana. Se trata de algo que anhelo en mi propia vida y te aliento a buscar de todo corazón para hablar la verdad.
La humildad (para escuchar y aprender) y la valentía (para evaluar críticamente y llevar adelante una reseña cuando no te sientes a la altura del autor del libro) parecen virtudes contradictorias para el mundo. Pero en realidad no tiene que ser así.
Solo el evangelio produce en nosotros la paradoja de la humildad valiente, porque nos enseña que somos adoptados en la familia de Dios, al precio de la sangre de Su Hijo, cuando antes estábamos perdidos en nuestros pecados. Esto nos hace humildes, pues es por gracia. Y también valientes, pues nos muestra que Dios es por nosotros.
Profundiza en este evangelio y emprende con gozo la tarea de reseñar para la iglesia. Los creyentes deseosos de aprender lo van a apreciar como seguro lo haría el apóstol Pablo.
Josué Barrios
Fuente de esta noticia: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/como-resenar-libros-iglesia/
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