Son argentinos y crearon un innovador robot para el entrenamiento de tiro de militares y policías

Cuando ingresaron al Colegio Militar de la Nación, Ignacio Bertoia, Pablo Muzzio e Ignacio Dozo no imaginaron que, años después, el destino los volvería a cruzar, ya como civiles y socios, para desarrollar un robot móvil para el entrenamiento táctico de tiro de efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Al haber sido oficiales del Ejército Argentino, conocían en profundidad los anhelos de los efectivos de la Fuerza en materia de adiestramiento militar, específicamente en la disciplina de tiro. A ellos se sumaron dos miembros más, Alejandro Perakes y Pablo Bayerque. Juntos emprendieron la apuesta de sus vidas: crearon y fortalecieron TacOps y dieron vida a la idea de Bertoia.

El detalle: son los únicos en la región en desarrollar ese tipo de tecnología. De hecho, solamente se produce en tres países más: Estados Unidos, Polonia y Australia.

¿El objetivo del producto?, mejorar el entrenamiento de los efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, quienes aún hoy siguen utilizando blancos que simulan siluetas (en papel) y que son estáticos (giran de forma mecánica) o se mueven por cable. En este caso, el robot de TacOps permite simular situaciones reales de combate que, en consecuencia, se traducen en mayor efectividad y precisión en el tiro.

Así nació TacOps: “Esta herramienta se usa en otros países”

Un día, Ignacio Bertoia -uno de los socios y directores, junto con Muzzio y Parakes- les llevó a sus colegas una idea: crear un robot para el entrenamiento de tiro.

“Esta herramienta se usa en otros países, como en Estados Unidos (donde es utilizada por los Marines), y vimos que podíamos desarrollarla acá”, cuenta Pablo Muzzio.

Estaban convencidos de que podían realizarlo, así que recurrieron a un ingeniero cordobés: le describieron el producto y buscaron materializar el primer prototipo. “Era algo que nunca se había visto en el país. Al ingeniero le dijimos, entre otras cosas, que necesitábamos que el blanco móvil debía rebatirse cuando le pegaran el disparo. Nos dijo que en un par de meses estaría finalizado”, recordó Bertoia.

Mientras tanto, desde Buenos Aires, este grupo de amigos continuó avanzando en el desarrollo. Una de las cuestiones más importantes que no los dejaba dormir era de qué material tenía que ser la silueta montada en el robot, ya que recibiría múltiples disparos.

“No podíamos encontrarle la vuelta. ¿Era de espuma, goma o fibra de vidrio?. Hicimos varias pruebas, incluso utilizando gel balístico”, recordó Muzzio.

Por suerte, dieron con el contacto que estaban necesitando. Y, con una llamada virtual, pudieron darle respuesta al interrogante relativo al material.

“Querían al robot en la línea de tiro”

Además, en ese primer trayecto se les sumó otro amigo y compañero del Colegio Militar de la Nación: el ingeniero militar Ignacio Dozo (quien hoy es director de producción de TacOps Robotics). “Él se encargó de la parte técnica. Necesitábamos su mirada para comprender los requerimientos. Él los pudo bajar a tierra y pudimos empezar a tomar decisiones”, cuentan.

Finalmente, en tres años pudieron desarrollar el robot. Se lanzaron al mercado de la defensa y la seguridad y fortalecieron una red de proveedores. “Nos propusimos, como meta, generar un robot con componentes que se consigan en el mercado local”, comentaron.

Finalmente, en septiembre del año 2024, y con el aporte de Pablo Bayerque como gerente de Marketing, lanzaron la primera campaña de difusión del producto. Un mes después, lo presentaron en un congreso de Ciencia y Tecnología para la Defensa.

“Cuando salimos de ese evento nos dimos cuenta que el camino que buscábamos existe y que solo nos quedaba empezar a recorrerlo”, dijo Bertoia, quien también recordó que, días después de aquella jornada, pudieron participar con un stand en un evento de Bersa: “Se generó algo muy bueno, porque las Fuerzas Especiales nos pidieron una demostración y nos preguntaron si queríamos participar con los robots en sus exhibiciones. Es decir, lo querían en la línea de tiro”. 

Un sistema para la instrucción y evaluación de tiro: cómo funciona el robot de TacOps

La idea de quienes integran TacOps es que los efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad utilicen el robot para entrenamiento de tiro: “Si bien nuestro centro de gravedad está puesto en ellos, eso no quita que en el ámbito privado, por ejemplo un instructor, quiera sumar esta herramienta”.

“Nosotros no hacemos un blanco, hacemos un sistema de ayuda para la instrucción y evaluación de tiro. El robot es una parte del sistema. También tenemos una aplicación -de desarrollo propio- que genera recortes, en tiempo real, sobre la forma en la que se ejecuta el disparo. Eso nos permite seleccionar los tiradores, editar la base de datos y crear condiciones particulares”, detallaron desde TacOps. En ese sentido, subrayaron una de las características fundamentales de su producto: “Permite crear infinidad de escenarios con distintos tipos de roles para los robots. Por ejemplo, podemos poner en la misma línea a tres o cuatro de ellos y, solo uno debería ser el blanco (los otros serían civiles). En definitiva, esas son las situaciones con las que se va a encontrar un policía en la calle”. 

El robot de TacOps tiene una base inferior blindada que lleva incorporada una figura humanoide que tiene una vida útil superior a los 1000 impactos. Posee también sensores que permiten identificar el impacto a 360º y luces LED indicadoras que permiten -con destellos de luz que se suman al rebatido de la figura- dar cuenta si el blanco fue abatido. 

Además, el robot se traslada gracias a las ruedas balísticas, que son resistentes a pinchaduras y otros posibles daños.

El robot, que mide alrededor de 1.75 metros, tiene una autonomía de seis horas, un alcance de 500 metros y una velocidad similar a la de una persona corriendo. “Tratamos de llevarlo a una situación real con la que se puede encontrar un efectivo”, contaron.

“El simulador sirve, pero tiene un techo. Esto está por arriba”

Desde su oficina en Buenos Aires, los socios de TacOps detallaron que, a diferencia de la tecnología creada por ellos, los simuladores de tiro sirven para ciertos estadios del entrenamiento y que, además, es difícil que puedan transportar al tirador a ambientes (y sensaciones) semejantes a los que tendrán que vivir en la realidad. 

“La situación real, el humo, la munición, el ruido, el estrés e, incluso, el movimiento del robot, generan emociones en el tirador. Por eso, el simulador sirve, pero tiene un techo. Esto está por arriba. Nosotros decimos que es el paso siguiente”, dijeron, y agregaron: “Este robot está pensado para poder moverse en diferentes terrenos”.

“Nuestra ventaja es que confiamos demasiado en la herramienta como método de adiestramiento. Cuando escuchas que los Marines -que usan una tecnología similar hace años- empezaban el día con el 30% de la munición que daba en el blanco y terminaban la jornada con el 80%, quiere decir que esto funciona. Esta tiene que ser la forma en la que se adiestren nuestras Fuerzas, pues es la forma de entrenar del siglo XXI”, explicaron.

Según Pablo Muzzio, el robot realizado por TacOps permitiría que las Fuerzas Armadas y de Seguridad argentinas puedan tener el mismo nivel de entrenamiento que los efectivos extranjeros: “Cuando iniciamos nosotros pensamos en eso. Yo hubiese querido entrenar con esto. En definitiva, su uso permitirá brindarles a las nuevas generaciones la oportunidad para que sean más profesionales”. 

En sus palabras, este tipo de herramientas se usan en el mundo para crear una especie de “preveterano” para el combate pues, antes de que entre en contacto con el adversario, el efectivo tendrá experiencia de sobra para disparar y, en consecuencia, dispondrá de mayor confianza en sí mismo.

“Nuestra expectativa es llegar a todas las Fuerzas del país”

“Nuestra idea es fortalecernos acá. Aprovechar que somos locales”, contó Ignacio Bertoia, quien también detalló que el robot es el puntapié inicial de lo que buscan lograr como empresa.

Además, Muzzio insistió en que debieron romper con una idea muy instalada en el país, aquella que postula que “no se puede hacer”. “Creo que los emprendedores de todo el mundo tienen este tipo de problemas”, reconoció.

“Finalmente, todo va tomando forma. Ahora estamos enfocados en este producto, es la idea que logramos hacer realidad. Sin embargo, en el proceso observamos que el robot puede tener diversos usos, entonces fueron surgiendo distintos proyectos”, destacó Bertoia, quien, junto con el equipo, contó a DEF que una de esas potenciales aplicaciones puede ser en el ámbito de trabajo de los efectivos que integran unidades antiexplosivos o de aquellos que son negociadores: “El usuario final se nos acerca en las exposiciones y nos dice ´necesito esto´”.
“Nuestra expectativa y sueño es llegar a todas las Fuerzas del país, tanto de Defensa como de Seguridad. De esa manera sentimos que contribuimos, porque además de ser una herramienta para el operador, sabemos que el beneficiario final es la sociedad. Si vos tenes un policía mejor entrenado en la calle, la sociedad se va a ver beneficiada. Nuestro deseo es poder brindar, desde nuestro sentido de pertenencia y vocación de servicio, una herramienta que permita tener un país mejor”, concluyeron desde TacOps Robotics.