Un equipo internacional de expertos demostró con ratones el comportamiento de las células madre alveolares de tipo 2, cruciales para la regeneración pulmonar y que también son el origen de muchos cánceres de pulmón. Los detalles
La tasa de incidencia del cáncer (casos nuevos) aumenta con la edad, según la medicina. Si se calcula el número de casos por cada 100.000 personas: hasta los 20 años, hay menos de 25 casos; entre los 45 y 49 años, hay alrededor de 350 casos; a partir de los 60 años, hay más de 1000 casos.
Pero esa estadística provista por ejemplo, por el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos tiene una excepción: después de los 80 años el riesgo disminuye.
Si bien el riesgo está documentado que aumenta entre los 60 y 70 años, un equipo internacional de científicos probó que esta situación cambia en mayores de 80 años.
En el trabajo publicado en la revista Nature, los investigadores analizaron el cáncer de pulmón en ratones y rastrearon el comportamiento de las células madre alveolares de tipo 2 (AT2). Estas células son cruciales para la regeneración pulmonar y también son el origen de muchos cánceres de pulmón.
Allí observaron que niveles más altos de una proteína llamada NUPR1 en los ratones más viejos. Esto hizo que las células actuaran como si tuvieran deficiencia de hierro, lo que a su vez limitó sus tasas de regeneración, lo que restringió tanto el crecimiento saludable como los tumores cancerosos.
“Las células envejecidas en realidad tienen más hierro, pero por razones que aún no entendemos completamente, funcionan como si no tuvieran suficiente”, explicó el biólogo oncólogo Xueqian Zhuang, del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering (MSK) en Nueva York.
“Las células envejecidas pierden su capacidad de renovación y, por lo tanto, del crecimiento descontrolado que se produce en el cáncer”, agregó uno de los responsables del trabajo que descubrió que los mismos procesos también se producían en las células humanas: una mayor concentración de NUPR1 provocaba una disminución de la cantidad de hierro disponible para las células.
Cuando se reducía artificialmente la concentración de NUPR1 o se aumentaba artificialmente la cantidad de hierro, la capacidad de crecimiento celular volvía a aumentar.
Y completaron: “Descubrimos que el envejecimiento impulsa la insuficiencia funcional de hierro que conduce a la pérdida de pluripotencialidad y tumorogénesis, pero promueve la resistencia a la ferroptosis. Estos hallazgos tienen implicaciones para la modulación terapéutica de la homeostasis celular del hierro en la medicina regenerativa y en la prevención del cáncer”.
Esta situación podría brindarles a los investigadores una forma de explorar tratamientos que se enfoquen en el metabolismo del hierro, especialmente en personas mayores, como por ejemplo el hecho de restaurar la capacidad pulmonar en quienes experimentan efectos a largo plazo de COVID-19.
Descubrimos que el envejecimiento impulsa la insuficiencia funcional de hierro que conduce a la pérdida de pluripotencialidad y tumorogénesis, pero promueve la resistencia a la ferroptosis. Estos hallazgos tienen implicaciones para la modulación terapéutica de la homeostasis celular del hierro en la medicina regenerativa y en la prevención del cáncer.
Los expertos afirman que los hallazgos son consistentes con un modelo según el cual la mayoría de los cánceres humanos se inician a una edad temprana, lo que resalta la importancia de dirigir los esfuerzos de prevención del cáncer hacia los individuos jóvenes.
Este descubrimiento también tienen implicaciones para los tratamientos contra el cáncer basados en un tipo de muerte celular llamada ferroptosis, que se desencadena por el hierro. Los investigadores descubrieron que esta muerte celular es menos común en las células más viejas debido a su deficiencia funcional de hierro.
“Lo que nuestros datos sugieren en términos de prevención del cáncer es que los eventos que ocurren cuando somos jóvenes son probablemente mucho más peligrosos que los eventos que ocurren más tarde”, dice el biólogo oncólogo Tuomas Tammela, del MSK.
“Por lo tanto, evitar que los jóvenes fumen, se bronceen o se expongan a otros tipos de carcinógenos evidentes es probablemente incluso más importante de lo que pensábamos”, agregó.
Hay mucho más que explorar aquí sobre los efectos de NUPR1 y cómo se relaciona con la función de las células madre, tanto la regeneración saludable como el crecimiento canceroso, pero estos son hallazgos importantes para combatir el cáncer en cualquier etapa de la vida.
Los médicos responsables afirmaron que en el tema tratamientos contra el cáncer, hay que tener en cuenta múltiples factores: el tipo y el estadio del cáncer, otras afecciones médicas que puedan estar implicadas y (como demuestra este nuevo estudio) la edad del individuo. “Cuanto más personalizados podamos hacer estos tratamientos, más eficaces podrán ser”, describieron.
“Aún hay mucho que se desconoce sobre cómo el envejecimiento cambia realmente la biología del cáncer”, agregó Zhuang.
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