Irán rechaza acusaciones de EE.UU. que los relaciona con el atentado contra Trump

Irán reitera su compromiso con los procedimientos legales para abordar este conflicto.

En respuesta a las recientes afirmaciones de la inteligencia estadounidense sobre un presunto plan de Irán para asesinar a Donald Trump, el país persa ha desestimado categóricamente dichas acusaciones como «sin fundamento» y «malintencionadas».

La Misión de Irán ante la ONU, único canal oficial iraní en suelo estadounidense, ha descalificado estas alegaciones en declaraciones a la prensa.

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La misión diplomática de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de un comunicado publicado este mismo martes, tildó de “infundadas y sesgadas” las acusaciones divulgadas por el medio estadounidense sobre la implicación de Irán en el atentado contra Trump.

“Desde la perspectiva de la República Islámica de Irán, Trump es un criminal que debería ser juzgado y castigado en los tribunales por ordenar el asesinato del general Soleimani”, se lee en la nota de la representación iraní ante la ONU.

En tal sentido, bien consideran a Trump como un criminal que debe ser llevado ante la justicia por su papel en el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en 2020, Irán ha optado por la vía legal para abordar este asunto.

La oficina de la legación diplomática iraní ante la ONU en Nueva York ha recordado en su declaración que “Irán ha elegido el camino legal para responsabilizarse y llevarle a la mesa de juicio”.

Por su parte, un alto funcionario de seguridad nacional estadounidense informó a EFE que la Casa Blanca había sido notificada del plan iraní semanas atrás, tomando medidas de seguridad adicionales para salvaguardar la vida del ex presidente Trump.

De acuerdo con la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, las amenazas iraníes han sido persistentes a lo largo de los años como represalia por la muerte de Soleimani, siendo considerado un asunto de máxima prioridad en materia de seguridad nacional.

En este contexto, ambas partes continúan en una tensa situación diplomática, marcada por acusaciones y medidas de protección adicionales.

En tal sentido, Irán reitera su compromiso con los procedimientos legales para abordar este conflicto, mientras que Estados Unidos mantiene su postura de vigilancia e injerencia ante posibles amenazas externas.