Para saber más de este tema entrevistamos a Leonardo Pintos, guionista, director y productor de El universo conspira.
La serie hizo su avant premier mundial el 23 de marzo de 2023, en el Festival Internacional Series Mania en Francia, en una categoría integrada por otras siete producciones de Australia, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia y República Checa.
Luego siguió un recorrido por diversos festivales internacionales y finalmente se estrenó el 8 de mayo en el canal de Youtube de la Untref y también se encuentra disponible para España y territorio europeo a través de la plataforma Filmin.
El elenco está conformado por Rodolfo Agüero, Camila Parard, Santiago Bozzolo, Cecilia Yañez, Luciana González, Camilo Ripoll, Bruno Acevedo Quevedo y Bruno Brandolino.
¿Cómo empezó esta vocación por el audiovisual?
La inquietud de comenzar a escribir y dirigir de manera audiovisual surgió desde la actuación en teatro. Estando de gira con un espectáculo que se llamó Las Julietas, de Marianella Morena, comenzamos a pensar con uno de mis compañeros, Claudio Quijano, la idea de escribir historias en las cuales nos gustaría actuar y no se estaban haciendo. Y aplicar de alguna manera la idea de que la producción se centrara en la actuación y no en lo técnico. Surgió como un juego que con el tiempo fue tomando forma y luego se convirtió en algo vocacional.
¿Cuál fue tu formación?
Mi formación primera es la FIC, como licenciado en Comunicación. A partir de allí, y de manera accidental, hice un taller de teatro con Roberto Suárez y luego decidí hacer la Emad. No tengo una formación en cine. Me hubiera gustado, pero económicamente en mis tiempos de estudiante, para mí, no era viable. Las herramientas que adquirí a nivel audiovisual provienen de las carreras anteriormente mencionadas. Por eso celebro la educación pública y el hecho de que la UTU o Bellas Arte, en la actualidad, estén permitiendo formación audiovisual gratuita.
¿Qué te aportó haber estudiado Comunicación y Teatro para hacer lo que haces como cineasta?
A nivel comunicacional, dos cosas. Primero, herramientas audiovisuales en las materias que componen la carrera y que tienen que ver con esta disciplina. Y segundo, la idea o necesidad de pensar el proyecto en su globalidad. Me refiero no solo a la escritura, preproducción, rodaje y edición, sino también a la gráfica, a la distribución, a las audiencias, a las marcas que pueden asociarse con el proyecto. En fin, a que la comunicación global de la serie valga la redundancia. A nivel teatral, creo que hay algo artesanal del quehacer teatral uruguayo que es muy valioso, la posibilidad de resolver con poco. Eso no quiere decir que no se precisen fondos. Al contrario. Pero en teatro hay más posibilidades de realización con menos. En audiovisual eso es más complejo y difícil. Entonces rescatar ese espíritu teatral me sirvió a la hora de producir la serie. Pensando en cómo realizarla con lo que teníamos, tomando eso como un desafío en vez de un impedimento.
¿Por qué una serie?
Me gusta el formato, siempre me gustó. Desde niño. Incluso en épocas en que las series o unitarios en televisión no tenían la popularidad que están atravesando en este momento. Hay algo en la continuidad de las historias que me atrae. La posibilidad de cerrar la historia en un capítulo y dejarla abierta al mismo tiempo, así como también en las temporadas, me parece mucho más amplia que en una película, que puede continuar en una secuela, pero en series es algo más infinito. Y también a la hora de escribir, el ejercicio de contar más en menos tiempo es un gran desafío.
En El universo conspira, ¿fuiste el guionista, el director, el productor?
Sí, porque a la hora de escribir, me di cuenta de que avanzaba a la par de ir consiguiendo cosas para que la idea no se quedara en un cajón. Por ejemplo, escribí el primer capítulo, que sucede arriba de un ómnibus capitalino, entonces conseguí el bondi, para no tener que descartar la idea a la hora del rodaje. Iba escribiendo y produciendo. Me gusta eso, me gusta hacer que las cosas sucedan, tanto en el papel como en la escena. Entonces hacer las tres cosas, al menos en este proyecto, fue algo natural. En equipo claramente. Todo termina siendo un hecho colectivo siempre. No hubiera podido sin el equipo que me siguió la cabeza.
¿Qué tienen en común El universo conspira con Feriados del 2016? A nivel país, ¿hubo cambios en cuanto a la industria?
En común, el espíritu coral de la serie. Me gusta pensar que la historia se pinta de muchas individualidades. Por eso una vez más pensé en un elenco protagónico coral. Más allá de que en esta serie el hilo argumental lo lleva la historia de los dos Brunos. Es como abrir un abanico de realidades que se cruzan. Cuantas más, mejor. También intenté olvidar la presión del resultado y concentrarme en estar conforme con el proceso. Con Feriados fue igual. Al momento del estreno ya estábamos satisfechos. Por la vivencia y el aprendizaje. Y en común, también, es la certeza de que volvería a trabajar con todas, todos y cada una o uno de ellas y ellos. Me refiero a todo el equipo. Feriados fue una serie pensada para televisión y financiada con un fondo más grande. En mi caso, las dificultades económicas de El universo conspira fueron algunas más, pero la experiencia de haber hecho una serie antes alivianó esas dificultades y poder potenciar al máximo los recursos.
A nivel de industria, en estos últimos años, las series han tenido un crecimiento avasallador. Hacer en el 2016 no es lo mismo que ahora. Entonces, al crecer en cantidad, se crece en calidad. Y también se diversifican los formatos en series. Ya no es solo el formato, pensado para televisión. Son formatos pensados para plataformas, para redes, que varían en duración, en cantidad de capítulos, etcétera. Entonces, a los que hacemos series, nos da la libertad de pensar y escribir sin ataduras, por decirlo de alguna manera. Y también los canales de difusión han crecido. Hoy en día, alguien puede filmar con un celular, subirlo a las redes y hacer una serie si quiere. A lo que voy es: las posibilidades y el reconocimiento a las series es mucho mayor que hace ocho años atrás. Y muchas más personas haciendo series.
Muchos de tus actores fueron alumnos de la EMAD, allí los conociste. ¿Trabajarías de la misma forma con actores profesionales que eligieras en un casting?
Volvería a trabajar con egresados y egresadas de la EMAD, seguro. Porque me gusta trabajar con actores de teatro y porque además fue el lugar donde me formé. Podría decir que es algo que decido desde el comienzo e incluso también en mi serie anterior. He trabajado con actores profesionales y también repetiría. Sobre el casting, puedo decir que escribo ya pensando en actores. Me inspira mucho crear la historia o los personajes y ya saber a quién me imagino que le dará vida. Por lo que el casting es algo que hago, o he hecho, de manera silenciosa sin que el actor o actriz muchas veces lo sepa. Pero no descarto la posibilidad de realizar un casting de manera más tradicional en un futuro.
¿Hasta qué punto aceptas que te sugieran o hagan modificaciones en tus escenas?, ¿qué aspectos o reglas estableces para que el equipo humano funcione?
En este proyecto, yo trabajé en coproducción entre mi productora, Manso Films, y Oruroboros Films, un colectivo artístico de jóvenes formados en cine. La mirada de este colectivo fue fundamental para mí. Porque entiendo que la realización audiovisual está en constante cambio y actualización, no solo con las nuevas tecnologías, sino también con la mirada contemporánea a la hora de contar historias. Entonces para mí escuchar e intercambiar con el equipo es fundamental. Así lo hice con Leandro Salandrú y Camilo Argimón, mis dos directores de fotografía. Y discutir las diferencias desde el respeto y la escucha. Y también creo en que, si bien hay roles, técnicos y actorales, el trabajo es en equipo. Me gusta que haya integración a la hora del trabajo. Creo que se puede trabajar en un clima divertido sin que el trabajo pierda seriedad. Y así como escuché al equipo técnico, hice lo mismo con los actores desde el primer ensayo. Me gusta el aporte de ideas. De hecho, ellos figuran como colaboración autoral. Yo puse las ideas en el papel, pero Ouruoboros y los actores les dieron vida a esas ideas. En este proyecto, además, yo tuve a dos mujeres en los roles de asistencia de dirección y jefatura de producción, Valentina Collazo y Maysa Correa. Espero que estos roles que son cabeza de equipo, y generalmente ocupados por varones, empiecen a ser habitados por mujeres.
¿Repites las escenas hasta que salgan como quieres? ¿Qué te obsesiona cuando filmas: el clima, los tiempos, la luz, el sonido, la edición?
Me obsesiona la actuación. Que las escenas no pierdan naturalidad, que el actor se sienta cómodo y se olvide de la cámara. Me gusta hacer ensayos grabados para captar lo que pueda suceder y sumarlo si funciona. Y sobre todos cuidarlos a la hora de editar, que es una etapa que disfruto mucho ya que es como reescribir. En los otros rubros me gusta exponer mis ideas, pero en general confío en el equipo. Me gusta ver cómo, por ejemplo, el director de foto se imaginó lo que yo escribí.
Te presentaste a fondos estatales y no saliste seleccionado ¿Cómo hiciste para tener financiación en este proyecto? ¿Suerte? ¿Contactos?
En realidad, tuve algunos apoyos estatales, entre ellos, la Secretaría de Diversidad de la Intendencia. Creo que es importante, cuando no se gana un fondo, no rendirse ni atarse a eso. Sé que es difícil porque la disciplina exige dinero, pero se pueden buscar apoyos que no vienen en cash, pero si en productos o servicios. En el caso de este proyecto, haber hecho Feriados allanó el terreno para que un montón de empresas y marcas se quisieran asociar a la serie apoyando la realización. La articulación con privados es algo que espero se profundice, porque permitiría que muchos proyectos que no obtienen fondos públicos no se queden en el tintero. Si este proyecto sirve para que empresas u organismos despierten su interés en apoyar, nos llenaría de satisfacción.
El Programa de apoyos estatales Series.uy ya no está vigente. A futuro ¿recurrirías al Programa Uruguay Audiovisual? ¿Convocarías sponsors, un crowfunding, alianzas estratégicas?
Bueno, si bien el fondo PUA no está habilitado en este momento, entiendo que se sigue pensando en su continuidad. Eso espero también. Por otro lado, la ACAU y Montevideo Audiovisual de la IM, tienen abiertas algunas convocatorias que permiten viabilizar proyectos de series. Es importante destacar eso. Que de alguna manera se genera cierta continuidad, aunque no sea el mismo fondo ni las mismas sumas. Y que ambos organismos siguen apoyando el audiovisual en Uruguay. En nuestro caso, negociamos con UN3, la plataforma argentina y con ellos obtuvimos el apoyo en la post de sonido, gráfica y distribución. Y gracias a eso llegamos a Filmin y estrenamos la serie en Latinoamérica y España en simultáneo. Así que me gustaría seguir profundizando en este camino de alianzas internacionales. Interés hay. El universo es una prueba de ello.
¿Qué le aconsejarías a un joven que quisiera incursionar en el mundo audiovisual?
Prefiero decir que a mí la disciplina, el rigor y la constancia me han servido mucho. En general creo que es algo aplicable a cualquier actividad artística. Hacer con respeto y compromiso. Y honestidad, por sobre todo. Y armar equipo. Trabajar con pares. Siempre. Ante todo lo colectivo. Y que los “no” sirvan para recalcular y seguir.
Después de haber viajado presentando El universo conspira, ¿cambió en algo tu perspectiva? ¿Son imprescindibles los festivales?
En el caso de esta gira de festivales con este proyecto, creo que lo que confirmé es aquella vieja frase que dice “pinta tu aldea y pintaras el mundo”. Había tenido la chance de viajar con teatro e incluso con mi serie anterior, pero esta vez hubo algo distinto. Me di cuenta de que la historia de la serie es algo universal, que puede suceder en cualquier sitio. Pero el atractivo en el exterior era lo local. Poder ver una fotografía del Montevideo actual a través de la serie. Creo que en un mundo cada vez más globalizado, lo local cobra más vida. Y, por otro lado, los festivales son importantes, no solo para la difusión del audiovisual nacional, sino también para el encuentro entre creadores. Poder ver e intercambiar sobre las experiencias de rodaje en cada país y generar alianzas de coproducción entre diversos territorios.
De acá en más, ¿seguirás con las series? ¿Dónde te ves en cinco años?
Me gustaría hacer una segunda temporada de El universo conspira. Estoy escribiendo una serie nueva también. Y tengo pendiente volver a trabajar con el equipo de Feriados. Me gustaría seguir produciendo de manera más continua. Con un poco menos de espacio entre proyecto y proyecto. Pero eso depende siempre de la financiación. De todas formas, no deja de ser una meta y trabajo para eso día a día. A eso aspiro. Y si, el camino son las series, o por lo menos así lo siento en este momento. Creo que desde el 2010 en adelante se hicieron series. En nuestro país. En canales de tv y en la web. Quizás los fondos también contribuyeron a eso. Entonces no creo que en Uruguay no se hagan series, creo que se hacen de manera intermitente y esto no contribuye a generar algo sistémico y que además incremente el interés del público. Seguir haciendo series es mi aporte a que esto suceda. Me gustaría mucho que existiera una especie de UN3 en Uruguay. Me encantaría que la FIC fuera quien lleve esto adelante.
Mary Ríos
Fuente de esta noticia: https://www.xn--lamaana-7za.uy/cultura/y-las-series-uruguayas/
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