Loan desapareció el 13 de junio de 2024, después de un almuerzo familiar en la casa de su abuela, en la localidad correntina de 9 de Julio. Desde entonces, el tiempo quedó suspendido para su familia, marcado por la espera, la incertidumbre y una búsqueda que no se detiene. El Argentino dialogó en exclusiva con sus padres, María Noguera y José Peña, y con uno de sus hermanos, José Peña.
Son las ocho de la mañana del sábado 6 de diciembre. La primera parte de la entrevista transcurre a solas con María, la mamá de Loan. Recién levantada, ceba unos mates mientras habla. Desde la desaparición de su hijo, el descanso se volvió irregular. “A veces no puedo dormir y me levanto tarde”, dice.
Habla de los sueños y de cómo en ellos ve a Loan distinto, más grande. Piensa en cómo puede estar hoy su hijo, en los cambios que el tiempo impone. “Hay fotos de Loan circulando, el tema es que solamente la carita se va a reconocer, y el remolino, pero no sabemos cómo está hoy”, explica.
Loan tiene seis años. María se pregunta cómo habrá cambiado y señala su parecido con sus hermanos, Mariano y Fernando, como uno de los rasgos que podrían ayudar a identificarlo.
María Noguera y José Peña
Minutos después se suman el papá de Loan y José, uno de sus hermanos. La conversación se amplía, pero el tono se mantiene: respuestas medidas, pausas necesarias, un diálogo que avanza sin estridencias. Así comienza esta entrevista, atravesada por una ausencia que persiste y por la decisión de seguir hablando para que la búsqueda no se detenga.
-¿Cómo son los días desde la desaparición de Loan?
–María: La verdad es que agota. No deja de pensar a toda la familia: a los hermanos, al papá y a mí. Van pasando los meses, los días, ya pasó un año y medio y no tenemos ninguna pista. No sabemos dónde está, qué pasó o qué hicieron con él. Esa respuesta es la que queremos tener para poder estar tranquilos, para saber qué pasó o para tenerlo de vuelta con nosotros.
-¿Cómo conviven con la incertidumbre en lo cotidiano?
–María: No saber nada es lo que más duele. Hay personas que me dicen que sufrieron mucho cuando perdieron a un hijo en un accidente, y yo les digo que al menos saben qué pasó. No es lo mismo. Pero no hay que bajar los brazos. Vamos a seguir luchando.
“Le digo a la gente que nos ayuden a encontrar a Loan”
María Noguera, mamá de Loan.
-¿Qué fue lo que más cambió en sus vidas desde entonces?
–María: Todo cambió. En el pueblo y, sobre todo, encasa. Los hermanos trabajaban, el papá hacía sus changas y yo lo llevaba a Loan a la escuela. Hoy todo eso cuesta muchísimo. A veces los hermanos me dicen: “Mami no se puede trabajar porque estamos pensando en Loan”. A mí me cuesta un montón volver a lo de antes, me cuesta. Una mamá no es como un hermano, una mamá es un montón, es por eso que a mí me cuesta salir y ser como la de antes.
–José (padre): Igual yo, quedé solito acá, y tengo que ir con mi mamá, casi todos los días, porque ella está solita en el campo, entonces estoy acá y allá. No puedo ni ir a laburar, por ahí hago una changuita, y ya me quedo, y, así estoy. Siempre pensando en eso. Ya no puedo trabajar continuo como hacía antes, cambió todo.
-¿Y quién los contiene hoy?
–María: No, no, nadie, la verdad que ni siquiera mi hermana, nadie aparece acá a tomar unos mates o algo, nadie estoy acá yo sola haciendo esa, esa fuerza.
-¿Qué es lo que más extrañan de él?
–José (padre): Extraño su alegría. Él siempre estaba conmigo. Cuando yo volvía, Loan me esperaba y pasábamos tiempo juntos, íbamos a andar a caballo. Después yo me iba a trabajar y él a la escuela. Era así todos los días.
–María: A mí me falta todo. Yo extraño llevarlo a la escuela y después ir a buscarlo. Volvía, se sacaba el guardapolvo y jugaba en el patio. A veces se iba a la canchita de enfrente, otras quería ayudar al papá en la huerta. Todo eso se dejó, porque cuesta mucho seguir con esas cosas.
–José (hermano): Se extrañan muchas cosas. A esta hora él estaría acá, con la pelota, la bici, jugando alrededor de la casa. Hoy no está ese ruido, no está esa imagen, y cuesta entenderlo. Tenemos la esperanza de que esté vivo y de poder recuperarlo, de que vuelva a su lugar.
– A la distancia, ¿qué creen hoy que pasó con Loan?
–José (hermano): Nunca había pasado esto en el pueblo, entonces, nunca se nos pasó por la cabeza que iba a pasar algo así. Pensamos muchas cosas después de lo que ha pasado ese 13 de junio. Nunca supimos o entendimos que se lo hayan llevado, porque se buscó tanto en la zona como en miles de lugares y no estaba. No se perdió, se lo llevaron.
–María: Desde el primer día digo lo mismo: a Loan se lo llevaron. Él no se va a perder solo.
–José (padre): No encuentro otra explicación.
“Queremos saber la verdad. Qué otra cosa podemos pedir”
José Peña (papá de Loan)
-José, volviendo a lo que pasó ese día, ¿hoy ves algo distinto?
–José (padre): No. Me siento en la misma mesa, en el mismo lugar, y no puedo ver nada distinto. Pienso, miro, y no encuentro una explicación. ¿Cómo, dónde, cómo puedo ser?
-¿Te cuesta volver al campo?
–José (padre): Sí, pero tengo que ir. Tengo que cuidar a mi mamá y a los animales. Ahora estoy solo.
-¿Qué preguntas te hacés hoy sobre ese día?
–José (padre): Siempre digo lo mismo: si ese día yo sabía que ellos iban, ni yo ni Loan íbamos. Cuando ellos iban, yo no solía ir, me quedaba tranquilo en mi casa para evitar problemas. Ese día fui de casualidad y me encontré con todos ahí. Yo siempre los evitaba. Ese día caí en una trampa. No conocía a Pérez ni a Caillava. No entiendo cómo dejaron a gente desconocida ahí.
-Saber que hubo personas cercanas involucradas, ¿agranda todavía más el dolor?
–José (padre): Sí. No se puede creer.
–María: Nadie puede creerlo. Como dice mi marido, él no sabía lo que iba a pasar. Ese día se fue como siempre, y Loan quiso ir con él. Yo misma le dije que lo llevara a ver a su abuela.
-José, si hoy pudieras hablar con tu hermana,Laudelina, ¿qué le dirías?
–José (padre): Muchas cosas. Le preguntaría por qué se fue con él, por qué lo dejó y volvió sola. Tengo muchas preguntas.
“Tenemos la esperanza de que esté vivo y de poder recuperarlo”
José Peña (hijo)
–José, como hijos mayores, ¿sentís que les toca contener a su familia y también estar encima de la causa judicial?
–José (hermano): Sí, es así, tratamos de entre todos ayudarnos y de entre todos llevar un proceso muy pesado. Todos los días estamos con eso, peleando por encontrar la verdad. Son miles de preguntas que tenemos, y la verdad que nos está costando un montón y los que realmente tienen que hablar no lo hacen. Eso da mucha bronca, entonces son cargas pesadísimas que vamos llevando día a día, y no solo yo sino también el resto de mis hermanos y demás familiares que también están muy angustiados y con esa expectativa de saber qué pasó con Loan, dónde está.
Son días difíciles, se fue un año y pico y todavía no hay algo concreto de dónde pudiéramos encontrarlo o qué es lo que realmente pasó, pero sí tenemos claro que a Loan se la llevaron y sabemos más o menos quiénes podrían decirnos la verdad.
José Peña (hijo)
-¿Creen que en algún momento alguno puede quebrarse y decir la verdad?
–José (hermano): En un principio, a ellos les convenía hablar, hoy están más complicados. En esas primeras búsquedas, se empezaron a tirar palos entre sí y se fue complicando todo. Yo creo que fue todo planeado, o sea, esto estaba previsto para cualquier momento, pero bueno, nadie lo sabía. Si mis padres o algún familiar nuestro sabían lo que iba a pasar, ellos no hubieran ido. Fueron sin saber lo que iba a pasar, sin saber que iba a haber unalmuerzo y que esas personas iban a estar allí. Fueron sin teléfono, sin invitación, sin nada. Mi papá y mi hermano fueron a visitar a la abuela y pasó lo que pasó, se lo llevaron. Así que nosotros estamos con esa esperanza enorme de que ellos hablen, que digan la verdad, y más que nada que se sepa dónde está Loan. Eso es lo que siempre nos preguntamos.
–María: Creería que todos los que están detenidospueden quebrarse, pero más Laudelina o Pérez. Una certeza, eso es lo que queremos escuchar nosotros para estar tranquilos.
-¿Hoy qué les da fuerza para seguir adelante?
–José (padre): Hay que hacer fuerza de una u otra forma, hay que seguir.
–José (hijo): Hoy lo que más fuerza nos da es la unión en la familia, el apoyo de la gente que todavía nos siguen acompañando, y la esperanza: estamos muy expectantes a que él vuelva con nosotros. Estamos al pie del cañón, 24-7, de que Loan aparezca y saber la verdad. Hay muchas hipótesis, no descartamos ninguna. Nosotros estamos muy confiados en la justicia federal, en los abogados y en toda la gente que nos está acompañando. Así que no vamos a bajar los brazos ni vamos a aflojar hasta que Loan aparezca y se sepa realmente lo que pasó.
-¿Qué mensaje les gustaría dar?
–María: Como siempre, le digo a la gente que nos dé su apoyo, que si alguien lo ve que avisen a la comisaría más cercana. Y también si ven a un niño y creen que puede ser Loan, que le pregunten cómo se llama, quién es tu papá, que él les va a decir porque es muy vivo. Él tiene en su cabeza que le falta su papá, sus hermanos, su mamá, todos, así que si no está muy asustado, va a decir su nombre. Por eso, le digo a la gente que nos ayuden a encontrar a Loan.
–José (padre): Todo lo que pedimos es que la sociedad nos ayude y que ojalá lo encontremos lo más pronto posible sano y salvo, y queremos saber la verdad. Qué otra cosa podemos pedir. Y ojalá que se haga justicia, buscamos la verdad. No vamos a aflojar.
Por Andrea Reyes
ElArgentino.ar
Fuente de esta noticia: https://elargentinodiario.com.ar/entrevista/21/12/2025/no-saber-nada-es-lo-que-mas-duele-a-18-meses-de-la-desaparicion-de-loan-habla-su-familia/
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