
Presentada por el director del centro, Ricardo Alfós; los comisarios Sol Carnicero y Bernardo Sánchez Salas; y José Luis García-Berlanga, hijo del cineasta y asesor de contenidos de la exposición, la muestra llega a Zaragoza tras su paso por Barcelona, Valencia y Sevilla, donde ha sido visitada por más de 160.000 personas. Realizada en colaboración con la Filmoteca Española, la exposición se sustenta en un exhaustivo trabajo de catalogación y digitalización del archivo personal de Berlanga, adquirido por el Ministerio de Cultura para las colecciones públicas estatales y accesibles por primera vez al gran público.
La propuesta desvela un Berlanga íntimo, complejo y contradictorio, más allá del personaje público y del mito cinematográfico. El título —Interior Berlanga. Cine, vida y humor— funciona como una declaración de intenciones: penetrar en el interior físico y simbólico del creador, en aquello que guardó durante décadas en su estudio y que hoy permite reconstruir no solo su biografía, sino también una mirada singular sobre la España del siglo XX. Como subraya su hijo, ese archivo “no es solo sobre mi padre, sino sobre todo un país”, una afirmación que atraviesa toda la exposición.

La escenografía, diseñada por Carles Berga, traduce el lenguaje cinematográfico de Berlanga al espacio expositivo. El recorrido se articula en una introducción y seis grandes ámbitos temáticos que dialogan entre sí: La habitación de Berlanga, El magisterio de Berlanga, Mal preparado para este mundo del cine, Eros y miedos, Inventario y cremá. La falla y Lo berlanguiano. Cada uno de ellos despliega una dimensión distinta del cineasta, combinando rigor histórico, emoción y una puesta en escena inmersiva.
El itinerario se abre con una introducción que contextualiza el archivo y el proceso de catalogación, antes de adentrarse en una recreación fiel del estudio que Berlanga tenía en Somosaguas. Este espacio funciona como depósito de memoria, laboratorio creativo y refugio personal. Allí se acumulaban noticias, cartas, objetos y documentos relacionados con su vida familiar, sus amistades, su relación con el cine y con la historia del país. Es, simbólicamente, la ventana desde la que Berlanga observó el mundo en sus últimos años.

Uno de los núcleos más sugerentes de esta sección es la relación del cineasta con el cine primitivo y la magia de la imagen en movimiento. Destaca la pieza audiovisual La barraca del cine, evocación de las películas que marcaron al joven Berlanga y que luego dialogarían con su propia obra. Figuran nombres esenciales como René Clair, Jean Vigo, Fritz Lang o G. W. Pabst. Las vitrinas reúnen, además, correspondencia con figuras como René Clair y Charles Chaplin, incluido un guion inédito de un proyecto nunca realizado con este último, junto a dietarios personales, dibujos y fotografías familiares.
La infancia, la educación y la Historia ocupan otro de los grandes ejes de la muestra. La escuela, omnipresente en su filmografía, se recrea aquí como espacio físico y simbólico, en diálogo con películas como Bienvenido, Mister Marshall o Calabuch. Berlanga abordó siempre la Historia desde las pequeñas historias, desde la mirada descreída pero compasiva hacia sus contemporáneos. Fotografías, documentos escolares y materiales de su juventud —incluida su etapa en la División Azul— permiten entender cómo se forjó un creador incómodo, vigilado por la censura y tildado de “mal español” por el franquismo. Menos conocido es su temprano interés por la poesía, presente en manuscritos juveniles que revelan otra faceta de su sensibilidad.
El ámbito titulado Mal preparado para este mundo del cine aborda el proceso creativo berlanguiano, desmontando la falsa modestia del propio director, que afirmaba tener dificultades para crear. La exposición muestra, a través de documentos de trabajo, guiones, storyboards y proyectos inacabados, la precisión extrema con la que controlaba cada aspecto de sus películas. Se reconstruye también el Cine Atlántico, espacio donde se proyectan dos documentales dirigidos por su hijo que ayudan a comprender la dimensión internacional de su obra. Entre las piezas más destacadas figuran el Premio Goya a la Mejor Dirección por Todos a la cárcel, los storyboards de Bienvenido, Mister Marshall, materiales de rodaje de La vaquilla o Nacional III, y documentos que evidencian contactos tempranos con figuras como Brigitte Bardot.

El recorrido presta especial atención al diseño gráfico de los carteles de sus películas, auténticos espejos de la evolución estética y cultural del cine español, así como a los programas de mano, donde el humor y la sátira ya anticipaban el universo berlanguiano. Se subraya también la importancia de su elenco habitual de actores y la proyección internacional de su filmografía, que contribuyó decisivamente a construir una imagen crítica de España durante la transición democrática. Su último largometraje, París-Tombuctú, aparece como un cierre poético, un viaje final en busca de una ilusión.
La exposición invita, además, a la experimentación: un espacio interactivo permite a los visitantes realizar su propio travelling o plano secuencia, técnica emblemática del cine de Berlanga, y llevarse el resultado mediante descarga digital.

El apartado Eros y miedos aborda uno de los territorios más complejos y polémicos de su obra. En una España marcada por la represión moral, Berlanga exploró el deseo, el fetichismo, la tensión entre los sexos y la relación entre erotismo y muerte. Se exhiben novelas galantes, dibujos fetichistas, fichas temáticas y elementos vinculados a Tamaño natural. Como contrapunto, emerge el miedo —especialmente a la muerte— simbolizado por un grabado de Goya que dialoga con la obsesión berlanguiana por el final, la ejecución y la fragilidad humana.
El tramo final, Inventario y cremá. La falla, conecta su cine con su identidad valenciana. Berlanga se definía como un cineasta fallero, pirotécnico, y esa idea cristaliza en una falla construida con objetos emblemáticos de su universo fílmico. La simulación de la cremá, con humo y fuego, cierra el recorrido con una metáfora poderosa: todo arde para poder renacer. El fuego del tiempo consume los empeños humanos, pero el cine, como la memoria, tiene la capacidad de revivirlos una y otra vez.
En el vestíbulo, el espacio dedicado a Lo berlanguiano propone un ensayo audiovisual coral que reflexiona sobre un término ya incorporado al diccionario de la RAE. Cineastas, actores, músicos y escritores intentan definirlo sin lograr agotarlo, fieles al espíritu inaprensible del propio Berlanga. La exposición concluye así con la idea de los “no finales”: en su cine no hay clausuras definitivas, solo caídas, ascensos y fracasos provisionales, como en la vida misma.
La muestra se completa con un amplio programa de actividades, ciclos de conferencias, proyecciones y encuentros que amplían el horizonte berlanguiano, así como con la incorporación a CaixaForum+ de documentales y ensayos audiovisuales que profundizan en su figura. En conjunto, Interior Berlanga se revela como un ejercicio ejemplar de memoria cultural: una exposición que no canoniza, sino que interroga, que no clausura, sino que mantiene vivo el temblor crítico, humorístico y profundamente humano de uno de los grandes narradores de nuestra historia.

Redacción
Fuente de esta noticia: https://urbanbeatcontenidos.es/caixaforum-zaragoza-berlanga/
************************************************************************************************************
También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: Telegram Prensa Mercosur
Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: https://t.me/prensamercosur Mercosur
Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://www.whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1W
