
Stephan Maag lleva muchos años evangelizando en la calle. Originario de Suiza, es conocido por llevar su cruz desmontable de 40 kg a lugares donde habla de la existencia de Dios, ora por aquellos que lo pidan y explica lo que significa seguir a Jesús.
En los 28 países que ha visitado ha podido hacer su peregrinación (suele caminar unos 10 kilómetros) sin problema, despertando la curiosidad de los viandantes y recibiendo un buen trato de las fuerzas de seguridad locales.
Sin embargo, su reciente viaje a Mónaco, un micro estado al sureste de Francia, terminó mal, según cuenta el medio suizo Livenet.ch.
Todo parecía ir bien al comenzar su visita, que siempre hace con una segunda persona de su ministerio. “Se nota que todos son muy, muy ricos, los coches son extremadamente lujosos y las casas también son muy ostentosas… pero tuve la sensación de que la gente estaba realmente interesada, lo que me sorprendió”, afirmó Maag.
En un momento dado, dos policías los pararon el paso para comprobar su documentación. Tras consultar con sus superiores, “nos dijeron que teníamos que ir a la comisaría, y llegaron dos coches patrulla con las luces azules encendidas. Tuvimos que ponernos junto al coche, nos registraron y después nos arrestaron”.
“Nos llevaron a una celda de hormigón donde había otras personas, mendigos y otras personas que probablemente no sean bienvenidas en Mónaco”, contó el evangelista. Tras una hora de espera, “volvieron y nos dijeron que teníamos que irnos, que eso no estaba permitido en Mónaco”.
Stephan Maag intentó apelar a la libertad religiosa y al derecho fundamental de la libertad de expresión.
“Se pusieron nerviosos, salieron fuera y luego volvieron y explicaron que solo estaba permitido dentro de los edificios, pero no en sitios públicos. También dijeron que la cruz era demasiado grande, pero que una más pequeña no hubiera sido un problema”.
Según explicó el evangelista callejero, finalmente le dijeron que las órdenes venían “de arriba” y que tenían que desmontar la cruz y dejar Mónaco.
Antes de marchar, el equipo pidió una explicación por escrito del motivo de su expulsión, pero “dijeron que no tenían ninguna explicación, que Mónaco era un lugar especial, que teníamos que aceptarlo, hacer las maletas y marcharnos”.
En otros lugares de Europa
“Nunca nos había pasado nada parecido en Europa”, señaló Maag.
En Bruselas, por ejemplo, la policía le impidió acceder a ciertas zonas de la ciudad por motivos de seguridad. En París, los agentes de policía con los que el portador de la Cruz tuvo un primer contacto le dijeron que tenía el derecho de moverse con libertad e incluso informaron de ello a todos los otros agentes, para evitar inconvenientes.
Según Livenet.ch, Stephan Maag y su cruz son controlados por la policía en aproximadamente un tercio de los países que visitan. Uno de sus próximos objetivos es peregrinar a zonas como los Balcanes y Grecia.
Redacción PD
Fuente de esta noticia: https://protestantedigital.com/internacional/71144/monaco-expulsa-al-evangelista-suizo-que-recorre-europa-con-una-cruz
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