
Imagen Asuntos Legales
La escena política colombiana recibió un sacudón contundente con la presentación de 4.869.407 firmas que avalan la candidatura presidencial de Abelardo de la Espriella, una cifra que el precandidato interpreta como una demostración de fuerza ciudadana sin precedentes recientes y que, según afirmó, constituye el punto de partida para competir con la aspiración explícita de ganar en primera vuelta en las elecciones de 2026. En medio de una presentación cargada de simbolismo, De la Espriella sostuvo que esas firmas “no son simples registros administrativos, sino el mandato directo de un país que exige recuperar su rumbo”. Su mensaje, dirigido tanto a aliados como a adversarios, fue claro: considera que estas adhesiones representan el pulso de una ciudadanía dispuesta a asumir un papel protagónico.
El precandidato insistió en que su proyecto no se articula alrededor de ideologías rígidas ni estructuras partidistas tradicionales, sino de lo que él describe como principios innegociables que deben regir la vida pública: la centralidad de la familia, la defensa de la propiedad privada, la seguridad ciudadana, la fortaleza institucional de la justicia, la protección integral de la niñez y un sentido espiritual que -según afirmó- constituye parte del tejido moral del país. Para De la Espriella, el electorado busca corregir un rumbo extraviado, y estas firmas serían la voz de una ciudadanía “que retoma las riendas de su destino político”.
El apoyo del partido Salvación Nacional se consolidó con la oficialización de su aval, y su director, Enrique Gómez Martínez, asumió la jefatura de debate de la campaña. Con ello, se articula un bloque político que busca unificar a los sectores de derecha y a aquellos que expresan inconformidad con el actual gobierno, en un esfuerzo por erigir una alternativa sólida en el panorama electoral. Para la colectividad, esta candidatura encarna una confluencia de ciudadanos de diversos sectores que buscan preservar la institucionalidad y rechazar lo que consideran riesgos para la estabilidad del país.
En esta estructura de campaña, una figura clave emergió con especial relevancia: el jurista constitucionalista Germán Calderón España, quien se incorpora como uno de los principales arquitectos jurídicos del proyecto presidencial. Su papel se define como estratégico en el diseño y la defensa de la plataforma legal de la campaña, aportando experiencia en derecho público y en la interpretación constitucional. La presencia de Calderón España fortalece el equipo de primera línea encargado de los asuntos normativos y del análisis institucional que acompañará cada fase de la contienda electoral, ya que su trayectoria lo convierte en una pieza central para las discusiones jurídico-políticas que se anticipan en el proceso.
De la Espriella dedicó palabras de gratitud a quienes recorrieron el país para recolectar las firmas, a quienes llamó “defensores de la patria”. Los convocó a transformar ese respaldo inicial en un movimiento electoral capaz de multiplicarse en las urnas, con el objetivo de que cada firma se convierta en un voto replicado cinco veces. Subrayó que su campaña está abierta a todos los ciudadanos, exceptuando -según expresó- a quienes asocia con el deterioro institucional, como el presidente Gustavo Petro, el senador Iván Cepeda y los grupos criminales que operan en el país.
Con un mensaje de tono desafiante y decidido, el precandidato insistió en que su objetivo no admite ambigüedades: buscar la victoria en primera vuelta. Para sus seguidores, la magnitud de firmas entregadas confirma que su figura se posiciona con fuerza en el tablero político; para sus críticos, es el inicio de una campaña cuya dinámica puede redefinir las tensiones del escenario electoral de 2026. Entre ambas percepciones, De la Espriella apuesta por consolidar un movimiento que, respaldado por figuras como Enrique Gómez Martínez y Germán Calderón España, pretende convertirse en una fuerza determinante en la política nacional durante los próximos meses.
carloscastaneda@prensamercosur.org
