

El asteroide Bennu volvió a convertirse en protagonista científico tras tres estudios publicados en 2025 que revelaron algo sorprendente: en las muestras recogidas por la misión OSIRIS-REx se identificaron ribosa, glucosa y un extraño material polimérico nunca antes observado en rocas espaciales. No se trata de señales de vida, pero sí de ingredientes fundamentales que podrían explicar cómo comenzó la biología en el sistema solar. Para la comunidad científica, Bennu no solo es una cápsula del tiempo: es una ventana a una época en la que el universo preparaba el terreno para lo que hoy conocemos como vida.
El asteroide Bennu y los azúcares que sorprendieron a los científicos
Cuando OSIRIS-REx entregó a la Tierra unos gramos del asteroide Bennu en 2023, el objetivo era claro: analizar material prístino, sin contaminación terrestre, para entender mejor la química del sistema solar temprano. Dos años después, la sorpresa fue inmensa. Los investigadores confirmaron la presencia de ribosa, un azúcar de cinco carbonos indispensable para el ARN, y de glucosa, la molécula energética más común en la vida moderna.
Es la primera vez que se detecta glucosa en una muestra extraterrestre. Este hallazgo sugiere que los componentes esenciales de la vida no se formaron exclusivamente en la Tierra, sino que podrían haberse distribuido a través de asteroides como Bennu hace más de 4.500 millones de años.
Azúcares del sistema solar temprano y la hipótesis del “mundo de ARN”
La ausencia deliberada de desoxirribosa, el azúcar del ADN, contrasta con la abundancia de ribosa en las muestras. Esta diferencia fortalece una idea que lleva décadas ganando terreno: la hipótesis del “mundo de ARN”, que plantea que las primeras formas de vida usaron ARN para almacenar información genética y catalizar reacciones químicas antes de la evolución del ADN.

Los estudios publicados también confirman la presencia de nucleobases, fosfatos y aminoácidos, componentes básicos que completan la estructura del ARN. Juntos pintan un escenario fascinante: la química propicia para la vida pudo haberse formado en ambientes acuosos de asteroides primitivos, transportándose luego a lugares como la Tierra, Marte o las lunas heladas del sistema solar.
Un extraño polímero: el “espacio-goma” que nadie esperaba
Otro descubrimiento inesperado provino del análisis estructural de un material descrito como una especie de “goma espacial”, un polímero rico en nitrógeno y oxígeno que no se asemeja a nada visto en meteoritos.
Este material parece haberse formado en una etapa muy temprana del asteroide progenitor de Bennu, antes de que existiera actividad acuosa significativa.

Su estructura sugiere reacciones químicas complejas, quizá derivadas de compuestos como el carbamato, que quedaron atrapadas y preservadas durante miles de millones de años. Este hallazgo abre una nueva línea de investigación sobre cómo surgieron los primeros polímeros químicos en el espacio y qué papel pudieron jugar en la evolución de moléculas más complejas.
Polvo de estrellas antiguas, un origen que va más allá del sistema solar
El tercer estudio reveló que Bennu contiene seis veces más polvo presolar que cualquier otro astromaterial analizado hasta hoy. Este polvo proviene de estrellas que explotaron antes de la formación del sistema solar, lo que sitúa el origen de Bennu en una región enriquecida por restos de supernovas y gigantes rojas.
La presencia de estos granos extremadamente frágiles (que suelen destruirse durante procesos geológicos) indica que partes del asteroide se mantuvieron sorprendentemente intactas. Esto convierte a Bennu en un archivo de eventos que ocurrieron antes del nacimiento del Sol, permitiendo estudiar directamente fragmentos de estrellas que ya no existen.
Lo que este hallazgo significa para nuestra comprensión del cosmos
Aunque estos resultados no revelan vida extraterrestre, sí ofrecen una pieza esencial del rompecabezas: los ingredientes químicos de la vida pueden formarse en ambientes muy diversos del cosmos. Y, más importante aún, pueden viajar entre mundos encapsulados en asteroides que actúan como mensajeros del pasado.

Bennu demuestra que el origen de la vida no fue un fenómeno aislado, sino posiblemente parte de una cadena mucho más amplia de procesos químicos que ocurrieron en distintos puntos del sistema solar. La pregunta ya no es solo cómo surgió la vida en la Tierra, sino cuántos lugares tuvieron condiciones similares.

El asteroide Bennu ha revelado fragmentos de una historia antigua: azúcares esenciales, polímeros inesperados y polvo de estrellas que precede al propio sistema solar. Estos hallazgos no resuelven el misterio del origen de la vida, pero sí muestran que el universo lleva miles de millones de años experimentando con las piezas necesarias. Si los ingredientes aparecen en un pequeño asteroide, ¿qué otras señales podrían estar esperando más allá?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/asteroide-bennu-moleculas-esenciales-vida/
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