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Entre las paredes del antiguo Real Convento de Santa Clara, hoy convertido en un museo que guarda uno de los patrimonios barrocos más importantes de Colombia, se abre paso una exposición que promete convertirse en un acontecimiento cultural de alcance nacional. Ubicado en la carrera 8 con calle 8, en pleno centro histórico de Bogotá, el Museo Santa Clara recibe por primera vez de manera tan contundente la obra de Débora Arango, artista esencial del siglo XX cuya mirada crítica y radical continúa interpelando al país contemporáneo. Desde el 4 de diciembre de 2025 y hasta el 1 de marzo de 2026, el público podrá recorrer La huida del convento, un proyecto conjunto del Museo Santa Clara y el Museo de Arte Moderno de Medellín que propone un diálogo inesperado entre la sensibilidad barroca colonial y la modernidad vehemente de Arango.
La muestra se despliega en un escenario que amplifica su sentido. El Real Convento de Santa Clara, construido en el siglo XVII para albergar una comunidad de monjas clarisas, conserva una atmósfera que combina silencio, recogimiento y memoria. Allí, donde durante siglos se ritualizó la disciplina espiritual y se construyó un universo femenino de clausura, la presencia de Arango irrumpe con una fuerza que no pretende quebrar la historia, sino reabrirla, revisarla y enfrentarla desde una perspectiva contemporánea. La elección del lugar no es casual: al situar la obra de una artista que desafió el autoritarismo patriarcal dentro de un antiguo convento, la exposición ilumina tensiones que atravesaron la vida de muchas mujeres a lo largo de la historia, al tiempo que invita a reconsiderar el papel del arte como herramienta de cuestionamiento social.
Débora Arango, nacida en 1907 en Medellín, fue una mujer adelantada a su tiempo. Su obra, marcada por una aguda observación social, una ironía incisiva y una profunda empatía hacia los sectores más vulnerables, desafiaba no solo los límites de la estética dominante, sino los mandatos morales y políticos que regían el país. En una Colombia profundamente conservadora, Arango se atrevió a mostrar cuerpos femeninos sin idealización, escenas domésticas cargadas de tensiones, representaciones de autoridades eclesiásticas en situaciones que evidenciaban la distancia entre su investidura moral y sus conductas cotidianas, y retratos que denunciaban el autoritarismo político y la desigualdad social. Sus obras fueron perseguidas, censuradas y ridiculizadas, pero nunca perdieron la fuerza del gesto que las originó: una voluntad de libertad que se negaba a aceptar el silencio impuesto.
La exposición presenta dieciocho obras provenientes del Museo de Arte Moderno de Medellín, conservador de una de las colecciones más importantes del legado de Arango. Estas piezas están organizadas en núcleos temáticos que atraviesan la educación religiosa, la vida conventual, las reinterpretaciones del imaginario católico, la crítica institucional y las representaciones de dinámicas familiares y sociales que escapaban a las narrativas idealizadas. La muestra encuentra su potencia plena en la manera en que las obras dialogan con la colección barroca del Museo Santa Clara: pinturas coloniales, esculturas devocionales, relicarios y objetos litúrgicos que construyeron durante siglos la iconografía religiosa del territorio.
Este contraste entre dos universos estéticos y espirituales -el barroco colonial y la modernidad crítica de Arango- genera un efecto provocador. Los cristos cotidianos de Arango introducen una humanidad directa que desafía la solemnidad de las imágenes coloniales; sus figuras femeninas, lejos de la iconografía virginal o mística de los siglos XVII y XVIII, aparecen en situaciones que exponen la normatividad que las rodeó; sus escenas familiares, marcadas por la tensión, el deseo o la desigualdad, encuentran eco en las narrativas de mujeres que, en la época colonial, vivieron entre los muros del convento buscando refugio frente a roles sociales restrictivos. En conjunto, la exposición invita a pensar cómo la historia del arte, lejos de ser una línea recta, está atravesada por silencios, rupturas y voces que emergen en distintos momentos para cuestionar la memoria.
El título La huida del convento proviene de una acuarela emblemática de Arango, en la que una mujer desnuda abandona el claustro. La escena, íntima y contundente, resume la apuesta de la artista: la huida no es un acto de rebeldía impetuosa, sino una declaración profunda de autonomía. En el contexto del Museo Santa Clara, esta imagen adquiere resonancias múltiples: habla de quienes buscaron escapar del orden impuesto, de quienes encontraron en la vida religiosa una alternativa a los roles domésticos, y también de quienes, como Arango, decidieron abrir un camino propio en medio de la censura y la vigilancia moral.
Más que una retrospectiva, la exposición funciona como un ejercicio de memoria colectiva. Reconoce la trayectoria de Arango y la sitúa en un diálogo histórico que permite entender la complejidad de la experiencia femenina desde la Colonia hasta la actualidad. También invita a reflexionar sobre las formas contemporáneas de control social, los discursos que aún regulan el comportamiento de las mujeres y las violencias que persisten en ámbitos religiosos, familiares y políticos.
La muestra estará acompañada de una agenda pública que incluye recorridos comentados, talleres, seminarios, encuentros con investigadoras y espacios de reflexión. Estas actividades buscan ampliar las conversaciones que la obra de Arango suscita y conectar su legado con las realidades actuales, en un momento en que el país continúa confrontando desigualdades de género y estructuras de poder arraigadas.
La huida del convento no es simplemente una exposición: es una mirada profunda a la historia, un llamado a interrogar el presente y un homenaje a todas las mujeres que han encontrado -o siguen buscando- un camino propio para existir con libertad. En el centro histórico de Bogotá, entre retablos dorados y muros centenarios, la voz de Débora Arango vuelve a resonar con una fuerza renovada, recordándonos que el arte es también una forma de emancipación.
carloscastaneda@prensamercosur.org
