
Con los pies cansados pero el corazón firme, Celia Britos Romero (59), oriunda de Ypejhú, Departamento de Canindeyú, emprendió, junto a su esposo, una caminata de 300 kilómetros para llegar hasta la Virgen de Caacupé clamando “un Paraguay sin corrupción”.
Por tercer año consecutivo, Celina Britos Romero (59), peregrina con su esposo desde Ypejhú, Departamento de Canindeyú, hasta la Basílica Santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé.
Esta vez su promesa tiene un peso especial y es la de llevar a la Virgencita un clamor que, según dice, ya no es solo de ella, sino que de todo el pueblo paraguayo.
La pareja salió durante la madrugada del lunes desde el distrito y esperan llegar entre el viernes 5 o el sábado 6.
Caminan a su ritmo, descansando donde les sorprende la noche, cumpliendo la promesa que hicieron de peregrinar durante cinco años seguidos.
Pero este año, la mujer confiesa que la fe la mueve más que nunca, ya que pide a la Virgen de Caacupé el fin de la corrupción, que las autoridades enfrenten con valentía el narcotráfico, la falta de la atención en la salud y la educación y que el presidente Santiago Peña gobierne con verdadera transparencia.
“Queremos un Paraguay donde ya no se robe la plata del pueblo, donde la gente vuelva a confiar”, expresó entre lágrimas durante la caminata.
Dice que cada paso que da es por su familia, por su comunidad y por todos los paraguayos que sienten que el país merece un futuro distinto. Su esposo Benito González, de 64 años, la acompaña en silencio, pero con la misma fe.
A pesar de la edad, del cansancio y del camino largo, la mujer asegura que llegará a Caacupé: “Yo voy a cumplir mi promesa. Y sé que la Virgencita va a escuchar nuestro pedido”.
La mujer explicó que espera que la virgencita azul de Caacupé escuche su clamor y la de todos los paraguayos.
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