
El reciente acuerdo marco anunciado entre Argentina y Estados Unidos, que busca profundizar la cooperación en comercio e inversiones, ha generado reacciones mixtas entre los sectores empresariales y analistas económicos. Mientras algunos celebran la posibilidad de nuevos mercados y una mayor integración económica, otros advierten sobre los desafíos que este entendimiento podría implicar, especialmente en relación con los compromisos asumidos por Argentina en el Mercosur.
El anuncio, realizado tras una reunión en Washington entre el canciller argentino Pablo Quirno y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, incluye un swap de monedas por 20.000 millones de dólares y busca “promover el crecimiento a largo plazo, ampliar oportunidades y crear un entorno transparente y basado en reglas para el comercio y la innovación”. Este marco pretende consolidar la alianza estratégica entre ambos países y fomentar el intercambio económico.
Sectores como el exportador y el comercial han recibido positivamente la noticia, aunque esperan mayores detalles sobre los aspectos técnicos del acuerdo. Entre los puntos destacados, se menciona que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) dejará de exigir revisiones completas para fármacos ya aprobados por la FDA estadounidense, lo que agilizaría la entrada de medicamentos importados y ampliaría su oferta en el mercado local.
Desde la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), se expresó optimismo al considerar que el acuerdo posiciona al país de manera favorable en un contexto global de cambios en el comercio internacional. Según AmCham, esta medida impulsará la producción local, generará empleo y reducirá costos para los consumidores.
Sin embargo, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) adoptó una postura más prudente. Aunque reconoce el potencial impacto positivo del acuerdo, subrayó la importancia de analizar su implementación. Según la CAC, la reducción de costos burocráticos y la posibilidad de exportar más productos hacia Estados Unidos son aspectos alentadores, pero aún es necesario conocer los detalles específicos para evaluar su alcance real.
La Cámara de Exportadores (CERA) manifestó reservas importantes respecto al impacto del acuerdo en el Mercosur. Uno de los principales cuestionamientos radica en cómo se compatibilizarán las concesiones otorgadas a Estados Unidos con los compromisos asumidos por Argentina dentro del bloque regional. En particular, preocupa si el acceso preferencial a productos estadounidenses —como medicamentos, maquinaria y bienes agrícolas— respetará las excepciones del arancel externo común del Mercosur.
Además, CERA destacó que no se ha especificado qué productos argentinos podrían beneficiarse con la eliminación de aranceles en Estados Unidos, lo que dificulta calcular el impacto concreto del acuerdo. También persisten dudas sobre si este marco permitirá revisar restricciones actuales, como los altos aranceles impuestos al acero y aluminio bajo la Sección 232 de las leyes comerciales estadounidenses.
Otro punto señalado por CERA es que muchos compromisos recaen exclusivamente sobre Argentina. El país deberá abrir su mercado a más productos estadounidenses —incluidos carne aviar, lácteos y vehículos— y adoptar estándares regulatorios de Estados Unidos sin reciprocidad explícita. Tampoco se mencionaron avances en reclamos argentinos clave, como medidas antidumping o barreras sanitarias.
Además, el acuerdo incluye cláusulas relacionadas con prácticas comerciales y subsidios industriales que podrían interpretarse como una referencia implícita a China. Esto podría generar tensiones con el gigante asiático, un socio comercial clave para Argentina.
En cuanto a inversiones, el acuerdo menciona la cooperación en proyectos vinculados a minerales críticos, aunque sin detallar si habrá un tratado específico similar a los firmados por Estados Unidos con países como Australia o Tailandia. Asimismo, se acordó trabajar para estabilizar el comercio global de soja, un tema que genera inquietud entre exportadores argentinos debido al rol dominante de Brasil en este mercado.
Por último, aunque el entendimiento refuerza la alianza política y económica entre ambos países, cámaras empresariales coinciden en que su impacto dependerá de los detalles técnicos aún no revelados. Aspectos como las listas de productos beneficiados, las concesiones arancelarias efectivas y la compatibilidad con las reglas del Mercosur serán determinantes para evaluar su alcance real.
El acuerdo marco entre Argentina y Estados Unidos representa una oportunidad para fortalecer la relación bilateral y fomentar un mayor intercambio comercial. Sin embargo, las dudas sobre su implementación, las concesiones otorgadas y su impacto en el Mercosur generan cautela entre empresarios y analistas. La “letra chica” será clave para determinar si este entendimiento logra cumplir con las expectativas generadas o si enfrenta obstáculos en su aplicación práctica.
