

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, expresó profunda preocupación por los recientes ataques realizados por fuerzas estadounidenses contra embarcaciones civiles en aguas del Caribe y el Pacífico, operaciones que habrían dejado al menos seis personas muertas y que, según denuncias preliminares, podrían constituir ejecuciones extrajudiciales. Ante los crecientes señalamientos, Turk instó al gobierno de Estados Unidos a emprender investigaciones “rápidas, independientes y transparentes” que permitan determinar si estas acciones violaron el derecho internacional de los derechos humanos o el derecho humanitario.
Durante una entrevista con medios internacionales, el alto funcionario de la ONU sostuvo que existen “fuertes indicios” de que los ataques podrían haber sido perpetrados fuera de los marcos legales permitidos, y advirtió que los informes disponibles no evidencian que las personas a bordo de las embarcaciones representaran una amenaza inminente. “Pido al gobierno estadounidense que investigue. ¿Se trata de violaciones del derecho internacional en materia de derechos humanos? ¿Son ejecuciones extrajudiciales? Hay fuertes indicios de que lo son”, señaló Turk, al tiempo que llamó a suspender este tipo de operaciones hasta que se esclarezcan los hechos.
En las últimas semanas, más de 70 personas han perdido la vida en bombardeos realizados por fuerzas estadounidenses contra embarcaciones que Washington vinculó al narcotráfico, aunque hasta el momento no ha presentado pruebas que respalden esas acusaciones. Organizaciones humanitarias y familiares de las víctimas han denunciado que varios de los fallecidos serían pescadores artesanales sin relación con actividades ilícitas, lo que refuerza las sospechas de que algunas de las operaciones fueron desproporcionadas y carentes de justificación legal.
De acuerdo con testimonios recogidos por medios locales, una de las embarcaciones atacadas en el Caribe navegaba bajo bandera colombiana. En ella se encontraba Alejandro Carranza, un pescador artesanal de 40 años, quien habría sido alcanzado por un bombardeo de la marina estadounidense frente a las costas de Santa Marta. Su familia denunció que la lancha en la que viajaba había sufrido fallas mecánicas y se encontraba a la deriva cuando fue atacada. “Él estaba revisando los motores varados y los bombardearon de esa manera. Es injusto”, lamentó Audenis Manjarrés, familiar del desaparecido. Imágenes difundidas por RTVC Noticias muestran uno de los motores fuera del agua y el otro sumergido, lo que sugiere que la embarcación no tenía capacidad de maniobra. “Él se despidió un domingo a las cinco de la mañana, como siempre hacía para ir a pescar. Desde entonces no sabemos nada de él”, añadió su pariente.
Volker Turk insistió en que las acciones militares deben regirse estrictamente por los principios de necesidad y proporcionalidad establecidos en el derecho internacional. “Estos ataques, con su creciente costo humano, son inaceptables. Cada muerte debe ser investigada, cada víctima debe tener justicia”, subrayó. El Alto Comisionado también recordó que la ausencia de transparencia y rendición de cuentas en operaciones militares de esta naturaleza mina la credibilidad internacional de los Estados involucrados y sienta un precedente peligroso para la protección de los derechos humanos en contextos de seguridad y defensa.
Mientras continúan las investigaciones, la ONU reiteró su llamado a todos los Estados a garantizar que las acciones contra el crimen organizado o el narcotráfico no deriven en violaciones graves de derechos humanos. “La seguridad no puede construirse sobre la impunidad”, concluyó Turk, dejando claro que el respeto a la vida y a la legalidad internacional debe prevalecer incluso en los escenarios más complejos del combate al crimen.
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