

Datos DANE Colombia
Colombia vivió en agosto un acontecimiento que parecía imposible: la tasa de desempleo descendió al 8,6%, el nivel más bajo en 24 años. La cifra, revelada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), marca un hito en la historia económica reciente del país y confirma que bajo el gobierno de Gustavo Petro se ha alcanzado un récord que ninguna administración previa logró, pese a décadas de promesas y discursos.
El dato no es menor. En comparación con el mismo mes de 2024, el desempleo se redujo en 1,1 puntos porcentuales y permitió que 265.000 personas abandonaran la fila de quienes buscaban trabajo sin éxito. Hoy, 23,8 millones de colombianos tienen una ocupación, lo que representa 393.000 empleos adicionales en un año. La industria manufacturera, la construcción y el sector transporte se convirtieron en los principales motores de esta recuperación, evidenciando un repunte económico que analistas interpretan como un giro hacia un modelo productivo diferente.
Aunque el avance es innegable, persisten brechas profundas. El desempleo femenino sigue en dos dígitos, alcanzando el 11,2% frente al 6,7% de los hombres, lo que ratifica una desigualdad estructural que aún no encuentra solución. La situación de los jóvenes tampoco mejora al mismo ritmo: el 14,8% de quienes tienen entre 15 y 28 años continúa sin empleo, casi el doble del promedio nacional, un desafío que golpea de frente a las nuevas generaciones.
Las ciudades muestran realidades opuestas. Medellín, Villavicencio y Cali destacan con las tasas más bajas del país, mientras que Quibdó y Riohacha permanecen atrapadas en cifras alarmantes, que reflejan la desigualdad territorial que Colombia arrastra desde hace décadas.
Más allá de los contrastes, lo que resulta imposible de ignorar es el efecto político de la noticia. Durante años, los gobiernos de derecha atribuyeron el estancamiento laboral a crisis internacionales o factores externos. Hoy, en contraste, la administración Petro exhibe resultados palpables y desmonta la idea de que reducir el desempleo estructural era una tarea inalcanzable.
El 8,6% de agosto de 2025 quedará en la memoria como el mes en que Colombia rompió con la inercia de más de dos décadas y demostró que otra forma de gobernar puede traducirse en cifras históricas. Un respiro en un mercado laboral que parecía condenado al estancamiento y que ahora abre la posibilidad de pensar en un futuro menos asfixiante para millones de familias.
carloscastaneda@prensamercosur.org
