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La tensión diplomática entre Washington y Bogotá alcanzó un nuevo nivel este lunes, 29 de septiembre, luego de que el gobierno de Donald Trump decidiera retirar la visa a Angie Rodríguez, actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE) de Colombia. La medida se suma a la ya conocida cancelación de la visa al presidente Gustavo Petro, anunciada el pasado viernes durante su regreso desde Nueva York, y que provocó un fuerte impacto político en la región.
Rodríguez formaba parte de la delegación oficial que acompañó al jefe de Estado en su más reciente visita a Naciones Unidas, donde Petro ofreció su último discurso como presidente ante la Asamblea General. Sin embargo, tras el anuncio de la Casa Blanca, la funcionaria se convierte en la más reciente integrante del círculo cercano del mandatario colombiano en ser objeto de esta medida.
El trasfondo de la decisión estaría relacionado con la participación de la comitiva oficial en una protesta realizada en Times Square, en la que se expresaron críticas a la ofensiva militar en Gaza y se rechazó la presencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el foro multilateral.
La revocatoria de la visa a Rodríguez no es un hecho aislado. En las últimas semanas, varios altos funcionarios del gobierno colombiano se han visto afectados por decisiones similares o han optado por devolver sus documentos en solidaridad con el presidente. Entre ellos se encuentran Germán Ávila, ministro de Hacienda; Edwin Palma, ministro de Minas y Energía; la canciller Rosa Villavicencio y la superintendente Cielo Rusinque, quienes renunciaron voluntariamente a sus visas como gesto de respaldo político.
El primer antecedente de esta ola de renuncias simbólicas fue protagonizado por Augusto Ocampo, secretario Jurídico de la Presidencia, quien anunció su decisión poco después de conocerse la medida contra el jefe de Estado.
La ofensiva diplomática del gobierno de Trump genera preocupación en Bogotá y abre un debate sobre el futuro de las relaciones bilaterales, que atraviesan uno de sus momentos más delicados en los últimos años. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención la manera en que estas decisiones podrían influir en la dinámica regional y en la agenda de cooperación entre ambos países.
carloscastaneda@prensamercosur.org
