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En el centro de Colombia, donde confluyen tradición, desigualdad y esperanza, se está gestando una transformación silenciosa que podría marcar el rumbo de toda una generación. Entre 2023 y 2024, 31.381 nuevos estudiantes lograron ingresar a instituciones oficiales de educación superior, un avance histórico que fortalece el acceso a la universidad pública y coloca a la Región Centro como un referente nacional en políticas educativas inclusivas.
Las cifras reflejan una tendencia clara: la matrícula pasó de 32.812 estudiantes en el primer semestre de 2022 a 34.093 en el primer semestre de 2024, un aumento neto de 1.281 estudiantes en apenas dos años. Más allá del número, este crecimiento significa que miles de jóvenes que antes veían la universidad como un sueño lejano hoy encuentran un lugar en las aulas, gracias a programas de gratuidad, permanencia y expansión institucional.
El liderazgo lo ejerce Cundinamarca, con 25.124 nuevos estudiantes de primer curso, un registro que confirma el compromiso del departamento con la formación profesional y con la creación de oportunidades reales para sus jóvenes. Le sigue Boyacá, que sumó 3.882 estudiantes adicionales, reforzando su histórica vocación educativa y consolidando un crecimiento constante en 2023 y 2024.
En el sur, el Huila alcanzó un incremento de 1.603 estudiantes, un signo de dinamismo en un territorio que busca recuperar su protagonismo académico. Por su parte, el Tolima registró 772 nuevos estudiantes, destacándose especialmente en el segundo semestre de 2024, cuando la demanda de programas universitarios mostró un repunte alentador.
“Estudiar es la mejor decisión para transformar la vida de las personas y el futuro del país”, afirmó el Ministerio de Educación Nacional, en un mensaje que sintetiza el espíritu de esta política pública: abrir caminos de equidad y progreso a través de la educación.
La Región Centro no solo está sumando números. Está generando un efecto multiplicador: más estudiantes significan más familias con esperanza de movilidad social, más territorios conectados con el conocimiento y más jóvenes capaces de aportar a la economía, la ciencia, la cultura y la vida democrática del país.
Este impulso educativo se convierte en una herramienta estratégica frente a los desafíos de Colombia. En un contexto global en el que la formación profesional es clave para la competitividad, el acceso gratuito y equitativo a la educación superior deja de ser un privilegio y se convierte en una política de Estado.
La experiencia de Cundinamarca, Boyacá, Huila y Tolima muestra que las regiones pueden ser protagonistas de un cambio estructural. Con estos resultados, la Región Centro envía un mensaje al país: invertir en la juventud no es un gasto, es la mejor inversión para construir sociedades más justas y sostenibles.
Más de 31 mil nuevos estudiantes ya son parte de esta historia. Su ingreso a la universidad pública oficial no solo representa un logro académico: es la confirmación de que la educación sigue siendo la fuerza más poderosa para transformar destinos individuales y colectivos.
carloscastaneda@prensamercosur.org
