

La NASA ha hecho público que su rover Perseverance ha identificado indicios compatibles con actividad microbiana antigua en un conjunto de rocas sedimentarias del cráter Jezero en Marte. El análisis, detallado en un trabajo revisado por pares en Nature, que se suma a otros temas científicos interesantes, describe asociaciones minerales y patrones químicos coherentes con procesos redox en presencia de materia orgánica.
La muestra, apodada Sapphire Canyon, se recogió en julio de 2024 al perforar la roca Cheyava Falls dentro de la formación Bright Angel, en los márgenes de Neretva Vallis. Allí, los instrumentos del rover detectaron un motivo de “manchas de leopardo” y un conjunto de minerales –entre ellos vivianita y greigita– que en la Tierra suelen relacionarse con interacciones entre sedimentos y materia orgánica.
Qué ha detectado Perseverance
El rover observó nódulos y frentes de reacción a escala milimétrica en lutitas ricas en arcillas, con enriquecimiento en fosfato de hierro ferroso (vivianita) y sulfuros de hierro (greigita). Este conjunto mineral va acompañado de carbono orgánico y aparece embebido en rocas finas que, por su textura, podrían preservar señales químicas sutiles durante eones.
Los datos in situ se han visto reforzados por el mapeo mineralógico previo con el espectrómetro orbital CRISM y por las lecturas del propio rover, que confirman la presencia de arcillas (esmectitas) y carbonatos típicos de ambientes acuosos. Esta firma geoquímica recuerda a transformaciones observadas en lagos antárticos y otros entornos terrestres donde microorganismos reducen sulfatos a sulfuros.
El equipo científico, con liderazgo de Joel Hurowitz y participación de investigadores de la NASA y del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) como Alberto González Fairén y Felipe Gómez, interpreta que la distribución de minerales y su química sugieren reacciones de transferencia de electrones asociadas a materia orgánica.
- Asociación mineral clave: vivianita (fosfato ferroso hidratado) + greigita (sulfuro de hierro).
- Contexto litológico: lutitas y limos con arcillas y carbonatos en un entorno fluvial antiguo.
- Firma química: enriquecimiento en Fe, S y P junto a carbono orgánico y texturas tipo “manchas”.
- Analogía terrestre: procesos redox en ambientes fríos y con materia orgánica.

Dónde y cómo se tomó la muestra
La extracción se realizó en los bordes de Neretva Vallis, un antiguo valle fluvial que desembocaba en el cráter Jezero y que estuvo activo hace miles de millones de años. La dinámica de ríos y deltas depositó sedimentos finos que, con el tiempo, quedaron litificados y hoy conforman un archivo de condiciones pasadas potencialmente habitables.
En Cheyava Falls –una roca con vetas y morfología de punta de flecha dentro de Bright Angel– los instrumentos PIXL (rayos X) y SHERLOC (Raman y luminiscencia) detectaron las peculiares “manchas de leopardo”. Estas manchas muestran gradientes químicos en “frentes de reacción”, zonas de contacto donde se producen cambios físicos y químicos que, en la Tierra, pueden ligarse a metabolismos microbianos basados en fósforo, azufre y compuestos orgánicos.
La zona estudiada incluye además niveles con conglomerados y limos, lo que sugiere episodios alternantes de energía de transporte y periodos de calma, un entorno idóneo para que texturas delicadas y especies químicas sensibles se preserven.

¿Es vida? Qué significa “posible biofirma”
Una biofirma potencial es una señal, sustancia o estructura que puede tener origen biológico, pero que no basta por sí sola para confirmarlo. La combinación vivianita + greigita y su patrón espacial son compatibles con reacciones bioquímicas, aunque también podrían generarse por vías abióticas bajo ciertas condiciones físico-químicas.
El estudio señala que no hay evidencias de altas temperaturas sostenidas ni de ambientes fuertemente ácidos en estas rocas, dos mecanismos abióticos capaces de producir combinaciones minerales similares. Aun así, la comunidad científica exige pruebas extraordinarias antes de vincular inequívocamente estos indicios con vida pasada.
Para ponderar el peso de las evidencias se emplean marcos como la escala CoLD (Confidence of Life Detection), que ordena el grado de confianza desde señales tentativas hasta evidencias sólidas. La publicación en Nature aporta rigor metodológico y abre la puerta a que otros equipos repliquen y contrasten los resultados, tal y como subrayan voces como Katie Stack Morgan desde el JPL.
Como recuerda el autor principal, Joel Hurowitz, las firmas químicas son convincentes, pero la confirmación exige medir en la Tierra con instrumentos de mayor sensibilidad el origen de minerales, compuestos orgánicos y texturas.

El siguiente paso: traer las muestras y los retos
El programa para el retorno de muestras desde Marte atraviesa una fase de revisión profunda por costes y calendario. La arquitectura original ha sido replanteada y la NASA estudia alternativas más simples, rápidas y económicas, incluidas propuestas de la industria como las de Lockheed Martin.
Los planes apuntan a opciones con menos complejidad, pero el desafío técnico sigue siendo elevado y con riesgos operativos significativos. A esto se suma la necesidad de infraestructuras de bioseguridad máxima en la Tierra para analizar los núcleos sin riesgo de contaminación cruzada ni para Marte ni para nuestro planeta.
Mientras se concreta la arquitectura final y los plazos, el rover continúa llenando tubos de muestreo selectos y documentando cada contexto geológico con su herramienta de abrasión, un enfoque que maximiza el valor científico de un eventual retorno.
Voces y contexto de la misión
Responsables de la agencia, como la administradora asociada Nicky Fox, remarcan que este avance es fruto de una estrategia de misión orientada a capturar ciencia astrobiológica de alto valor. También insisten en que la comunidad dispone ya de los datos para evaluar su potencial biológico con independencia.
Desde el equipo de exploración marciana, perfiles como Lindsay Hays subrayan que se trata de uno de los escenarios más prometedores detectados por Perseverance, aunque la prudencia es clave hasta completar análisis en laboratorio. Portavoces de la NASA han calificado el resultado como la señal más clara identificada hasta la fecha, siempre con el matiz de que aún no es una prueba definitiva.
Operando en Jezero desde 2021 tras su lanzamiento en 2020, el rover ha sellado ya más de dos docenas de muestras y conserva espacio para varias más. Su equipamiento –entre ellos PIXL y SHERLOC– permite caracterizar con detalle mineralogía, química y posibles compuestos orgánicos en contexto geológico.
El conjunto de evidencias reunidas sugiere que Marte pudo mantener condiciones habitables durante más tiempo del que se pensaba y que ciertas rocas relativamente jóvenes también guardan pistas de procesos relevantes. Queda por ver si, cuando lleguen a la Tierra, estas muestras confirman que las marcas químicas y texturales observadas responden a metabolismos microbianos o a procesos no biológicos muy eficientes bajo las condiciones marcianas.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/la-nasa-reporta-posibles-senales-de-vida-microbiana-en-marte/
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