
El método BLISS es una alternativa al tradicional Baby Led Weaning (BLW) que cada vez más familias tienen en cuenta cuando llega el momento de empezar con los sólidos. Y no es casualidad: muchas veces, el BLW nos genera dudas, sobre todo cuando nos preocupa si nuestro bebé está tomando suficiente hierro, si se atragantará con algún trozo o si no ganará peso. Ahí es donde entra el método BLISS, como una especie de “versión mejorada” que pone el foco justo en esos puntos más sensibles.
En realidad, no se trata de reinventar la rueda, sino de afinar un poco más. El BLISS propone algunos ajustes muy concretos dentro del enfoque de alimentación autorregulada para hacerla más segura y completa, sin perder de vista la autonomía del bebé. Tanto si estás empezando con la alimentación complementaria como si ya tienes algo de experiencia con el BLW, te puede interesar conocer cómo funciona el método BLISS y qué ventajas puede ofreceros en casa.
¿Qué es el método BLISS?
El método BLISS (Baby-Led Introduction to SolidS) es una variante del BLW desarrollada por un equipo de investigación de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, con el objetivo de mejorar algunos de los puntos débiles del enfoque tradicional. El nombre lo deja claro: es una “introducción dirigida” pero respetando la filosofía del Baby Led Weaning, donde el bebé explora y se alimenta por sí mismo, sin necesidad de papillas ni cucharas dirigidas por el adulto.
¿En qué se diferencia entonces? Básicamente, en que se introducen unas pautas más específicas para garantizar que el bebé reciba los nutrientes necesarios (especialmente hierro y calorías), evitar riesgos de atragantamiento y asegurar que el crecimiento siga su curso. Se puede aplicar desde los 6 meses, siempre que el bebé muestre señales de estar preparado para comer sólidos: mantenerse sentado con apoyo, llevarse objetos a la boca y haber perdido el reflejo de extrusión.
Diferencias entre el método BLISS y el BLW tradicional

Aunque a simple vista pueden parecer iguales, el método BLISS introduce tres diferencias clave con respecto al BLW de toda la vida. Estas diferencias no eliminan la base del enfoque, que sigue siendo respetar la autonomía del bebé, pero sí lo hacen más estructurado y seguro para quienes necesitan un poco más de guía al comenzar:
Selección de alimentos
La primera diferencia está en la selección de alimentos. Mientras que el BLW permite una elección más libre, el método BLISS establece que en cada comida el bebé debe tener al menos un alimento rico en hierro, uno energético y uno fácil de manejar, reduciendo así el riesgo de deficiencias nutricionales. No es que haya que obsesionarse con hacer menús matemáticos, pero tener esa estructura en mente nos da tranquilidad.
Prevención activa del atragantamiento
La segunda gran diferencia es la prevención activa del atragantamiento. En BLISS se insiste mucho en evitar ciertos alimentos considerados peligrosos, como manzana cruda, frutos secos enteros o uvas sin cortar. Además, se recomienda ofrecer los alimentos en formas y texturas adecuadas desde el principio, para que el bebé los pueda coger y masticar (o más bien chupar y aplastar) con seguridad.
Orientación nutricional
Por último, el método BLISS da más importancia a la orientación nutricional, algo que en el BLW muchas veces se deja a la improvisación. Esto es especialmente útil si nos preocupa que el bebé no coma suficiente, que pierda peso o que esté demasiado expuesto a alimentos poco densos en nutrientes. BLISS no impone, pero orienta con más claridad.
Ventajas del método BLISS

Una de las grandes razones por las que cada vez más familias optan por el método BLISS es porque ofrece una estructura clara sin quitarle libertad al bebé. No se trata de controlar lo que come, sino de preparar un entorno más seguro y equilibrado desde el primer día.
- Una de sus mayores ventajas es que mejora el aporte de hierro, algo fundamental a partir de los 6 meses, cuando las reservas que el bebé tenía al nacer empiezan a agotarse. Al incluir en cada comida un alimento rico en hierro (como carne, legumbres, huevo o pescados), reducimos el riesgo de anemia sin tener que recurrir a suplementos si no son necesarios.
- Otra ventaja importante es que reduce el riesgo de atragantamiento, porque nos hace pensar no solo en lo que ofrecemos, sino en cómo lo presentamos. Alimentos en tiras grandes, cocidos, fáciles de aplastar con los dedos, y evitando aquellos que sabemos que pueden causar un susto. Esto tranquiliza mucho, sobre todo si es nuestro primer bebé o no estamos del todo convencidos con el BLW tradicional.
- También hay una ventaja menos evidente pero muy relevante: el método BLISS ayuda a controlar el crecimiento sin restricciones calóricas. Al incluir en cada plato un alimento energético (como aguacate, boniato, aceite de oliva o yogur natural entero), nos aseguramos de que el bebé reciba suficientes calorías sin necesidad de grandes cantidades. Esto es útil especialmente en bebés más pequeños, que comen poco volumen, o en aquellos que están algo justos de peso.
- Y por último, es un enfoque que da más seguridad a las familias, sin caer en rigideces. Nos permite tener un marco de referencia claro, saber qué estamos haciendo bien y qué podemos mejorar, sin perder la esencia de dejar que el bebé explore y decida cuánto comer.
¿Es más seguro que el BLW?

Una de las principales razones por las que muchas familias se interesan por el método BLISS es la sensación de mayor seguridad que ofrece frente al BLW tradicional. Aunque ambos enfoques parten de la base del respeto al ritmo del bebé, BLISS añade pautas más concretas que ayudan a reducir ciertos riesgos sin necesidad de pasarse al puré.
Uno de los puntos más importantes es la prevención del atragantamiento. En el BLISS se hace un esfuerzo extra por identificar y evitar alimentos que puedan suponer un peligro: nueces enteras, zanahoria cruda, manzana sin cocinar, salchichas, uvas enteras, pan muy duro… La idea es adaptar cada ingrediente, ya sea cocinándolo más, cortándolo en formato seguro o directamente eliminándolo si no se puede ajustar.
Además, el método BLISS fomenta el aprendizaje progresivo del bebé, ayudándole a desarrollar habilidades de masticación y manejo de los alimentos sin forzar, pero dentro de unos márgenes que reducen los sustos. Se prioriza el uso de alimentos que se deshacen fácilmente en la boca y que el bebé puede aplastar con la lengua o las encías.
Aunque todavía no hay estudios a gran escala que demuestren que el BLISS reduce significativamente los atragantamientos frente al BLW, sí hay evidencias preliminares de que las familias que lo siguen se sienten más seguras, y eso ya es un punto a favor. Además, al priorizar alimentos ricos en hierro y con buena densidad energética, también se reducen las preocupaciones sobre el crecimiento o la falta de nutrientes.
👉 Si te interesa el tema de los riesgos, aquí puedes ver nuestro artículo sobre alimentos peligrosos para bebés, con un listado actualizado y consejos prácticos para evitarlos.
¿Qué alimentos se priorizan en el método BLISS?

A diferencia del BLW tradicional, donde muchas veces empezamos “a ojo”, el método BLISS propone una fórmula muy sencilla para estructurar cada comida: un alimento rico en hierro, uno energético y uno fácil de manejar. Esta combinación ayuda a que el bebé tenga cubiertas sus necesidades nutricionales desde el principio, sin tener que hacer grandes cálculos ni planes complejos.
- Los alimentos ricos en hierro son fundamentales. Aquí entran opciones como carne de ternera cocida y en tiras, pollo desmenuzado, lentejas bien cocidas, huevos duros en cuartos, sardinas o salmón. El hierro es clave a partir de los 6 meses, y cuanto más biodisponible sea (como el de origen animal), mejor.
- Los alimentos energéticos aportan calorías saludables. Pensamos en aguacate maduro, plátano, boniato cocido, pasta con un chorrito de aceite, pan integral untado con hummus o queso fresco entero. Estos ingredientes ayudan a cubrir las necesidades energéticas incluso en bebés que comen pequeñas cantidades.
- Y por último, los alimentos fáciles de manejar son los que permiten que el bebé practique sin frustración. Zanahoria cocida en tiras gruesas, calabacín al vapor, brócoli cocido con su tallo a modo de “mango”, tiras de pan blandito o rodajas de pera muy madura. El objetivo aquí es que el bebé pueda agarrarlos sin problema, llevárselos a la boca y practicar el masticado desde el principio.
Una comida BLISS no necesita ser complicada: por ejemplo, media hamburguesa de lentejas (hierro), unas rodajas de plátano (energía) y un bastón de boniato al horno (fácil de manejar) ya sería un menú perfecto. O un huevo cocido, aguacate en gajos y unos arbolitos de brócoli. Con combinaciones así, podemos repetir estructuras sin caer en la monotonía.
Ejemplos de los 3 grupos de alimentos del método BLISS

1. Alimentos ricos en hierro (esenciales a partir de los 6 meses):
- Carne magra cocida (ternera, cerdo, cordero) en tiras o desmenuzada
- Pollo cocido o al horno, desmenuzado
- Hígado de pollo o ternera (1 vez por semana máximo)
- Pescado como sardinas, caballa o salmón cocido
- Yema de huevo cocida (en gajos o aplastada)
- Lentejas o alubias bien cocidas y trituradas en bolitas o hamburguesas
- Tofu firme cocinado
- Garbanzos en forma de hummus espeso o falafel al horno
2. Alimentos energéticos (aportan calorías saludables):
- Aguacate maduro en tiras
- Plátano en mitades longitudinales
- Boniato cocido o al horno en bastones
- Queso fresco entero (tipo burgos) en tiras grandes
- Yogur natural entero sin azúcar (ofrecido con pre-cuchara o en trozos de pan)
- Pan integral tierno (sin corteza dura)
- Aceite de oliva virgen extra (rociado en verduras o pan)
- Pasta cocida con un chorrito de AOVE
3. Alimentos fáciles de manejar (para fomentar autonomía):
- Brócoli cocido con el tallo como mango
- Calabacín al vapor en tiras gruesas
- Zanahoria cocida hasta que esté muy blanda
- Pera o manzana cocida en gajos (sin piel)
- Pan de molde integral sin corteza, ligeramente tostado
- Bastones de tortilla francesa o de verduras
- Bastones de calabaza al horno
Cómo poner en práctica el método BLISS en casa
Aplicar el método BLISS no requiere herramientas especiales ni hacer una lista interminable de menús. De hecho, una de sus ventajas es que puedes adaptar tus comidas familiares con pequeños cambios que marcan la diferencia. Lo importante es tener claro el enfoque: el bebé come solo, pero nosotros somos quienes preparamos el entorno para que eso ocurra con seguridad y equilibrio.
- Lo primero es asegurarnos de que el bebé esté preparado para empezar con los sólidos: que se mantenga sentado con apoyo, que haya perdido el reflejo de extrusión (ese que hace que expulse la comida con la lengua) y que muestre interés por los alimentos. Esto suele ocurrir entre los 5 y 6 meses, aunque cada bebé tiene su ritmo.
- Después, necesitamos una postura adecuada y segura: el bebé debe estar bien sentado, con la espalda recta y los pies apoyados. Usar una trona con soporte para los pies es ideal. El adulto debe estar presente en todo momento, sin distracciones, observando pero sin intervenir.
- A la hora de preparar el plato, nos guiamos por la fórmula BLISS: un alimento con hierro, uno energético y uno fácil de agarrar. No hace falta que estén separados en compartimentos ni que se vea “bonito”, pero sí que estén bien cocinados, con texturas blandas y en formatos seguros (tiras, gajos, bastones). Evitamos alimentos duros, redondos o pegajosos.
- La idea no es que el bebé se lo coma todo, sino que explore, practique y aprenda. Al principio, comerá poco y jugará mucho. No pasa nada. Lo importante es la repetición, la exposición y la confianza. Podemos empezar con una comida al día y aumentar poco a poco, observando cómo evoluciona.
Tener paciencia es clave. El método BLISS respeta los tiempos del bebé, pero nos da herramientas para asegurarnos de que lo que ofrecemos tiene sentido nutricional. Así, si hoy el bebé solo ha chupado un poco de aguacate y mordisqueado el brócoli, estamos tranquilos porque sabemos que ha tenido acceso a lo que necesita.
Preguntas frecuentes sobre el método BLISS
¿Desde qué edad se puede aplicar el método BLISS?
Se puede comenzar desde los 6 meses, siempre que el bebé muestre signos de estar preparado: mantenerse sentado con apoyo, llevarse objetos a la boca y haber perdido el reflejo de extrusión. Si tienes dudas, puedes consultar esta guía sobre cuándo empezar la alimentación complementaria.
¿Es compatible con la lactancia materna o el biberón?
Sí, completamente. El método BLISS no sustituye la leche, sino que la complementa. Hasta el año, la leche (materna o de fórmula) sigue siendo el alimento principal. El BLISS permite ir introduciendo los sólidos de forma respetuosa sin interferir con las tomas habituales.
¿Puedo combinar el BLISS con purés o papillas?
Sí, no es una religión. Aunque BLISS se basa en ofrecer sólidos, no pasa nada por ofrecer puré de lentejas un día o yogur con cuchara. Lo importante es que el bebé tenga también oportunidades diarias de practicar con alimentos que pueda manejar con sus manos.
¿Qué hago si mi bebé no quiere comer?
Nada. En serio. En los primeros meses es normal que el bebé coma muy poca cantidad. La clave es ofrecer de forma regular y mantener un entorno tranquilo y sin presión. Puedes inspirarte en estas ideas de recetas BLW fáciles desde 6 meses para variar el menú sin complicarte
¿Es necesario seguir el método BLISS al pie de la letra?
Para nada. BLISS es una guía. Lo importante es entender sus principios: buena nutrición, seguridad y autonomía. Cada familia puede adaptarlo según sus necesidades, preferencias y el ritmo del bebé. No pasa nada por improvisar un poco o combinar con otras formas de ofrecer comida
¿Qué pasa si el bebé no tiene dientes?
No hace falta que tenga dientes para empezar. Los bebés pueden triturar los alimentos con las encías sin problema. Solo hay que asegurarse de que lo que ofrecemos esté bien cocinado y sea fácil de aplastar.
Cómo empezar con el método BLISS
Sabemos que los inicios pueden dar un poco de respeto, sobre todo si es tu primer bebé o si no tienes claro si lo estás haciendo “bien”. Pero el método BLISS no está pensado para complicarte la vida, sino para ayudarte a dar ese paso con más seguridad y menos dudas. Aquí van algunos consejos prácticos para arrancar con buen pie:
1. Asegúrate de tener una trona adecuada.
Parece una tontería, pero que el bebé esté bien sentado, con la espalda recta y los pies apoyados, cambia totalmente la experiencia. Si la trona no tiene reposapiés, puedes improvisar uno con una caja firme o una tabla. La postura reduce el riesgo de atragantamiento y favorece el enfoque en la comida.
2. Hazte una lista sencilla de alimentos BLISS.
No hace falta tener un Excel con macros, pero sí viene bien anotar algunos ejemplos de alimentos ricos en hierro, otros energéticos y los que el bebé puede manejar fácilmente. Así puedes combinarlos de forma rápida sin repetir siempre lo mismo.
3. Planifica sin obsesionarte.
Organizar un menú semanal BLISS es más fácil de lo que parece. Puedes reutilizar ingredientes de tus propias comidas, cocer de más para tener opciones listas o incluso congelar porciones. Por ejemplo, si haces lentejas para todos, aparta una parte sin sal ni embutido para el bebé.
4. Involucra al bebé desde el principio.
Permite que manipule, aplaste y explore. No midas el éxito por lo que come, sino por lo que experimenta. Aunque solo chupe un trozo de brócoli, está aprendiendo. El objetivo no es que coma mucho desde el primer día, sino que aprenda a comer.
5. Evita las comparaciones.
Cada bebé es un mundo. Puede que el de tu vecina devore aguacates y el tuyo no quiera ni verlos. Es normal. Lo importante es ofrecer variedad, repetir con paciencia y confiar en que el apetito y la curiosidad llegan poco a poco.
6. No estás sola.
Busca apoyo si lo necesitas: grupos de crianza, talleres de alimentación complementaria, pediatras con enfoque respetuoso o webs de confianza como Pequerecetas donde encontrarás muchas ideas compatibles con el método BLISS.
Aunque el método BLISS no es la única forma de comenzar la alimentación complementaria, sí puede ser una opción muy útil para quienes buscan un punto medio entre la autonomía del BLW y una estructura más guiada. Nos ayuda a estar más tranquilos sabiendo que el bebé recibe lo que necesita, mientras fomentamos su desarrollo y respetamos sus ritmos.
Como siempre, lo más importante es adaptar el enfoque a lo que mejor encaje con vuestra familia. Si os sentís más cómodos sabiendo qué alimentos priorizar, cómo presentarlos de forma segura y qué señales observar, el método BLISS puede ser vuestro mejor aliado para disfrutar esta etapa sin agobios.
Jelen
Fuente de esta noticia: https://www.pequerecetas.com/alimentacion/bebes/metodo-bliss-alimentacion-bebes/
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