
El Crimen Organizado en México en 2025: Retos, Medidas del Ejecutivo y Causas Raíz
En México, el crimen organizado, un verdadero dolor de cabeza, continúa siendo un desafío gigante para la seguridad pública y el crecimiento nacional, ¡vaya problema!. En 2025, con la presidenta Claudia Sheinbaum al frente, la nación se topa con un escenario lleno de complicaciones; fragmentación de cárteles, diversas actividades ilegales, y la siempre presente fragilidad institucional empeoran las cosas, por decirlo así. Este escrito examina el estado actual del crimen, las acciones del Ejecutivo federal, las razones profundas y los crímenes más comunes, usando información reciente y análisis críticos.

Estado Actual del Crimen Organizado
El crimen organizado mexicano ha cambiado bastante desde el inicio de la «guerra contra el narcotráfico» allá por el 2006. La estrategia de «descabezar» a los jefes criminales, que ya se implementó antes, partió los grandes cárteles, y esto ocasionó grupos más chicos, aunque igualmente violentos, que se pelean por el dominio de la zona, ¡así nomás!
El Índice de Paz México (2023) revela un alarmante aumento en los homicidios relacionados con el crimen organizado; pasando de 8,000 en 2015 a más de 23,500 para 2021. Sin embargo, en 2022, se detectó un ligero descenso, llegando a 20,000.
Para el año 2025, la cosa persiste igual, con choques entre cárteles como el de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) generando violencia en estados como Guanajuato, Michoacán y Jalisco… ¿y qué?
Los cárteles han ampliado sus negocios, ya no solo andan con el narcotráfico; extorsión, secuestros, trata de personas y tráfico de armas, ahora son cosa de todos los días. El narcomenudeo se disparó, empujado por el consumo interno de drogas sintéticas como el fentanilo, ahí es notable: ¡en el primer semestre de 2023 se incautaron 1,727 kilogramos de esa sustancia! casi el total de 2022, ¡vaya! También el crimen organizado se metió en las instituciones gubernamentales, creando «zonas marrón» donde el estado no manda, ni tantito. Por ejemplo, en la Ciudad de México, grupos como La Unión Tepito y el Cártel de Tláhuac operan, ¡aunque no tienen el control total! pero la corrupción policial sigue, ¡vaya problema!
Las Acciones del Gobierno en Curso
El gobierno de Claudia Sheinbaum, que comenzó en octubre de 2024, ha dado prioridad a una estrategia de seguridad combinando inteligencia policial, con operativos específicos y la prevención social, apartándose un poco de la fuerte militarización de los anteriores sexenios. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, lideró los operativos que permitieron incautar 42 toneladas de drogas, entre ellas 300,000 pastillas de fentanilo, y arrestar a montones de integrantes de cárteles como «La Chapiza», «Los Aquiles» y el CJNG, todo en los primeros dos meses. Asimismo, se desplegaron 10,000 agentes de la Guardia Nacional en la frontera norte para frenar el tráfico de drogas y personas, facilitando la extradición de 29 jefes criminales a Estados Unidos.
En comparación a la estrategia de «abrazos, no balazos» de Andrés Manuel López Obrador, donde se buscaba evitar confrontaciones directas, el enfoque actual se centra en desmantelar las redes criminales mediante inteligencia y la cooperación entre las instituciones.
Aún así, publicaciones en X plantean críticas hacia la versión oficial. Señalan que vastas zonas del territorio nacional siguen, en la práctica, controladas por los cárteles. Esto implica que los progresos son escasos.?
Igualmente, la cooperación internacional, particularmente con Estados Unidos vía el T-MEC, se ha fortalecido. El fin es combatir el flujo de armas y dinero ilegal, no obstante, persisten fricciones diplomáticas después de proclamas de emergencia en la frontera gringa.
Raíces del Crimen Organizado
Las causas del crimen organizado en México, son múltiples y hondamente enraizadas. Entre las fundamentales se encuentran:
Impunidad y Corrupción: Un estudio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos revela que el 93% de los crímenes en México permanecen sin castigo y solo el 1% de las denuncias terminan en sentencias. La complicidad entre las autoridades y los grupos criminales, como evidenció en Michoacán, merma la habilidad del Estado para enfrentarse al crimen.
Desigualdad y Pobreza: La polarización económica, y el paro laboral, acentuados por la pandemia del COVID-19 y los efectos inflacionarios de la guerra en Ucrania, han aumentado la vulnerabilidad de la gente.
Los cárteles usan estas circunstancias para reclutar jóvenes sin trabajo ni educación.
Demanda Internacional de Drogas: Méjico suministra, ¡ah sí!, mucha marihuana, metanfetamina, y fentanilo a Estados Unidos, ganando mucho por drogas sintéticas. En 2005, legislación de EUA frenó químicos, lo que convirtió a cárteles mexicanos en los reyes de la metanfetamina.
Debilidad institucional: La falta de cohesión, vaya!, entre fuerzas federales, estatales y municipales, más la geografía difícil del país, complica los operativos. ¡Uf! las redes transnacionales de los cárteles superan a las de las autoridades.
Delitos más Comunes
Los delitos del crimen organizado, si!, en México incluyen:
Homicidio: Casi el 50% de los homicidios de Latinoamérica ocurren en México, ¡ay!, especialmente en Guanajuato y Jalisco, ¡vaya! siempre relacionados a peleas de territorio.
Extorsión: Llamados «impuestos de protección», fastidian al comercio, minería, y agronegocios, y las amenazas impiden las denuncias.
Secuestro y Trata de Personas: La trata, que afecta mayormente a niños y migrantes, se enreda en las redes transnacionales con una crueldad manifiesta hacia la explotación sexual o el trabajo forzado.
Narcomenudeo: El consumo interno, cada vez más presente, de drogas sintéticas ha empujado este delito a niveles alarmantes, exhibiendo un crecimiento ininterrumpido desde el 2016.
Tráfico de Armas y Lavado de Dinero: Los cárteles, unos monstruos, usan armas que vienen directo de Estados Unidos y, ¡oh sorpresa!, blanquean montañas de billetes, considerando que solo en el 2008 movieron 352000 millones.
Conclusión
Para 2025, el crimen organizado en México es un lío estructural, agravado por la impunidad, la desigualdad, y esa sed internacional de drogas. Las iniciativas del Ejecutivo, enfocadas en inteligencia y en operativos dirigidos, ofrecen pistas iniciales, pero la división de los cárteles y la podredumbre institucional frenan mucho su impacto. Delitos comunes, como el homicidio, la extorsión y el narcomenudeo, enseñan cómo las actividades criminales se diversifican. Para vencer este problema, México necesita un plan completo que entrelace seguridad, prevención social y cooperación entre países, y a su vez ataque las causas que lo producen, a la par que fortalece el Estado de derecho.
