
Un país a punto de dar un giro completo, con un boom y sus desafíos a cuestas
Bueno, hablar de Guyana en este momento, es como intentar capturar la luz fugaz de un rayo ¡El país ha dado un giro tan drástico que a veces incluso sus propios ciudadanos luchan por entenderlo del todo! Y eso que hace nada, Guyana era uno de esos lugares escondidos de Sudamérica, famosísima más por sus hermosos paisajes de selva exuberante y ríos inmensos, en lugar de por su importancia en la economía de la región. Pero, con el gran descubrimiento de petróleo en aguas profundas, todo, absolutamente todo, cambió radicalmente. Hoy por hoy, la nación está viviendo una transformación que se puede sentir tanto en las estadísticas como en el espíritu y la energía de su gente.
La economía: Del más absoluto anonimato al vértigo que provoca el petróleo
Mire usted, el crecimiento económico de Guyana es, en serio, digno de un cuento de hadas. Tan solo en 2024, el país tuvo un crecimiento asombroso del 44% y, a pesar de que en 2025, la expansión sea “solo” del 10 al 14%, eso es algo que cualquier ministro de economía estaría encantado de ver ¡Ese número haría temblar de emoción a cualquiera! Y el motor de todo esto es bien claro: ¡el petróleo!
La producción, vaya que se ha disparado, y bueno, con eso, los ingresos del gobierno y la inversión en infraestructura también se han inflado. Si te das una vuelta por Georgetown, solo eso te bastaría para notar el ritmo, casi como de locos, de las construcciones por todas partes: nuevas carreteras que parecen nunca acabar, hospitales modernísimos, puentes que se alzan hacia el cielo, y hasta proyectos de energía que buscan sacar provecho del gas natural, todo es impresionante.
Ahora bien, claro, no todo es perfecto, ¿verdad? Este boom petrolero, pues, trajo consigo una presión inflacionaria que el gobierno intenta controlar con uñas y dientes, y el costo de vida se ha disparado, ¡ah!, sobre todo en vivienda, en la comida y en los combustibles, ni hablar. El presupuesto estatal, que este año creció en un 20%, está destinado a paliar esos golpes: redujeron el impuesto sobre la renta, mejoraron los programas sociales y, ya sabes, las inversiones en salud y educación se multiplicaron por montones. Pero, a pesar de la fuerza de la economía, aún enfrenta el reto de diversificarse, lo cual es muy importante.
Después de todo, nadie quiere que Guyana, quede atrapada en la famosa «maldición del petróleo», esa trampa en la que otros países han caido al depender demasiado de un único recurso. Es entendible, ¿no? Por eso, el gobierno insiste mucho en modernizar la agricultura, en promover la energía renovable y, ni que decir, fortalecer sectores como la pesca y el turismo. El reto es enorme, ¡eso es seguro!, pero la oportunidad, también lo es, muy grande, de hecho.
Aquí está el resultado:
Por primera vez en muchísimos años, este país cuenta con los recursos para plantearse metas grandiosas, ¿verdad?
Política: Una democracia recién nacida, conflictos de siempre
Guyana funciona bajo un sistema parlamentario, ¿sabes? El presidente, Irfaan Ali, quien pertenece al Partido Progresista del Pueblo o PPP, manda desde el 2020. Para el 2025, nos esperan unas nuevas elecciones generales; ¡el ambiente político está super cargado! La anterior elección, vaya, fue tensa: hubo acusaciones de fraude, interminables recuentos… vamos, ¡una verdadera locura! Y eso deja claro que la democracia, aunque vibra con vida, es todavía, como decirlo… delicada.
Este sistema político, con su mezcla de representación proporcional y el voto presidencial indirecto, trata de reflejar la diversidad étnica y social de Guyana. Pero, la polarización sigue, eh? El PPP, que domina en la Asamblea Nacional, se enfrenta a una oposición que anda prometiendo más gasto social y subsidios. Pero la verdad, muchos dudan de que sus propuestas sean posibles. Las campañas políticas, como ya es costumbre, se desbordan en promesas y en acusaciones que van y vienen. La gente, la gente observa; algunos con escepticismo, otros, con esa llama de la esperanza prendida.
Claro que sí, aquí va tu versión:
Además, la política en Guyana… es súper diversa, ¿sabes? La gente aquí es como una ensalada, mezclando raíces africanas, indias, indígenas y europeas. ¡Una verdadera fiesta! Aunque esa diversidad es un tesoro cultural, la verdad es que a veces ha provocado roces y desconfianzas. El desafío más grande, y créeme que lo es, es construir instituciones sólidas y honestas. Que funcionen, ¿me entiendes? Que resuelvan los problemas y se aseguren de que el dinero, o sea, el auge económico, les llegue a todos, y no solo a unos cuantos privilegiados.
Sociedad: Sueños Nuevos, Esperanzas y Desigualdades
En las calles de Guyana, se siente un ambiente…! Mezcla de emoción y preocupación, ya lo creo. Por un lado, hay un optimismo que se siente en el aire, ¿sabes? Más trabajo, mejores sueldos… La esperanza de tener una casa decente o que los chiquillos puedan ir a escuelas bonitas. El gobierno metió la mano en los programas sociales y la inversión pública, ¡y se nota! Tanto en los barrios como en las comunidades que están lejos de todo.
Pero… ay, la desigualdad. Ese fantasma es muy difícil de hacer desaparecer. El crecimiento, aunque hay, no alcanza a todo el mundo. En las regiones más apartadas, muchas familias aún batallan por los servicios esenciales y las oportunidades de laburo. ¡Es una lástima!
Mira, la migración dentro del país está creciendo, ¿sabes? Chicos, mayormente, dejan sus pueblos natales, se van, en busca de una vida mejor, intentando probar suerte en la capital, o en esas zonas petroleras… ¿Me entiendes? Y aunque el desempleo ha dado un pequeño respiro, ha bajado, aun tenemos trabajo informal que es un gran problema, ¿eh? ¡Y la falta de la formación laboral, una gran piedra en el camino!
La sociedad civil, vaya, ¡está más movilizada que nunca! Hay debates, unos muy intensos, sobre cómo manejar el dinero que viene del petróleo, sobre si son transparentes en la gestión pública y también sobre la necesidad urgente de cuidar nuestro medio ambiente, ¿no? Los jóvenes, sobre todo ellos, son la fuerza que está impulsando cambios, presionando por una Guyana moderna, justa y con futuro, muy sostenible.
Además, ¡no te olvides!, Guyana se enfrenta a retos sociales bastante complicados, como mejorar la educación, fortalecer el sistema de salud, y, crucial, asegurar la seguridad en medio de estos cambios tan rápidos. El gobierno, claro, lo sabe, y hasta han prometido escuchar más a la gente, salir de sus oficinas y ¡meterse en el barro!, como suelen decir ellos mismos.
El futuro en juego: Retos y oportunidades en Guyana
Guyana se encuentra en una encrucijada, te digo. ¡Por una lado!, ese boom petrolero le da recursos y una visibilidad nunca antes vista. Pero, ¡ojo!, por el otro, la tentación de gastar de forma rápida y, a veces, no muy bien, siempre está ahí, al acecho.
El reto mayúsculo, el que verdaderamente importa, es convertir esta abundancia en algo mucho más duradero; en un progreso que beneficie a cada ciudadano, no sólo a los de arriba, ¿me entiendes?
La realidad nos indica que Guyana se encuentra frente a una oportunidad única, histórica diría yo. Si logramos diversificar nuestra economía, robustecer nuestras instituciones y mantener esa unión social que tanto necesitamos, podemos servir de ejemplo para todos los demás países de la región. Pero, si nos dejamos seducir por la tentación del dinero fácil… ay, corremos el peligro de tropezar de nuevo, de caer en errores que ya hemos visto, en los que otros países ya han caído.
Hoy por hoy, Guyana es una nación que está despertando; una que se cuestiona a sí misma, una que se pregunta qué legado quiere dejar para las futuras generaciones. Aunque el camino por delante está lleno de dificultades, ¡la energía y el deseo de cambiar las cosas se sienten en cada rincón del país! El desafío es grande, sí, ¡pero la esperanza… la esperanza también lo es!
