
Hablemos de Chile en 2025, ¿no? Es como tratar de adivinar el tiempo en la Patagonia… ¡cambiante como él solo! A veces hasta parece impredecible, pero siempre con mucha intensidad, ¿verdad? El país está en una situación complicada, una encrucijada, diría yo. Hay tensiones políticas, la economía está con desafíos, y el malestar social… ese como que no termina de irse.
Aunque los números digan otra cosa y se vea algo de recuperación, en la calle se siente distinto, ¿eh? Hay cansancio, eso sí, pero también una resistencia que a veces asombra.
El panorama político para este 2025 es crucial, sin dudarlo. Los chilenos se preparan para elegir al próximo presidente, el sucesor de Gabriel Boric, quien llegó con tantas promesas… un cambio enorme que ya todos esperábamos. Pero bueno, después de un tiempo la verdad fue que le toco la dura: gobernar un país que es exigente y con poca paciencia. Las elecciones presidenciales se ven re buenas, muy intensas… La primera vuelta será en noviembre y, atención, por primera vez en mucho tiempo el voto será obligatorio. Algo que quieren hacer para volver a tener confianza en la política, que anda media baja.
El ambiente electoral está lleno de dudas.
¡Mira! El oficialismo, todos juntos en la coalición de Unidad por Chile, parece estar un poco débil, ¿sabes? Parece que nadie quiere asumir la responsabilidad por todas esas promesas que quedaron en el aire y no se cumplieron, y bueno, incluso la presidenta del Frente Amplio podría darle su apoyo a alguien que ni siquiera es de su propio equipo.
El desencanto se siente en el aire, es como si pudieras tocarlo; la gente, sabes, observa a los políticos con un montón de dudas y recelo, ya están hartos de tanto discurso rimbombante y de soluciones que, sinceramente, nunca llegan.
Y ahora hablemos de la economía, ¿vale? Luces y sombras en el panorama, como quien dice. Chile va avanzando con cuidado, muy lento, casi como si caminara con cuidado sobre suelo resbaloso. ¡Uf! Se estima que el crecimiento del PIB para 2025 estará más o menos en un 2,1%, lo que impulsará un poco la inversión y las exportaciones, sobre todo en minería y alimentos, ¡un poco de ánimo!. No es un mal número, eh, teniendo en cuenta cómo está el mundo, pero tampoco es como para tirar cohetes, ¿verdad? La gente espera mucho más que eso.
La inflación, que al principio de año andaba por el 5%, se supone que irá bajando poco a poco, y se situará en un 4,6% para finales de 2025. ¡Ojalá! Pero, ojo, el costo de la vida es un tema que preocupa todos los días: basta con ir al súper o revisar la cuenta de la electricidad para darte cuenta de que el bolsillo no respeta.
También, a pesar de haber disminuido un poquito, la tasa de desempleo, que quedó en 8,2% en noviembre, sigue atorada arriba del 8% ¡ya por más de 30 meses! Y, la verdad, los trabajos que se crean, apenas alcanzan para reponer los que se han ido perdiendo en estos últimos años.
El Banco Central, muy cuidadoso, como siempre, pues mantiene su tasa de interés en el 5%. No hay lugar para grandes experimentos, ¿saben? La inestabilidad del mundo, esa guerra comercial que hay y la falta de seguridad política… ¡pesan demasiado! Y bueno, aunque el peso chileno se ha puesto más fuerte y la bolsa, a pesar de todo, sube un poquito, la confianza de los que invierten es todavía, aún muy débil, en especial con las elecciones que están a la vuelta de la esquina.
Malestar Social: Heridas que no sanan
Para comprender bien el Chile de ahora, hay que echar un vistazo atrás, al estallido social, el de octubre de 2019. Aquella explosión, llena de rabia y esperanza a la vez, dejó unas cicatrices profundísimas. La clase media, esa que creyó por años en eso del progreso, se dio cuenta que su tranquilidad era mucho más delicada, de lo que pensaban. Una enfermedad, un despido, la vejez… cualquier problema puede echar abajo, los planes de vida de muchísimas familias.
La movilidad social, algo que antes nos llenaba de orgullo, ¿verdad? Ahora, bueno, parece algo que se aleja, una especie de ilusión…
Fíjate que un estudio reciente reveló algo preocupante: la clase media chilena, para nuestra sorpresa, tiene más cosas en común con los sectores de bajos recursos que con los más pudientes, increíble, ¿no crees? Trabajos que van y vienen, sin estabilidad; difícil acceso a una buena atención médica y educación, esas cosas que importan, ya sabes; y una vivienda que, muchas veces, más que un logro, es una simple aspiración, ¡una pena!
El gobierno de Boric, que llegó con tremenda ilusión de cambiarlo todo, ¡vaya que tuvo que cambiar el paso! De andar soñando con una nueva Constitución y la refundación de Chile… ¡tuvo que adaptarse rapidísimo! Empezó a abrazar -casi a la fuerza, yo diría- una agenda de seguridad y crecimiento económico, esa que siempre defendió la derecha, ¡qué ironía! Reforzaron a los Carabineros, aprobaron leyes de seguridad y, ¡sorpresa!, en pensiones terminaron celebrando una reforma que antes criticaban con toda la fuerza, ¿puedes creerlo? Como siempre, la realidad, esa maestra, se impuso sobre las bonitas ideas…
Pero claro, este giro práctico y realista…no ha calmado la cosa, para nada. La sensación de inseguridad no deja de crecer, esos delitos violentos y el tráfico de drogas… ¡ay, cada vez preocupan más! Y para rematar, el crecimiento económico, por desgracia, sigue sin dar la talla para responder a las necesidades y exigencias de la gente, que cosa…
La desconfianza en las instituciones, ya sean políticas o economicas, es algo que ronda por todo el país, ¿verdad?
Y hablando de problemas… Los Desafíos Sociales: Vivienda, Salud, y Educación son bastante serios en Chile. Además de todo el tema económico y político, tenemos esos problemas sociales que son urgentes. Por ejemplo, la falta de casas donde vivir, ¡no para de crecer! Esa es una herida abierta, la verdad, que está afectando a muchísimas familias. Luego está la salud y la educación, que vaya que se complicaron con lo de la pandemia, ¿no? Necesitan soluciones de raíz, soluciones que perduren, en vez de solo esas curitas que ponen temporalmente. Y a pesar de los esfuerzos por aumentar el sueldo mínimo, y el reducir el tiempo de trabajo, también vemos que estas acciones han complicado a las empresas pequeñas y medianas, que están luchando para no desaparecer, en este mundo tan competido.
Y ahora… ¿Qué le depara el futuro a Chile? Mirando Hacia Adelante: ¿Cambio o Continuidad? Chile en el 2025, anda buscando respuestas por todos lados. Hay cosas que van avanzando, sí, pero también queda un montón por hacer. Hay una sensación general de cansancio, pero también, ¡una esperanza que es terca y que no se quiere ir! Las próximas elecciones, ¡quien sabe!, podrían abrir una etapa nueva, o, por otro lado, hacer que sintamos que nos estancamos aún más.
A ver, todo, pero todo, va a depender de cómo los líderes – y de toda la sociedad, en general – puedan escuchar, tener conversaciones y llegar a acuerdos que duren, ¿me explico?
En resumidas cuentas, el Chile actual es un país que está cambiando, un país en plena transición, donde el futuro se define todos los días, entre la esperanza de un cambio verdadero y el miedo a que, al final, no cambie nada, entiendes? Pero, ¡si algo nos ha enseñado la historia chilena es que!, incluso en los momentos más, pero más difíciles, la gente siempre encuentra la forma de salir adelante, ¿verdad? Y eso, aunque suene a frase hecha, sigue siendo, sin duda, la mayor fuerza que tiene este país.
