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Con una apuesta inédita por el diálogo social y la equidad, el Gobierno Nacional, a través de los ministerios del Trabajo y de Minas y Energía, anunció la conformación de una mesa tripartita para negociar condiciones de trabajo digno en el sector del carbón, marcando un hito en el marco de la transición energética justa que vive Colombia.
La iniciativa surge con la radicación oficial del pliego de peticiones de los trabajadores del sector, y trae consigo un enfoque que va más allá de los tradicionales reclamos laborales. Esta vez, se incorporan principios de justicia ambiental, territorial y de género, en un claro reflejo del cambio de paradigma que promueve el país: una economía centrada en la vida, no en la explotación.
El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, fue enfático en destacar la trascendencia de este proceso: “Esta negociación está a tono con el momento político que vive Colombia. Queremos que la transición energética no signifique pérdida de derechos, sino que sea una oportunidad para dignificar el trabajo, proteger el territorio y avanzar hacia una sociedad más justa y sostenible”. Sanguino también señaló que este proceso coincide con avances relevantes para el país: el reciente incremento histórico de los salarios del sector público, la reducción de las tasas de interés por parte del Banco de la República y una baja en los niveles de desempleo, señales claras —dijo— de un nuevo rumbo económico.

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El funcionario saludó además la madurez de las organizaciones sindicales del sector minero, que lograron unificar sus pliegos y establecer una única comisión negociadora de 40 representantes. “Ese esfuerzo conjunto debe ser correspondido por las empresas. Su ausencia en esta primera fase del proceso es preocupante y habla de una escasa vocación de diálogo social”, advirtió. “Desde el Ministerio vamos a ejercer todas las herramientas que nos permite la ley para garantizar un espacio de concertación real, donde las voces de los trabajadores sean escuchadas con seriedad”.
Durante su intervención, el ministro no evitó referirse a las resistencias que enfrenta la reforma laboral en el Congreso: “Nos hemos encontrado con un bloqueo institucional promovido por sectores que se niegan a abandonar modelos que precarizan y pisotean la dignidad. Pero hay otro país que quiere avanzar, que quiere una economía del cuidado, del conocimiento y del respeto por el ser humano y la naturaleza. A ese país le respondemos con hechos y no con resignación”.
El pliego de los trabajadores mineros se presenta así como un ejemplo concreto del nuevo modelo que el Gobierno busca consolidar: uno que defiende la negociación colectiva, que promueve empleos verdes y azules, que protege con fuerza especial a las mujeres trabajadoras y que apuesta por una verdadera reconversión laboral con justicia social.
“La transición justa no es solo un concepto; es una hoja de ruta ética para cambiar nuestra relación con el trabajo, el territorio y la naturaleza”, concluyó Sanguino. “Y si el Congreso no permite avanzar, será la soberanía popular la que tendrá la última palabra”.
carloscastaneda@prensamercosur.org
