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En una gira clave por Estados Unidos, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Lena Estrada Añokazi, consolidó alianzas estratégicas para llevar la agenda climática del país al centro de los grandes debates internacionales. Desde Nueva York hasta Washington, su mensaje fue contundente: la arquitectura financiera global debe transformarse para responder de forma justa y eficaz a la triple crisis planetaria que enfrentamos.
El momento más significativo de su visita se dio en la capital estadounidense, donde recibió el informe final de la Revisión de Expertos sobre Deuda, Naturaleza y Clima. Este documento, respaldado por los gobiernos de Colombia, Francia, Alemania y Kenia, propone reformas urgentes para que el sistema financiero internacional deje de castigar a los países que más hacen por preservar los bienes públicos globales.
“No podemos seguir atados a un modelo que ignora el valor real del capital natural, ni el esfuerzo de las comunidades que lo protegen”, declaró Estrada, con la convicción de quien habla por quienes históricamente han sido invisibilizados. “El sistema actual no reconoce ni la riqueza natural ni los riesgos que enfrentan los países que lideran la acción climática. Eso tiene que cambiar”. La revisión plantea tres transformaciones de fondo: integrar naturaleza y clima en los análisis económicos y de deuda; aliviar las tensiones de endeudamiento que asfixian a los países vulnerables; y crear nuevos instrumentos financieros que promuevan inversiones reales en conservación y acción climática, con acceso directo a pueblos indígenas y comunidades que viven en la primera línea de defensa ambiental.

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Este trabajo, que comenzó en la Cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Global en 2023 y tomó fuerza en la COP28 de Dubái, entregó ahora sus recomendaciones finales con miras a la COP30 que se celebrará en Belém do Pará, Brasil. La ministra colombiana dejó claro que su país no solo respaldará estas propuestas, sino que liderará su implementación. “Esta es una hoja de ruta construida desde la evidencia, la justicia y la cooperación. Y Colombia está lista para dar el siguiente paso”, aseguró.
En paralelo, Estrada llevó la voz de Colombia al Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas en Nueva York, donde hizo un llamado urgente a que los Estados reconozcan el rol insustituible de los pueblos indígenas en la defensa de la naturaleza. Reclamó mayor participación de estas comunidades en las decisiones globales y destacó especialmente el conocimiento de las mujeres indígenas como clave para construir políticas ambientales con raíz y sentido.
“Nuestras voces deben estar en el centro de las decisiones globales”, sentenció. También defendió el carácter sagrado de la hoja de coca, como símbolo de resistencia cultural y conocimiento ancestral, alejándose de la visión punitiva que ha marcado décadas de políticas internacionales.
La agenda bilateral de la ministra también incluyó un encuentro con la canciller de Bolivia, Celinda Sosa, para fortalecer la agenda amazónica, reafirmar el compromiso con la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y reiterar la urgencia de frenar la expansión de los combustibles fósiles en la región.
En Washington, la ministra sostuvo reuniones clave con directivos del Banco Mundial, como Mark Thomas y Benoit Bosquet, para avanzar en esquemas de financiación directa a comunidades locales y la implementación del Fondo de Biocarbono en la Orinoquia. También dialogó con líderes de Conservation International sobre el papel de Colombia rumbo a la COP30 y el fortalecimiento de las soluciones basadas en la naturaleza.
Desde Estados Unidos, la ministra Lena Estrada ha dejado un mensaje claro: no hay justicia climática sin justicia financiera. Y para alcanzarla, los países que han protegido la vida deben dejar de ser los que cargan con la deuda. En ese esfuerzo, Colombia quiere estar al frente.
carloscastaneda@prensamercosur.org
