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Con voz firme, mirada en alto y palabras cargadas de memoria, verdad y dignidad, la vicepresidenta de Colombia, Francia Elena Márquez Mina, sacudió el corazón de las Naciones Unidas durante la Cuarta Sesión del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes, alzando su voz por millones de personas que han sido históricamente invisibilizadas.
«Como Estados, debemos asumir la responsabilidad histórica de cerrar las brechas de inequidad y desigualdad en favor de los y las afrodescendientes», declaró ante líderes del mundo, en un llamado que no fue simple discurso, sino eco de siglos de resistencia.
La vicepresidenta no llegó a Nueva York a pronunciar palabras vacías. Llegó con propuestas concretas, con logros en la mano y con la fuerza de un pueblo que exige reparación, no caridad. Su intervención se dio en un escenario simbólico: un foro que este año reflexiona sobre justicia reparadora y el impacto de la inteligencia artificial en las poblaciones afrodescendientes. Frente a delegaciones de todos los continentes, Márquez recordó que Colombia, pese a ser una de las naciones más desiguales del continente, ha dado pasos históricos. Citó, entre otros avances, la creación del Ministerio de Igualdad y Equidad, la reglamentación de capítulos clave de la Ley 70 de 1993, el decreto 0129 de 2024 para la ampliación de territorios colectivos y la conformación de la Comisión Intersectorial de Reparación Histórica.

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«Después de 31 años, logramos reglamentar temas esenciales para nuestras comunidades. Ahora vamos más allá: estamos construyendo una política pública para erradicar el racismo y la discriminación racial», afirmó.
También celebró, con emoción compartida, la reciente declaración de la ONU que reconoce el 25 de julio como Día Internacional de las Mujeres y Niñas Afrodescendientes, una conquista impulsada por Colombia y Brasil. «Una victoria colectiva que honra las luchas de nuestras hermanas afrolatinas y caribeñas», subrayó.
Pero no todo fueron celebraciones. Márquez denunció las formas más modernas —y a la vez más perversas— del racismo. “Hoy el racismo también se reinventa a través de la Inteligencia Artificial y las plataformas digitales. Yo misma recibí más de 12.000 insultos racistas en redes sociales en mi primer año como vicepresidenta. Estas violencias no son aisladas: dañan a nuestras juventudes, a nuestras familias, a nuestras comunidades enteras”.
Advirtió que la IA no es neutral. Al contrario, puede profundizar prejuicios existentes y generar nuevas formas de discriminación, especialmente contra jóvenes afrodescendientes, como ya ocurre en narrativas digitales estigmatizantes sobre países como Haití.
En respuesta a estos desafíos globales, presentó cinco propuestas concretas al Foro:
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La creación de un Foro Global sobre IA y nuevas tecnologías, enfocado en combatir el racismo y proteger a las comunidades afrodescendientes.
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Impulsar una resolución en el seno de la ONU que reconozca plenamente a los pueblos afrodescendientes y sus derechos.
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Implementar un plan de reparaciones históricas en el marco del Segundo Decenio Internacional Afrodescendiente.
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Crear un fondo global de reparaciones para hacer frente a los efectos del colonialismo, la esclavización y el racismo estructural.
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Diseñar un plan de acción internacional que fortalezca el liderazgo de mujeres y niñas afrodescendientes, articulado con la reciente proclamación del 25 de julio.
En uno de los momentos más conmovedores de su intervención, Márquez recordó su paso por la COP16, donde descubrió que la existencia de los pueblos afrodescendientes ni siquiera era reconocida en el lenguaje oficial del sistema multilateral. “Eso también es racismo. Porque no somos un lenguaje a acordar: existimos como pueblos”, dijo, arrancando un cerrado aplauso de los asistentes.
Finalmente, hizo un llamado a los gobiernos del mundo a no postergar más lo impostergable. “Poner la dignidad humana en el centro de las decisiones no es una opción, es una deuda histórica. Especialmente con quienes han resistido por siglos los embates del racismo sistémico. Seguimos trabajando con el corazón bien puesto, hasta que la dignidad se haga costumbre”, concluyó.
Durante su paso por Nueva York, la vicepresidenta sostendrá reuniones de alto nivel con figuras como el presidente de la Asamblea General de la ONU, Philémon Yang; la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Natalia Kanem; la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed; y la ministra de Igualdad de Brasil, Anielle Franco.
La voz de Francia Márquez no solo resonó en los salones de la ONU. Su mensaje, claro y urgente, sigue recorriendo el mundo: la justicia reparadora no puede seguir esperando.
carloscastaneda@prensamercosur.org
