

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy como el mundo la da. No se turben sus corazones ni tengan miedo (Juan 14:27).
Dos veces dijo Jesús a sus discípulos: «¡La paz esté con vosotros!»
Nuestra primera paz nos llega cuando vemos las heridas de Jesús y comprendemos que fue crucificado y muerto por nuestros pecados. La paz llega a quienes saben que Jesús pagó la pena completa por sus pecados. Tienen paz en sus corazones porque ya no están bajo la condenación de Dios. Esta es una paz profunda.
La segunda paz lleva a la persona aún más profundamente, porque es difícil disfrutar de la primera paz de la salvación mientras otros la carecen. La primera paz es la salvación para ti; esta segunda paz llega cuando ofreces la salvación a otros. Jesús te está encomendando ir a otros y compartir su salvación con ellos.
Ora para que el Espíritu de Dios te llene y te ayude a llevar la salvación a otros. Cuando ganes almas para Jesús, una gran paz y felicidad te colmarán.
– Des Ford (adaptado)
Reflexión: ¿Qué paz disfrutas, la primera, o ambas? ¿Qué estás haciendo en tu vida para llevar la salvación a otros? Ora para que Dios te abra caminos para lograrlo.
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