

En el marco de la 68ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND68), celebrada en Viena, Austria, Colombia presentó un enfoque innovador para la política de drogas, basado en el desarrollo alternativo y la regulación de la hoja de coca. La ministra de Justicia y el Derecho, Ángela María Buitrago, defendió la posibilidad de revisar la clasificación de la hoja de coca dentro de la lista de estupefacientes sometidos a fiscalización internacional, argumentando que la evidencia científica respalda una reevaluación de su estatus legal.
Buitrago sustentó su intervención en el artículo 3 de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, que permite modificar la fiscalización de sustancias si se demuestra que su uso no genera dependencia ni efectos nocivos. En este sentido, enfatizó que la hoja de coca y la cocaína no son lo mismo, y que su consumo en estado natural no presenta potencial adictivo. Asimismo, destacó la posibilidad de aprovechar su potencial en sectores como la salud y la alimentación, lo que podría derivar en un desarrollo sostenible para comunidades productoras.
La ministra Ángela María Buitrago recordó que el presidente Gustavo Petro ha solicitado el desarrollo de una regulación interna para los usos permitidos por la Convención, y que actualmente se están tramitando proyectos en esta dirección. Enfatizó que la lucha contra el narcotráfico continúa siendo una prioridad para el Gobierno colombiano, con resultados significativos en interdicción, erradicación y desmantelamiento de infraestructuras ilegales. Desde 2023, se han incautado 1.940 toneladas de cocaína y se han destruido más de 13.000 laboratorios clandestinos.
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes, también intervino en la sesión, respaldando la necesidad de una política mundial de drogas basada en el reconocimiento de los usos tradicionales y beneficiosos de la hoja de coca. Propuso la creación de una «ciencia plurinacional» que aborde su cultivo, consumo, distribución e industrialización.
La jornada de la CND68 también incluyó debates sobre el impacto ambiental del narcotráfico. Colombia alertó que el 13 % de las 79.000 hectáreas deforestadas en 2023 estaban vinculadas a cultivos de uso ilícito y que dos de cada diez hectáreas de coca se encuentran en parques nacionales naturales y reservas forestales. En este contexto, el Gobierno presentó su estrategia de transformación territorial basada en saberes ancestrales y ciencia, buscando erradicar el narcotráfico sin destruir los ecosistemas.
Además, se destacó la Política Nacional de Drogas 2023-2033 «Sembrando vida, desterramos el narcotráfico», la cual prioriza el desarrollo alternativo y la restauración de ecosistemas. Durante un evento organizado por Alemania, Colombia expuso su enfoque innovador para el desarrollo alternativo, promoviendo estrategias centradas en las comunidades y los territorios.
Con estas iniciativas, Colombia reafirma su compromiso con una política de drogas más equilibrada, que reconozca el valor de la hoja de coca en su estado natural y refuerce la lucha contra el narcotráfico sin afectar a las comunidades productoras ni al medioambiente.
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