

Hasta hace 10 años la palabra cáncer suscitaba igual proporción de miedo que desesperanza. No es fácil encontrar un tratamiento igual de efectivo para más de los 100 tipos de cáncer que se conocen. Tanto es así que habría que hablar en vez de cáncer de enfermedades oncológicas, sería mucho más preciso y real.
No es mi intención escribir un artículo sobre la descripción de dichos tipos, sino más bien sumarme a la bandera de la esperanza en cuanto al avance casi prodigioso referente a su terapia o, dicho con más propiedad, hacia la inmunoterapia de las enfermedades oncológicas.
A continuación, vamos a diferenciar 6 tipos de abordajes inmuterapéuticos, los cuales cada vez dejan más en el pasado las famosas quimioterapias, cuyos efectos colaterales eran devastadores, aunque hoy no hay formas de evitarlas para muchas formas de cáncer como única opción se supervivencia.
Inhibidores de puntos de control inmunitario.
Consiste en un arsenal de fármacos que evitan la acción de ciertos puntos de nuestro sistema inmunitario. En ocasiones nuestro sistema inmune responde con tanta fuerza que provoca una excesiva inflamación de los tejidos debido a lo que se viene en llamar una tormenta de citoquinas. Está respuesta provoca tal inflamación que nuestro sistema inmune trabaje en peores condiciones. Lo que se consigue con estos bloqueantes es restringir esa repuesta tan desorbitada y focalizar más los escuerzos en la eliminación de las células cancerosas.
Terapias Cart-T
Esta terapia que lleva en desarrollo algo más de quince se piensa podría expandirse al tratamiento de otras formas de cáncer, ya que se está aplicando con mucho éxito en linfomas y leucemias. Consiste en extraer del propio paciente un tipo de células pertenecientes al sistema inmunitario, los denominados linfocitos T. Dichas células son reprogramadas genéticamente en un laboratorio, bien modificadas o ampliadas. Tras este proceso se vuelven a inyectar al paciente en donde comienzan a dividirse y a crecer. Dicho proceso hace que ataquen y destruyan a las células cancerosas sin ocasionar apenas daños o efectos secundarios negativos.

Tomado de: CAR-T, así funciona la terapia revolucionaria contra tumores incurables
Vacunas contra tipos de cáncer.
En este punto lo que se persigue es adelantarnos al desarrollo de la patología oncológica mediante la administración de una vacuna. En sí no constituye una terapia ya que lo que se persigue es la aparición de la enfermedad, aunque una vez aparecida también puede emplearse para combatirla. Tal vez la más conocida en la vacuna contra el VPH o virus del papiloma humano. Son especialmente eficaces para prevenir el cáncer del cuello del útero. Existen más de 200 tipos de VPH.
Otras vacunas que también rozan la excelencia son:
Vacuna contra la hepatitis B: una codificación de una infección por el virus de la hepatitis B (VHB), puede llevar al cáncer de hígado, con lo que se invierte en la prevención de este tipo de cáncer.
Vacunas de tratamiento contra formas de cáncer: El objetivo central de estas vacunas es la de ayudar al sistema inmunitario a reconocer y eliminar las células cancerosas.
Vacunas en desarrollo: Existen en fase de experimentación diversos tipos de vacunas para luchar contra ciertos tipos de cáncer como el cáncer de mama, el cáncer de pulmón o el adenocarcinoma de colon.
Inmunomoduladores.
Esta terapia consiste en manipular las señales del sistema inmunitario con el fin de mejorar la respuesta al tipo de cáncer objeto del tratamiento. Aquí tenemos a los interferones y las interleuquinas.
Terapia con virus oncolíticos.
Esta técnica es semejante a la CART- T, aunque se diferencia en que aquí son virus los que se modifican genéticamente con el fin de infectar y destruir a las células cancerosas sin dañar las células que aún no lo son.
Terapia basada monoclonales.
En la actualidad no sólo podemos modificar Linfocitos T y virus, también podemos fabricar linfocitos en un laboratorio de manera sintética. Me refiero a aquellos anticuerpos que son fabricados en un laboratorio y están diseñados para atacar cierto tipo de células dañadas.
Como podemos apreciar las formas de diseñar terapias paras las diversas formas de enfermedades oncológicas son cada vez más selectivas y lo que es importante, no son tan químicamente invasivas como las antiguas, contribuyendo, en muchas ocasiones, no en todas, en una mejora de la calidad de vida del paciente. Aunque poco a poco se van aplicando a más formas de patología oncológica, aún nos queda mucho camino por recorrer. Ese camino solo puede recorrerse con investigación, pero sobre todo con esperanza y paciencia.
