Occidente de Boyacá celebra 32 años de la firma de la Paz
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Ya se cumplieron 32 años que se firmó la Paz en la región del occidente de Boyacá, zona central de Colombia. Esta se firma debido a las innumerables disputas por las minas, territorios, todo ello por el negocio de las esmeraldas, muy apetecidas a nivel mundial.
La historia tiene tres episodios que brevemente les contaremos:
Primera Guerra Años 1965-1975
Para la época de La Violencia bipartidista Efraín González llamado ‘Siete Colores’ bandolero conservador logró a comienzos de los años 60 el control de una mina en Muzo, en pago de favores y servicios a los esmeralderos de la región, este señor conservador y malhechor conformó una banda llamada la “pesada” por los años 60 y se apodero de la mina más renombrada de Boyacá- MUZO, este delincuente al ser abatido, lo sucedió Isauro Murcia ‘el Manteco’, quien heredó sus negocios y se dedicó al robo de bancos y esmeraldas, al verse amenazado por bandas rivales entró al negocio del narcotráfico, primero con la marihuana y luego con el cultivo de coca.
Con la denominada ‘fiebre verde” aparece el reconocido Víctor Carranza quien en 1963 obtuvo la concesión de la mina de Mundo Nuevo. En la guerra verde se enfrentaron Humberto Ariza ‘el Ganso’ (hombre de ‘Siete Colores’) contra antiguos miembros de ‘La Pesada’: Gilberto Molina, llamado el rey de las esmeraldas, Isauro Murcia, Parmenio Molina, Julio Rincón, Gonzalo Rodríguez Gacha‘El Mexicano’ y Víctor Carranza, este último asociado con Juan Beetar, quien, definitivamente, fue fundamental para dar contactos internacionales a este grupo.
Esta guerra, que empezó con la muerte de Efraín González en 1965 y terminó en 1975, con más de 1.200 muertos en los municipios de Chiquinquirá, Muzo, Coscuez, Borbur y Somondoco. En 1971 fue capturado Humberto ‘el Ganso’ Ariza en 1971. El Gobierno de Misael Pastrana, creó Esmeracol para solucionar el conflicto y para entregar el control de las minas a particulares. Molina, Gacha y Carranza se repartieron el botín. A Esmeracol, de propiedad de Juan Beetar Dow y Benito Méndez Silva, le dieron el manejo de las minas de Coscuez; a Tecminas, de Gilberto Molina y Víctor Carranza, las de Quípama; a Coexminas, de Julio Roberto Silva, las de Muzo, y a la familia Quintero Morales, las de Peñas Blancas.
Segunda Guerra 1975- 1978
Inicia en 1975 con el asesinato de los hermanos del esmeraldero Francisco Vargas. Para 1978 se abre la licitación a particulares para la explotación de esmeraldas, y los esmeralderos pueden formalizar sus fortunas. En 1979 muere Isauro Murcia y Gilberto Molina toma su puesto. En 1978 se firmó el primer pacto de paz entre esmeralderos del occidente de Boyacá. Aparece el narcotraficante Gonzalo Rodríguez `Gacha‘ El Mexicano’, en el negocio de las esmeraldas. En 1980, en Muzo, llegó a haber 35.000 guaqueros. Se inicia la conformación de dos grandes grupos uno de los municipios de Coscuez, Maripí y Pauna y otro de Otanche, Borbur, Santa Bárbara y Muzo.
Tercera Guerra 1984-1990
Inicia con el enfrentamiento de familias que incumplieron los pactos que finalizaron la guerra anterior. Esta guerra tuvo atentados entre las fracciones enfrentadas de Gonzalo Rodríguez Gacha‘El Mexicano’ y el grupo de Coscuez contra Víctor Carranza,Luis Murcia Chaparro ‘El Pequinés y Gilberto Molina y el grupo de Muzo-Borbur, además se atentaba contra quienes denunciaban estos hechos.
En 1987 la Policía encuentra cultivos de coca en fincas de Carranza y Molina. Los Hombres de Carranza en entrenamiento con paramilitares (Grupos al margen de la ley) en Puerto Boyacá en 1988. En febrero de 1989 asesinado Gilberto Molina en Sasaima (Cundinamarca) y en diciembre abatido por la policía Gonzalo Rodríguez Gacha‘El Mexicano’. En este conflicto también se formaron grupos paramilitares, se enfrentaron con las FARC-EP (Guerrilla de Colombia) y estuvieron implicados en la ‘guerra sucia’ contra la Unión Patriótica (Partido político de izquierda exterminado) Terminó después de la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha‘El Mexicano’, el12 de julio de 1990, con la firma de un acuerdo de paz entre Víctor Carranza y Luis Murcia Chaparro ‘el Pequinés'(asesinado en 2014). Esta guerra dejó alrededor de 3.500 muertos.
Que ha dejando la paz en la región?
Prensa Mercosur, encontró que pese al pasado sangriento que tuvo esas tres etapas de historia en el Departamento de Boyacá, por la extracción de la esmeralda, empresarios y la iglesia católica, aseguran que la guerra esta sepultada.
Quizá porque se trataba de una confrontación entre familias, protegidas por grupos armados de corte paramilitar, el Estado nunca intervino en la negociación, fue voluntad de la gente de la región. No hubo acompañamiento del gobierno, nunca existieron asesores en materia de paz, de reconciliación o de tolerancia. Todo, lo hicieron los esmeralderos y la indeclinable decisión de los “patrones” (dueños de las minas) de cortar los chorros de sangre que despedían las minas.
Entonces, decidieron compartir las minas, se dieron la mano entre enemigos y hasta se pidieron perdón públicamente. La gran ausente fue la justicia, que dejó en la impunidad casi todo lo que sucedió en esos seis años de guerra y que nunca arrojó luces sobre los cuestionamientos que recayeron sobre esmeralderos como Carranza, de quien se dijo sostenía alianzas con los paramilitares de los Llanos y del Magdalena Medio.
Pero, además de la ausencia de justicia, otro factor ha desteñido la paz del occidente de Boyacá. Se trata de la disputa por el control de la mina Consorcio, a la que se atribuye el asesinato de Luis Murcia en septiembre de 2014. No obstante, una cosa parece estar clara entre los firmantes del proceso de paz de los 90: que nadie va a poner un solo peso para financiar una nueva guerra, porque la tranquilidad de las familias y la estabilidad del negocio están por encima de todo.
Además de la ausencia de justicia, quizás unas las más preocupante es la pobreza en que se encuentra sumido el occidente, pese a contar con abundantes minas de esmeraldas.
El panorama es total diferente a la de los años de la violencia en la región, y su diferencia es que llegaron las multinacionales, quienes invierten tecnologías en sus grandes negocios y concesiones, pero las regalías o tal vez son muy escasas o tal vez son mu injustas.
Denuncia de la Senadora Aida Bella, sobre regalías
Es innegable que todo proceso de paz es beneficioso y una de ellas la recuperación de las familias, la reconciliación entre los empresarios, la unidad regional y la creación de microempresas.
Se tiene un ambicioso plan que tiene que ver en buscar alternativas en la agricultura y no depender de las esmeraldas, el agro y pecuario, es lo que se perfila en la alternancia, prueba esta que haya potenciado en los últimos años la siembra de cacao, café, yuca, guayaba, guanábana y pitaya, y la cría de mariposas de exportación.
En esta ultima alternativa, si esta en concordancia con el actual gobierno nacional, el de Gustavo Petro presidente de Colombia, en su programa de gobierno, uno de los mas sonados es el de convertir a Colombia en la despensa alimentaria del mundo.
Después del proceso se otorgaron más 433 concesiones mineras.
Foto Vistazo.com
El proceso también facilitó el fortalecimiento de la sociedad civil, se crearon consejos municipales de paz y mesas de discusión sobre temas álgidos para la región como los derechos humanos, la minería, la economía solidaria, el desarrollo del sector agropecuario y la recuperación del medio ambiente.
Algunos sectores han presionado para que estos planes obtengan recurso y estén contemplados en las discusiones de los planes de desarrollo departamental y nacional.
Para los boyacenses, gente pujante, trabajadores y buenos deportistas, faltaría avanzar en temas como la tecnificación de la pequeña minería, la inversión social, la verdad, la justicia y la memoria histórica.
Casa promedio de familia minera en Boyacá- ¿ Donde va a parar las regalías de las empresas transnacionales?
El proceso de los esmeralderos en Colombia es una historia de dolor, muerte y desidia de gobiernos anteriores, es un prototipo que hay que mostrarle al mundo de que la paz es posible, una paz que no sólo redujo sustancialmente los homicidios y la conflictividad armada, sino la oportunidad para organizarse y participar en el desarrollo de la región.
Nos cabe compartir la reflexión de la equidad es algo que también tiene que ver con la paz duradera, cuando se distribuyen los recursos alcanzan para todos
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