Ser joven y activo no te protege de problemas de salud por sedentarismo: ¿Qué hacer además de un paseo rápido?

Los millennials pasan más de 60 horas a la semana sentados, lo que aumenta el riesgo de cardiopatías y acelera el envejecimiento.

MADRID, 9 Nov. (EUROPA PRESS) –Una nueva investigación de la Universidad de Colorado en Boulder y la Universidad de California en Riverside, ambas en Estados Unidos, revela que los millennials pasan más de 60 horas a la semana sentados, lo que podría incrementar su riesgo de enfermedades cardiacas y acelerar otros signos de envejecimiento.

El estudio, que incluyó a más de 1.000 residentes actuales o antiguos de Colorado, de los cuales 730 eran gemelos, es uno de los primeros en examinar cómo la permanencia prolongada sentada afecta a las medidas de salud como el colesterol y el índice de masa corporal (IMC) en adultos jóvenes.

Se descubrió que cumplir con las pautas mínimas de actividad física recomendadas – unos 20 minutos diarios de ejercicio moderado – no es suficiente para contrarrestar los peligros derivados de pasar la mayor parte del tiempo despierto sentado.

«Nuestra investigación sugiere que sentarse menos a lo largo del día, hacer más ejercicio vigoroso o una combinación de ambos puede ser necesario para disminuir el riesgo de envejecimiento prematuro en la edad adulta temprana», afirma la autora principal del estudio, Chandra Reynolds, profesora del Departamento de Psicología y Neurociencia y del Instituto de Genética del Comportamiento.

El estudio, publicado en la revista ‘PLOS ONE’, fue realizado junto al primer autor, Ryan Bruellman, doctorando del Departamento de Genética, Genómica y Bioinformática de la UC Riverside.

Tras la pandemia de COVID, Bruellman notó que él y otros de su generación estaban sentados más y decidió investigar las consecuencias.

«Los adultos jóvenes suelen pensar que son inmunes a los efectos del envejecimiento. Piensan: ‘Mi metabolismo es bueno, no tengo que preocuparme hasta que tenga 50 ó 60 años’ — explica Bruellman –, pero lo que se hace durante esta época crítica de la vida tiene importancia».

Los investigadores analizaron datos de participantes de edades entre 28 y 49 años, con una media de 33 años, del Colorado Adoption/Twin Study of Lifespan Behavioral Development and Cognitive Aging (CATSLife) de la Universidad de Colorado, que ha seguido a gemelos y personas adoptadas desde la infancia.

En promedio, los participantes reportaron estar sentados casi 9 horas diarias, algunos hasta 16 horas. Indicaron realizar entre 80 y 160 minutos de actividad física moderada por semana y menos de 135 minutos de ejercicio vigoroso semanalmente. Los autores sugieren que estos resultados son probablemente mejores que las medias nacionales gracias al estilo de vida activo de Colorado.

Los investigadores analizaron dos medidas clave del envejecimiento cardiaco y metabólico: el colesterol total/lipoproteínas de alta densidad y el índice de masa corporal (IMC). El estudio concluyó que, en general, cuanto más tiempo se pasa sentado, más viejo se parece el cuerpo. De hecho, añadir algo de actividad moderada a un largo día de estar sentado apenas mitiga estos efectos.

Según los autores, los adultos jóvenes que permanecen sentados 8,5 horas al día y cumplen con las pautas actuales de actividad física podrían clasificarse en una categoría de ‘riesgo moderado a alto’ de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

«Dar un paseo rápido después del trabajo puede no ser suficiente — advierte Reynolds –. Aunque esto es cada vez más evidente a medida que se envejece, demostramos que ya aparecen asociaciones en la edad adulta temprana».

Sin embargo, realizar actividad vigorosa sí tuvo un efecto amortiguador. Por ejemplo, aquellos que hacían ejercicio intenso (como correr o montar en bicicleta) durante 30 minutos al día presentaban valores de colesterol e IMC similares a los de personas entre cinco y diez años más jóvenes que permanecían sentadas sin hacer ejercicio.

A pesar de esto, el estudio concluye que ni siquiera una actividad vigorosa puede contrarrestar por completo los efectos negativos de permanecer sentado durante períodos prolongados.

El estudio de gemelos idénticos resulta especialmente útil porque comparten el 100% de sus genes, lo que facilita descartar factores genéticos que pueden influir en la salud y centrarse en las diferencias de estilo de vida.

Al analizar un subgrupo de gemelos con distintos hábitos de sedentarismo y actividad física, los investigadores descubrieron que sustituir el sedentarismo por ejercicio parece mejorar mejor el colesterol que simplemente aumentar la actividad en un día completo de sedentarismo.

En resumen, según los investigadores: Intente hacer ambas cosas. Utilice un escritorio de pie, haga pausas y organice reuniones en movimiento para reducir el tiempo sentado en el trabajo. Si es posible, haga algo que le deje sin aliento durante al menos 30 minutos al día, o conviértase en un ‘guerrero de fin de semana’ haciendo entrenamientos más largos y vigorosos cuando tenga la oportunidad, sugiere Bruellman.

Se espera que el estudio sirva como una llamada a la acción para que los responsables de políticas revisen las directrices sobre actividad física y especifiquen cuánto tiempo sentado es considerado excesivo.

Mientras tanto, Reynolds anima a los jóvenes adultos a tomar medidas ahora que podrían moldear su futuro: «Este es el momento de establecer hábitos que beneficiarán su salud a largo plazo».