BioMADE, una empresa financiada por el Departamento de Defensa de EE.UU., abrió una convocatoria de proyectos de investigación para alimentar a los soldados estadounidenses “en entornos operativos” con carne cultivada en laboratorio. Es una iniciativa con la que se intenta “reducir la huella de carbono“, anunció recientemente.
Según especifica la convocatoria, los proyectos a seleccionar incluyen “la producción de raciones militares ricas en nutrientes mediante procesos de fermentación, el uso de materias primas de una molécula de carbono para la producción de alimentos y nuevos métodos de cultivo celular adecuados para la producción de carne y proteína cultivada”.
La empresa también da la bienvenida a las propuestas para “procesos que conviertan los gases de efecto invernadero” y “proyectos que desarrollen bioproductos útiles para mitigar los impactos ambientales negativos a nivel regional o global”, incluidos “bioproductos que puedan usarse para prevenir o frenar la erosión costera”.
“Nuestras tropas merecen algo mejor“
El portal de periodismo político Washington Free Beacon señala que esta iniciativa cuenta con detractores. El medio recoge que Jack Hubbard, director del Centro para el Medio Ambiente y el Bienestar, ha indicado que el “dinero de los contribuyentes no debería utilizarse para financiar el sector de la carne cultivada en laboratorio”.
“Nuestras tropas merecen algo mejor que carne cultivada en laboratorio, producida en biorreactores con células y productos químicos inmortalizados”, declaró el líder de este grupo que analiza mercados emergentes, como el de la carne obtenida mediante bioingeniería. “Desafortunadamente”, agrega Hubbard, “este esfuerzo está siendo impulsado por una agenda que es política y anticampesina. Nuestros soldados nunca deberían ser utilizados como conejillos de indias”.
Peor que la carne vacuna
Una reciente investigación publicada por la Universidad de California en Davis sugiere que “la huella de carbono de la carne cultivada en laboratorio [es] potencialmente peor que la de la carne vacuna”. El estudio encontró que el potencial de calentamiento global de la carne obtenida en laboratorio, entendido como el equivalente de dióxido de carbono emitido por cada kilogramo de carne producida, es “de 4 a 25 veces mayor que el promedio de la carne vacuna al por menor“.
“Si las empresas tienen que purificar los medios de crecimiento a niveles farmacéuticos, utilizan más recursos, lo que luego aumenta el potencial de calentamiento global”, comentó el autor principal, Derrick Risner. “Si este producto se sigue produciendo utilizando el enfoque farmacéutico, será peor para el medio ambiente y más caro que la producción convencional de carne vacuna”.
actualidad.rt.com
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