

Su cotización sube un 12% en el último año, impulsada por el aumento de su demanda por parte de los bancos centrales, la bajada de tipos de interés prevista en Europa y EEUU y los conflictos geopolíticos.
La fiebre del oro ha vuelto, pero el escenario es distinto. La California de mediados del siglo XIX a la que llegaron más de 300.000 aventureros para buscar en sus ríos el preciado metal amarillo ha dejado paso a unos mercados ávidos de este activo, cuyos inversores buscan en él un valor refugio para salvaguardar su capital. Este deseo por el oro ha hecho que su cotización alcanzara esta semana máximos históricos, hasta pagarse a 2.300 euros la onza.
Solo en el último año, el precio del oro ha aumentado un 12% debido a que sus características cumplen con los actuales requerimientos de los mercados: carece de riesgo de impago y tiene un valor real, lo que ha hecho que represente el 10% de las reservas de los bancos centrales, entre ellos, los emergentes.
“El rápido aumento de las reservas de oro de los bancos centrales de los mercados emergentes refleja la voluntad de diversificarse y alejarse del dólar, que sigue representando dos tercios de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo”, señala Zouhoure Bousbih, estratega de mercados emergentes de Ostrum AM.
Desde 2010, los bancos centrales han acumulado 7.800 toneladas de oro y más de una cuarta parte la han comprado en los dos últimos años. La mayoría de las compras las realizaron los países emergentes, con China a la cabeza. El año pasado, el Banco Popular de China (PBoC) informó de un aumento total de 225 toneladas en sus reservas de oro, el mayor incremento desde 1977, hasta alcanzar las 2.235 toneladas.
Los analistas de Bank Of America también atribuyen la subida del oro a que “muchos bancos centrales, como el chino, siguen incrementando sus reservas de oro, a pesar del endurecimiento de la política monetaria”. Pero no son los únicos, “los inversores minoristas en China también han entrado al mercado del oro, con ventas récord a principios de este año en joyería y un aumento en las importaciones de oro no monetario, dado el escaso atractivo de los mercados de valores e inmobiliario en ese país”, añaden.
Conflictos geopolíticos
Polonia es el segundo mayor comprador de oro. Esto se explica por la proximidad del país al conflicto ucraniano. Entre abril y noviembre, el Banco Nacional de Polonia compró 130 toneladas de oro, aumentando sus tenencias en un 57%, hasta las 359 toneladas. Se trata de un volumen récord de compras. Y es que, según apunta Diego Morín, analista de IG, otro de los motivos que han provocado el repunte del oro ha sido “el aumento de las tensiones geopolíticas”. Un ejemplo es la invasión de Rusia a Ucrania, que provocó que las compras netas de oro de los bancos centrales aumentaran significativamente.
A juicio de Bousbih, las transacciones de oro ofrecen ventajas para eludir las sanciones, como el anonimato, la escasa trazabilidad y las alternativas a los centros financieros occidentales, donde Estados Unidos y sus aliados pueden restringir los flujos comerciales. Según explica, tras las sanciones estadounidenses y europeas impuestas después de la anexión de Crimea en 2014, Rusia inició importantes compras de oro: “Desde 2013, Rusia se preparaba para posibles sanciones. Su estrategia de acumulación de oro le permitió resistir el impacto, ya que el mercado del oro permaneció aislado de las sanciones”.
Otro de los impulsores del precio del oro ha sido el retraso en la bajada de los tipos de interés en Estados Unidos, cuyo primer recorte se espera para junio. Este “aplazamiento continúa apoyando la cotización del oro”, señalan los analistas de Renta 4 Banco.
También los de Banca March apuntan en esa dirección, al incidir en que el oro ha marcado máximos tras las declaraciones de varios miembros de la Reserva Federal de EEUU (Fed), que anunciaban tres recortes de los tipos de interés a lo largo del año, “un escenario que beneficia al metal precioso que no paga interés”, indican.
El oro seguirá brillando
Las previsiones sobre el precio del oro apuntan a que seguirá subiendo a lo largo del año. “La demanda de oro de los bancos centrales de los mercados emergentes seguirá siendo elevada debido al contexto geopolítico marcado por la guerra en Ucrania, las tensiones en el Mar Rojo y el conflicto en Oriente Próximo”, argumenta Zouhoure Bousbih.
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