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El informe del Grupo de Trabajo Científico para la Prevención de Pandemias, liderado por el Instituto de Salud Global de Harvard y el Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard en 2021, destaca que la probabilidad de una nueva pandemia es ahora más alta que nunca. Los factores como la destrucción de bosques tropicales, la expansión de la agricultura, la intensificación de la ganadería y la rápida urbanización sin planificación son identificados como impulsores de la propagación de patógenos con potencial pandémico, coincidiendo a lo que expreso recientemente por el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
Este informe, respaldado por el Grupo de Expertos de Harvard, subraya que las soluciones para prevenir futuras pandemias son más económicas y efectivas que las inversiones en diagnósticos, vacunas y tratamientos. Apenas representan el 2 % de los costos económicos destinados a la respuesta al Covid-19. El llamado es claro: es necesario invertir urgentemente en medidas como la conservación de bosques tropicales, la regulación de mercados de animales salvajes y el fomento de la agricultura sostenible.
El cambio en el uso del suelo, como la pérdida masiva de 12,2 millones de hectáreas de bosques tropicales en 2020, es identificado como un factor crítico. La degradación del hábitat impulsa a los animales a buscar nuevos territorios, creando oportunidades para que patógenos desconocidos se transmitan a los humanos. La recomendación clave es invertir en la conservación de bosques tropicales, especialmente aquellos en buen estado de conservación, como una medida imperativa para prevenir futuras pandemias.
El informe destaca que la agricultura está vinculada a más del 50 % de las enfermedades zoonóticas desde 1940. Ante el crecimiento poblacional y la inseguridad alimentaria, se insta a invertir en una agricultura sostenible, conservar recursos hídricos y reducir la pérdida de biodiversidad. La reforestación y la regulación de mercados de animales salvajes son identificadas como acciones cruciales para reducir la probabilidad de transmisión de virus no caracterizados.
La expansión de la frontera agropecuaria, al introducir mayor densidad animal en ecosistemas transformados, aumenta las oportunidades para la transmisión de patógenos a humanos. Mejorar la bioseguridad para el ganado y animales de granja se propone como una solución. La caza y los mercados de animales salvajes, con higiene inadecuada, se señalan como fuentes de riesgo.
El informe destaca que acciones fundamentales, como la conservación de bosques, regulación de mercados de animales salvajes y fortalecimiento de la bioseguridad, son más rentables que las inversiones actuales en tratamientos y vacunas. Se enfatiza la necesidad de aprender de éxitos como el caso de Borneo, donde esfuerzos coordinados redujeron la deforestación, proporcionaron atención médica y disminuyeron enfermedades.
Es crucial invertir en la protección del medio ambiente y la biodiversidad como la principal estrategia para prevenir pandemias futuras. Las soluciones de fondo, como frenar la destrucción de bosques tropicales y la pérdida de biodiversidad, son esenciales para la salud humana, la estabilidad climática y el bienestar económico. En este informe, la evidencia respalda las recomendaciones, haciendo un llamado a líderes y responsables políticos para priorizar inversiones en la prevención, reconociendo que proteger el mundo natural es la clave para garantizar la salud y el bienestar económico a largo plazo.

