Fuente: EFE; Última Hora
Estrechar las diferencias en el seno del Mercosur, fortalecer el sistema sanitario en medio de la pandemia del coronavirus y revertir el descontento social son algunos de los retos que tiene Paraguay en 2022.
Paraguay también se enfrenta al desafío de seguir reduciendo los altos índices de pobreza y desigualdad y –en el ámbito deportivo– clasificarse para el Mundial de Fútbol de Catar y poder organizar los XII Juegos Sudamericanos en octubre próximo.
Estrechar las diferencias en el Mercosur
Desde su creación en 1991, el objetivo del Mercado Común del Sur (Mercosur) ha sido integrar las economías de los países que lo componen a través de la libre circulación de bienes y servicios, y el establecimiento de un arancel externo común (AEC). Sin embargo, las diferencias en el seno de este mecanismo son cada vez mas evidentes, ya que mientras que Brasil pretende modernizar el bloque, Uruguay quiere firmar acuerdos comerciales con otros países, y Argentina se opone rotundamente argumentando que eso no respeta las normas establecidas en el Tratado de Asunción, que prohíben negociar acuerdos de libre comercio de manera individual.
En medio de esta situación, Paraguay asumió el pasado día 17 de diciembre la presidencia pro tempore del bloque, que ejercerá durante seis meses, a lo largo de los cuales deberá lidiar con las negociaciones abiertas por Uruguay con China y Turquía, las presiones para modificar el estatuto del bloque y la pendiente ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, anunciado en junio de 2019 al término de dos décadas de negociaciones.
Alcanzar un acuerdo sobre Itaipú
La represa hidroeléctrica de 14 GW Itaipú, que entró en funcionamiento en 1984, con un presupuesto inicial de USD 20.000 millones, es compartida por Paraguay y Brasil y representa la segunda central generadora más grande del mundo, después de Las Tres Gargantas, en China.
Pero la dificultad para que Brasil y Paraguay alcancen un acuerdo tarifario sobre Itaipú para 2022 se ha agravado aún más después de que esta semana la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil aprobara una reducción provisoria del 11,89% de la tarifa producida por Itaipú, decisión adoptada tras el bloqueo en las negociaciones, toda vez que Paraguay pretenda mantener la tarifa en 22,6 USD/kW-mes y Brasil disminuirla a 18,97 USD/kW-mes.
La propuesta paraguaya contraria a modificar la tarifa se basa en la necesidad de invertir en infraestructura eléctrica y tener acceso al porcentaje total de energía que le corresponde como socio se topa con la oposición de Brasil, partidario de bajar el precio de la energía eléctrica debido a que en 2022 se reducirán los costos, a causa de la amortización de la deuda tomada para la construcción de la central.
Reducir la pobreza y la desigualdad
La proporción de la población paraguaya que vive por debajo del umbral internacional de pobreza de USD 5,5 por día se redujo considerablemente del 39,3 al 15,4% entre 2003 y 2009, más rápido que el promedio regional, según datos del Banco Mundial. Además, la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, también se redujo en 9 puntos.
Y aunque Paraguay es uno de los países que mejor está afrontando la pandemia del Covid-19 debido a su estabilidad y disciplina macroeconómica, sin embargo, aumentó su deuda al 35,5% del PIB en 2021 y tiene enormes desafíos en mejorar sus índices de capital humano, por lo que bajar unos índices de pobreza y desigualdad que siguen siendo elevados, según los estándares regionales, será uno de sus principales retos en el próximo año.
Mantener el buen clima de negocios
Paraguay se posicionó en el tercer trimestre de 2021 a la cabeza de América Latina del Índice de Clima Económico (ICE), un indicador que retrata la situación sobre el clima de los negocios con base en una consulta a 149 especialistas de 15 países, en los que el país suramericano alcanzó 125,1 puntos, muy por arriba del 99,7 de promedio regional. Asimismo, los datos de la actividad económica mensual registran seis meses seguidos de variación positiva.
Pero, “la pandemia impone retos sociales, principalmente en zonas urbanas”, reconoce Carmen Marín, ministra de la Unidad de Gestión de la Presidencia, y “para llegar a los más vulnerables y sostener esta recuperación, es necesario priorizar acciones para la protección social, el acceso a la vivienda y el financiamiento para el desarrollo”.
Fortalecer el sistema sanitario
Paraguay se destaca por ser uno de los países de la región con menor cantidad de casos confirmados de Covid-19, aunque la pandemia le afectó en un momento en que el espacio fiscal ya estaba siendo utilizado para contrarrestar la desaceleración económica de 2019 y el sistema de salud estaba bajo presión por un profundo brote de dengue, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que sugiere que la estrategia de manejo económico durante las fases de crisis, transición y recuperación requiere de un equilibrio entre consideraciones de corto plazo, condicionadas por necesidades inmediatas, y de largo plazo, determinadas por los objetivos nacionales de desarrollo.
Para el próximo año, a medida que se flexibilizan las medidas de cuarentena, el reto será desarrollar protocolos de seguridad de salud para diferentes sectores, fortalecer la capacidad de gestión del sector público para monitorear su cumplimiento y expandir la capacidad física del sector de salud para hacer frente a potenciales brotes en el futuro, así como apoyar al sector privado para que pueda funcionar bajo las nuevas modalidades.
Diversificar el sector productivo
El crecimiento experimentado por Paraguay en la última década se sustenta principalmente en las acumulaciones de factores productivos, con un crecimiento de la productividad restringido. Esto se debe, según el BID, a que la economía paraguaya está poco diversificada, con limitada inserción internacional y empresas que enfrentan escaso acceso al financiamiento de largo plazo.
Casi dos tercios de los trabajadores son informales y más del 60% de las micro, pequeñas y medianas empresas operan en la informalidad. La pandemia ha castigado duramente a estos sectores, especialmente vulnerables a las crisis: Más de la mitad de las actividades económicas y casi el 70% del empleo se han visto afectados por las medidas de distanciamiento social. En medio de este panorama, revertir la baja productividad del trabajo y el alto grado de informalidad se convierten en objetivos prioritarios de la economía paraguaya para 2022.
Clasificarse para Catar 2022
El tramo final de la eliminatoria para el Mundial de Catar 2022 acapara la agenda futbolística en el inicio de 2022. En su difícil camino para el repechaje, el primer partido que enfrentará Paraguay será como local el próximo 27 de enero en el estadio Defensores del Chaco frente a Uruguay, una selección tan necesitada de sumar puntos como la Albirroja, que seguirá buscando clasificarse con un encuentro frente a Brasil en el estadio Mineirão de Belo Horizonte, el próximo 1 de febrero.
Con apenas trece puntos y a cuatro de Perú, la Selección Paraguaya –de la que se hizo cargo el argentino Guillermo Barros Schelotto, a seis partidos de las eliminatorias sudamericanas para Catar 2022– está cada vez más lejos del sueño mundialista después de encadenar cinco partidos sin anotar, tres de ellos con derrotas. Tras un comienzo negativo ante Chile, la Albirroja de Schelotto al menos logró rescatar un empate de visitante ante Colombia, lo que la mantiene con la esperanza de obtener el pasaje para el Mundial siempre y cuando no pierda puntos ante Uruguay (local), Brasil (visitante), Ecuador (local) y Perú (visitante).
Organizar los juegos Sudamericanos
Cuando en 2017 Paraguay se comprometió organizar los XII Juegos Sudamericanos para la primera quincena de octubre 2022, se imaginaba que la congregación en Asunción de más de 4.500 atletas de las quince naciones que integran la Organización Deportiva Sudamericana (Odesur) sería una magnífica oportunidad para mostrar los avances alcanzados por el país en el plano deportivo, económico y social.
Pero cuando faltan 275 días para el inicio de la tercera cita olímpica más importante del mundo, Paraguay podría verse obligado a renunciar a la organización de los juegos por la falta de 70 millones de dólares destinados inicialmente a este evento y que posteriormente han sido reasignados a otros rubros. Así las cosas, la ministra de Deportes, Fátima Morales, ha asegurado que luchará para conseguir que sus recursos retornen a su partida presupuestaria original.
Revertir el descontento social
La recesión económica provocada por la pandemia generó a comienzos de este año movilizaciones de protesta en Asunción y otras ciudades del país en las que participaron miles de ciudadanos. Las protestas tuvieron como origen la falta de vacunas, ya que hasta la primera semana de marzo solo se habían llegado a 4.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V para un país de 7 millones de habitantes. Pero el descontento se extendió después a otras causas, con el apoyo de partidos de la oposición.
En 2022, el Gobierno de Mario Abdo Benítez, al que le quedan dos años más al frente de la Presidencia, tendrá que afrontar serios problemas como el agravamiento de la pobreza y la desigualdad, la fragilidad del sistema sanitario y la corrupción.
Transformar el modelo de desarrollo
El actual modelo de desarrollo de Paraguay adolece de una baja sostenibilidad. El bajo valor agregado de las actividades productivas dominantes repercute en un alto desempleo o subempleo, en tanto que la extracción de los recursos naturales choca frontalmente con la conservación ambiental y la configuración cultural de territorios y comunidades. De hecho, varios territorios indígenas están en conflicto con la expansión ganadera y de la producción de soja, al tiempo que se asume como un daño colateral la proliferación de los asentamientos precarios alrededor de los núcleos urbanos.
Por este motivo, Paraguay deberá profundizar el año que viene en el cambio del modelo de desarrollo para reducir su fuerte dependencia de los sectores agropecuarios, cuyos precios se fijan externamente; frenar la alarmante deforestación, con tasas anuales de 179.000 hectáreas; desacelerar la progresiva migración del campo a la ciudad, que crece desde hace varias décadas, y el consumo de energía procedente de biomasa, que supera el 40%, a pesar de ser uno de los mayores productores de energía limpia del mundo.
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