Colombia | Subredes Quebradas: El rastro de aparente y repetida corrupción de Alejandro Gómez en la Salud Bogotana.

Secretario de Salud Alejandro Gómez y la Alcaldesa de Bogotá  Claudia López y el abrazo de una gestión desastrosa.

Alejandro Gómez López personifica de manera contundente la negligencia, incompetencia, desinterés y corrupción que han permeado la Secretaría de Salud de Bogotá. Su legado, caracterizado por gastos exorbitantes, prácticas cuestionables como las ambulancias, y la distribución de vacunas y pruebas diagnósticas vencidas, ha convertido a la EGAT en un epicentro de conductas turbias, dejando un rastro de subredes fracturadas.

En los últimos días, la @SubRedCentroOri, bajo la inminente amenaza de cierre de servicios, ha luchado por obtener los recursos que le fueron negados a lo largo del año 2023. La entidad, bajo la sombra de la desidia proferida por Gómez, enfrenta un déficit de ciento cuarenta mil millones, poniendo en riesgo a más de cinco mil contratistas y a sus proveedores.

La persecución inclemente contra la @SubRedCentroOri, originada en el despiadado acoso a su gerente titular, la Dra. Claudia Ardila, una destacada profesional de la Secretaría de Salud, ha llevado a la entidad al borde del colapso. La Dra. Ardila, elegida por su mérito y transparencia, lideró con sensatez la gestión del Hospital Transitorio de Corferias durante la incertidumbre de la pandemia.

Sin embargo, la alcaldesa y su secretario de Salud, desencadenaron una persecución despiadada contra la Dra. Ardila, basada en grabaciones ilegales y acusaciones infundadas. A pesar de las amenazas y ataques, Ardila resistió con paciencia y firmeza, enfrentando con solidez más de 60 investigaciones.

Uno de los puntos mas preocupante el resultado de la persecución  persistentes por parte de ciertos individuos el secretario de la salud de Bogotá  y la señora alcaldesa, a la actual gerente Claudia Ardila,  la funcionaria afectada se encuentra actualmente recibiendo tratamiento por un cuadro de depresión, esto ha conllevado ha presentar denuncias por presunto acoso laboral ante la Procuraduría General de la Nación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La situación actual de la salud en Bogotá se ve afectada por diversos desafíos, incluyendo la posible privatización de algunas subredes, lo cual ha generado preocupación en la comunidad. La implementación de APP de Bata Blanca, como legado de la alcaldesa, ha generado críticas y cuestionamientos sobre la gestión de la salud en la ciudad.

La situación financiera y operativa de las subredes ha llevado a una difícil coyuntura, con desafíos presupuestales y de flujo de caja que no se habían experimentado anteriormente en la historia de la salud en Bogotá. Es necesario abordar estas dificultades de manera constructiva para salvaguardar el bienestar de la comunidad.

Prácticas colusorias y decisiones de negocios poco éticas. La ambigua relación con los contratos de ambulancias,  también ha suscitado sospechas, y la adquisición de vacunas y pruebas diagnósticas vencidas ha puesto en riesgo la salud pública de la capital de Colombia.

Los archivos también muestran que, a pesar de los esfuerzos de la @SubRedCentroOri por explicar detalladamente la necesidad de un presupuesto adecuado, Gómez hizo caso omiso, llevando a cabo recortes indiscriminados que afectaron negativamente la calidad de los servicios y dejaron al borde del cierre a una entidad crucial para la comunidad.

La falta de empatía del doctor Gómez, ha dejado a más de cinco mil contratistas sin certeza sobre la renovación de sus contratos, generando un clima de incertidumbre y preocupación entre los empleados. Los proveedores, por su parte, se ven afectados por esta situación, enfrentando dificultades financieras.

La crisis financiera y de liquidez en la salud de Bogotá nunca había alcanzado dimensiones tan devastadoras, exacerbadas por la rampante corrupción. La privatización y el inminente cierre de subredes representan una amenaza tangible. desde los trabajadores representados por el sindicato hacen un llamado agónico al alcalde electo Carlos Fernando Galán para que restaure la salud y la esperanza en Bogotá, rescatando la ciudad del abismo al que la han llevado estos directivos salientes en una gestión envueltas de escándalos y aparente corrupción continua.

LA CRÍTICA SITUACIÓN DE LAS SUBREDES DE SALUD EN BOGOTÁ

Desde el inicio de la presente administración, las Subredes de Salud en Bogotá, resultado de la fusión en 2016, han enfrentado serias dificultades en su componente financiero debido a la gestión deficiente del Secretario de Salud, Alejandro Gómez, respaldada de manera lamentable por la Alcaldesa Mayor de la ciudad. En los últimos tres años, no se han aprobado presupuestos adecuados que garanticen la operación eficiente y de calidad, comprometiendo los contratos del personal, adquisición de insumos, medicamentos y otros bienes y servicios esenciales como alimentación, aseo, lavandería y vigilancia. Esta falta de recursos afecta directamente la capacidad de respuesta ante la demanda de salud de los pacientes.

Es importante destacar que la presentación y sustentación del presupuesto ante la Secretaría de Hacienda y el Concejo de Bogotá es responsabilidad del Secretario de Salud, Alejandro Gómez. Su negligencia, capricho o, peor aún, desconocimiento, se evidencian al no solicitar un presupuesto suficiente y, de manera sorprendente, reducirlo con respecto al año anterior, generando preocupación en el Cabildo de Bogotá.

Además, la Subred Centro Oriente ha experimentado la constante negligencia y persecución hacia su Gerente, la Dra. Claudia Ardila, por razones desconocidas pero intuidas, lo que ha causado una desestabilización institucional con cambios frecuentes de Gerentes encargados. La Dra. Yiyola Peña, quien estuvo a cargo de la Gerencia en 2022, entregó la Subred en febrero de 2023 con un déficit de más de $13.000 millones al mes debido a malos manejos, contratación de personal sin planificación, respondiendo a presiones políticas inusitadas. Se cerraron servicios vitales, como 46 Unidades de Cuidado Intensivo, servicios de Cardiología y renal, generando una disminución preocupante de ingresos y el impago a proveedores por más de seis meses.

En la actualidad, la situación es insostenible, evidenciándose dificultades para adquirir insumos, medicamentos y servicios esenciales como alimentación y aseo, cruciales para la calidad de los servicios. Lamentablemente, el recurso humano, especialmente los OPS, se ve afectado, ya que han tenido que esperar 20 días para recibir sus honorarios de noviembre. Si no se asegura el presupuesto necesario para respaldar sus contratos, alrededor de 1.500 personas podrían verse obligadas a abandonar las Subredes.

A pesar de los esfuerzos de la Gerencia actual, que desde julio ha solicitado de manera vehemente el presupuesto faltante, sus argumentos técnicos han caído en oídos sordos. El Secretario de Salud ha manifestado con cinismo que “ya no tiene dónde conseguir más plata”, sin comprender que lo necesario no es liquidez, sino un presupuesto adecuado. Esta falta de comprensión por parte de un representante legal de una institución pública resulta preocupante.

Los sindicatos y la comunidad han organizado plantones y reuniones, exigiendo a la administración distrital que cumpla con sus obligaciones. Sin embargo, el tiempo se agota y la urgencia de encontrar soluciones se hace cada vez más evidente.