
CUANDO EL AÑO TERMINA Y EL ALMA HACE BALANCE
Llega el final del año y, con él, ese silencio interior que nos invita a mirar hacia atrás. Miramos las metas que no se cumplieron, los planes que se quedaron a medio camino, las promesas que nos hicimos y no supimos sostener. Y entonces, sin darnos cuenta, aparece la frustración, la culpa, la sensación de “no fue suficiente”.
Pero este momento no viene a juzgarnos. Viene a abrazarnos.
Porque el cierre de un año no es una evaluación de valor personal. No mide tu fe, ni tu esfuerzo, ni tu dignidad. Mide, en todo caso, el camino recorrido… y, aun así, ese camino solo lo conoce verdaderamente Dios.
No todo lo que no floreció estaba destinado a hacerlo.
Hay semillas que no germinan porque no era su tiempo.
Hay puertas que no se abren porque aún no somos la versión que puede cruzarlas.
Y hay metas que no se cumplen porque, aunque las deseábamos, Dios estaba protegiéndonos de algo que todavía no vemos.
A veces confundimos retraso con abandono, y no son lo mismo.
A veces creemos que fallamos, cuando en realidad estamos siendo guiados.
“No temas”: una promesa para cada día del año
La Palabra de Dios repite 365 veces una frase poderosa:
“NO TEMAS”.
No es casualidad.
Es una promesa diaria.
Una por cada amanecer.
Porque el Señor sabe que cada día trae su propia carga, su propio miedo, su propia incertidumbre… y aun así nos dice, con ternura y firmeza:
“No temas hoy. Yo estoy contigo.”
“No temas mañana. Yo no te he soltado.”
“No temas, aunque no entiendas. Yo sigo obrando.”
Dios no promete ausencia de dificultades, pero sí promete presencia constante.
No promete caminos fáciles, pero sí compañía fiel.
No promete que todo saldrá como lo planeamos, pero sí que nunca caminaremos solos.
Tal vez no llegaste a donde querías… pero sigues de pie
Y eso ya es un milagro.
Tal vez no alcanzaste todas tus metas, pero aprendiste a levantarte.
Tal vez no cumpliste todos tus sueños, pero sigues respirando esperanza.
Tal vez el año te rompió un poco… pero no te destruyó.
Y Dios no desprecia un corazón cansado, confundido o herido.
Al contrario: ahí es donde Él más se revela.
El futuro no es una amenaza, es una promesa
El año que viene no es un juicio esperando fallos.
Es una página nueva escrita de la mano de Dios.
No temas al futuro.
No temas empezar de nuevo.
No temas ir más lento.
No temas soltar lo que no fue.
Porque el mismo Dios que te sostuvo este año (aun cuando no lo notaste) será el que camine contigo cada uno de los 365 días que vienen.
Y si hoy solo puedes ofrecerle tu cansancio, tu fe pequeña o tus preguntas sin respuesta… eso es suficiente.
Cierra el año así
Con gratitud, no con reproche.
Con esperanza, no con miedo.
Con fe, no con culpa.
Recuerda:
Dios no llega tarde.
Dios no abandona.
Dios no falla.
Y por si lo olvidas algún día del año que viene, Él te lo recordará otra vez:
NO TEMAS.
Hoy… y todos los días.
Si necesitas apoyo psicológico o corporativo especializado
Te ofrezco acompañamiento profesional en:
Terapia individual: manejo emocional, ansiedad, autoestima, duelos y crecimiento personal.
Terapia de pareja: fortalecimiento del vínculo, comunicación y resolución de conflictos.
Apoyo corporativo: programas de bienestar laboral, gestión emocional y mejora del clima organizacional.
Capacitación en habilidades blandas: liderazgo empático, comunicación asertiva, inteligencia emocional y trabajo en equipo.
Dra. Elizabeth Rondón. Especialista en bienestar emocional, relaciones humanas y desarrollo organizacional.
Tlf. +583165270022
Correo electrónico: Elizabethrondon1711@gmail.com
